Historia y mitos de la casa de Tucumán

El inmueble del siglo XVII donde se realizó el congreso fue adquirido en 1874 en ruinas por el Estado Nacional y luego casi completamente demolido, salvo el salón donde se realizó la jura. Reconstruido en 1943, perdió algunos espacios.

La Casa Histórica de la Independencia conocida cariñosamente por muchos como la casita de Tucumán cobra por estos días un matiz muy especial al acercarse la fecha del Bicentenario. Así comienzan a aparecer réplicas de la fachada del histórico edificio en otros inmuebles, como por ejemplo, en Mendoza en la Universidad Aconcagua y en San Juan en el Ministerio de Educación.

A su vez estas manifestaciones despiertan la curiosidad de muchos y surgen las ganas de conocer más detalles sobre esta emblemática construcción ubicada en la ciudad de San Miguel de Tucumán.

El arquitecto Juan Carlos Marinsalda, jefe del Distrito Cuyo de la Dirección Nacional de Arquitectura y asesor de los trabajos actuales de restauración, brindó ayer una conferencia en la Universidad Nacional de Cuyo sobre este valioso monumento nacional. En la charla "La construcción del mito de la Casa Histórica de la Independencia" contó los pormenores de la historia del edificio y desmitificó algunas creencias que la rodean.

"La Casa Histórica fue construida en el siglo XVIII y luego alquilada por el Estado para que sesionara el Congreso", relató el profesional a Los Andes. En 1874 fue adquirida en ruinas por el Estado Nacional y una año después su frente barroco fue reemplazado por uno clasicista. "En 1904 se demolió el edificio excepto el Salón Histórico- donde se realizó la jura- que se conservó dentro de un templete", señaló.

Según su visión, si bien la casa llegó a un estado de ruinas y degradación absoluta siempre se le dio valor por parte de la comunidad local. "Lo poco que se hizo estuvo a cargo de los vecinos y de una sociedad filantrópica llamada Sociedad Sarmiento que fue la que cuidó el edificio desde principios del 19", destacó.

La reconstrucción del inmueble se llevó adelante en 1943 bajo la dirección del Arquitecto Mario Buschiazzo y en 1993 se restauraron los techos de tejas coloniales asentadas en barro.

"En 1996, como resultado de los estudios realizados en el Archivo Histórico de Tucumán y en las puertas del salón por quien suscribe, se comprobó que las puertas habían sido azules en 1816 y se recuperó ese color, que se mantiene desde entonces", remarcó el arquitecto. Es así que en las imágenes actuales pueden observarse sus puertas pintadas en azul de Prusia y no en color verde como se creía previamente.

Para Marinsalda la recuperación del color original significó también recuperar la historia de un estado provincial y un protoestado nacional que organizó ese congreso. "Así como el esfuerzo de todos los que trabajaron para que se pudiera realizar: campesinos, jornaleros, negros libertos, entre otros", enumeró el profesional.

La historia de la casa como monumento se inició conjuntamente con la de la Oficina de Ingenieros Nacionales creada en 1869, hoy Dirección Nacional de Arquitectura y que hasta principios de siglo XXI fue responsable del mantenimiento del edificio, tal como expuso el experto.

Algunos mitos

Los mitos que rodean a la casa tienen que ver con una tradición que fue transmitida por generaciones. "Hay algunas creencias que todavía se sostienen, una es que la casa fue prestada para el congreso y que los vecinos y las órdenes religiosas pintaban los muebles", manifestó. Esta afirmación es errónea según su investigación ya que en ese momento había un estado organizado que dentro de sus posibilidades resolvió la organización del congreso.

Otro mito que señaló Marinsalda fue que el inmueble fue reconstruido totalmente como era durante la reunión de los representantes de las provincias. "Esto es relativamente cierto ya que falta una parte de la casa que pertenecía a los criados y esclavos, se trata de una suerte de invisibilización de esos sectores", aseguró.

A su entender, además, hay una construcción bibliográfica en torno a este monumento que es muy reducida y rescata sólo unos pocos actores.

"Se soslaya una gran cantidad de gente que cuidó la casa, que hizo posible su mantenimiento, gente que fue trabajando a lo largo de todos estos años en sus restauraciones", dijo.

Para revertir esta realidad su investigación se dedicó a rescatar a estos anónimos e incorporarlos a la historia de la casa. "Ahora estoy por publicar un con libro toda la historia de la patrimonialización de la casa de la independencia desde el siglo 18 hasta nuestros días", adelantó.

Para el profesional, esta casa es el monumento más importante del país, testimonio de la independencia y marca de nuestra argentinidad.

"Como documento arquitectónico tiene muchas lecturas y es muy importante porque presenta toda la historia de la creación del estado nacional argentino", cerró.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA