Incidentes en la marcha por Julio López: arrojaron bomba molotov a la Legislatura porteña

Un grupo de manifestantes lanzó un recipiente con combustible y generó un foco de incendio. En La Plata hubo banderas de Santiago Maldonado.

Un grupo de unas quince personas arrojó esta tarde un recipiente con combustible, provocando un principio de incendio de una de las puertas del edificio de la Legislatura porteña, en medio de la marcha que se realizó en Capital Federal al cumplirse 11 años de la desaparición de Julio López.

El hecho ocurrió pasadas las 18.40 en el cruce de las calles Perú e Hipólito Yrigoyen, donde los encapuchados primero tiraron una bomba molotov contra la puerta de madera de la Legislatura y luego rompieron los vidrios del restaurante Cabildo, ubicado en frente.

Tras la agresión, el grupo no identificado -que no superaba las quince personas- se escondió entre los manifestantes que se trasladaban por Avenida de Mayo en dirección a la Plaza, por los 11 años de la desaparición de Jorge Julio López.

Trabajadores del restaurante explicaron que "primero se escuchó el estruendo de la molotov" frente a la puerta de madera, y luego "gritos y golpes contra los vidrios" del comercio.

"Pasaban gritando y golpeando con piedras los vidrios. Rompieron uno por completo y otros los dejaron astillados", apuntaron.
Efectivos de la Policía de la Ciudad, en tanto, precisaron que por los incidentes "no hubo detenidos".

Por último, manifestantes que estaban presentes al momento de los incidentes aseguraron que los agresores no formaban parte del reclamo.

Marcha en La Plata

Organizaciones políticas y de derechos humanos se movilizaron hoy en La Plata a 11 años de la desaparición de Jorge Julio López, marcha que encabezó su hijo Rubén, quien consideró que"es una paradoja, pero gracias a que mi viejo desapareció se empezaron a cuidar a los demás testigos".
Bajo la consigna "Aparición con vida de Jorge Julio López, ¿Dónde está Santiago Maldonado?, la columna se concentró en la Plaza Moreno y desde allí se dirigieron a los tribunales Federales de La Plata para reclamar por la aparición de López.

Al trazar puntos de coincidencia entre ambos casos, el hijo de Jorge Julio López, razonó que "estamos pidiendo por ambos, acá no hay uno más desaparecido que el otro, son dos contextos distintos, dos gobiernos diferentes, diferentes modos de actuar. Estamos en esta doble situación, y estoy con la fortaleza que me dejó mi viejo y con los compañeros de lucha".

"Nosotros siempre estuvimos contenidos hasta diciembre del 2015 por el gobierno nacional y provincial. En el caso de Santiago, sus familiares están esperando que los llamen desde el gobierno y los apoyen pero no con algo actuado, fingido, pedimos que sean sensibles y que acompañen a las familias", enfatizó López.

Al ser consultado sobre si piensa que algún día sabrá la verdad destacó que "ojalá la vida me de fuerza para saberlo, quiero tener esperanza porque otra opción no me queda. Siempre apuntamos a saber la verdad pero el problema es el tiempo".

Más adelante añadió que "nosotros podemos esperar pero la que no tiene mucho tiempo es mi mamá y por ella en casa no se habla del tema y me tengo que esconder para hablar con los medios. Lo estamos buscando con vida, aunque yo se que mi viejo con vida no está pero como le explicó eso a mi madre".

Al opinar sobre Miguel Etchecolatz afirmó que "hace 31 años, cuando en 1986 recibió la primera condena lo tendrían que haber echado de la fuerza y no lo hicieron. Es un titiritero que maneja todo. Yo lo defino como uno de los genocidas más grandes, como un Hitler sudamericano".

Por último, Rubén López puntualizó que "ni siquiera creo en sus enfermedades. Dicen que se está muriendo pero ni siquiera así cuenta la verdad. De las cinco condenas que tiene este genocida, cuatro son con prisión domiciliaria y que no lo echen de la fuerza eso si me enoja".

La marcha contó con el apoyo de ATE, Suteba, Frente para la Victoria, Adulp, Mesa de los Derechos Humanos de La Plata, Frente Político Social Carlos Cajade, Mujeres platenses unidas, entre otras agrupaciones.

En tanto, en la ciudad de Buenos Aires, los referentes del Frente de Izquierda Myriam Bregman y Nicolás del Caño participaron de una movilización que partió del Congreso Nacional a la Plaza de Mayo, convocada por las organizaciones que integran el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia a once años de la segunda desaparición de Jorge Julio López.

Desde la marcha, Bregman, quien fuera una de las abogadas de López y de la querella de Justicia Ya! en la causa contra el genocida Miguel Etchecolatz, dijo que "cuando desapareció Julio y vimos cuál era el accionar de las instituciones del Estado, cómo actuaban la Justicia y las fuerzas de seguridad, sus abogadas ya denunciábamos que la impunidad solo genera más impunidad".

La candidata a legisladora porteña también recordó que "López desapareció a manos de una patota ligada a la Bonaerense, pero el encubrimiento lo garantizó un entramado estatal donde todas sus instituciones tienen responsabilidad". "Fuimos conscientes de que no se iba a ir a fondo cuando Aníbal Fernández nos dijo podía estar 'en la casa de la tía'", agregó.

López desapareció de su domicilio en el barrio de Los Hornos el 18 de septiembre de 2006, cuando se esperaba que se dirigiera a la sede municipal para presenciar los alegatos del juicio que el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata seguía al comisario de la Policía bonaerense Miguel Etchecolatz por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar.

El hombre había sido secuestrado en 1977 y estuvo detenido hasta mediados de 1979 en cinco centros clandestinos de detención. En sus testimonios brindados en el marco del juicio, López había sido muy claro en identificar a Etchecolatz como el hombre que dirigía y ejecutaba las sesiones de tortura con picana en esa sede policial platense.

López, militante peronista, había identificado durante el juicio de los centros ilegales donde estuvo detenido, como la comisaría Quinta de La Plata y el Pozo de Arana, donde su profesión de albañil le permitió describir sus lugares de cautiverio, aún cuando algunos de ellos habían sido remodelados.

Aquella mañana del 18 de septiembre de 2006, sobrevivientes de la última dictadura esperaron por horas que el hombre se presentara a presenciar los alegatos, pero López nunca llegó y hasta hoy se ignora su paradero.

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