Hilda Percara: “Por la crisis hídrica los viveros están mal surtidos”

La viverista segura que el sector ha restringido sus inversiones. Cree necesario empezar a producir plantas que se comercializan en otras zonas del país. Afirma que están despidiendo personal en el sector.

Hilda Percara: “Por la crisis hídrica los viveros están mal surtidos”
Hilda Percara: “Por la crisis hídrica los viveros están mal surtidos”

Preside la Asociación Viveristas de Mendoza, entidad que nuclea tanto a productores como a comercializadores de plantines de flores y herbáceas ornamentales, forestales de calle y de sombra, especies aromáticas y hortalizas para huertas chicas, y a algunos paisajistas.

“No son viveros de flores de corte -aclara- que son los que cultivan la planta para vender solamente la flor. Nosotros vendemos las plantas para que la gente tenga flores en su jardín, en su casa”. Pero seguramente comparten con ellos algunos de los problemas que son comunes, en realidad, a la mayor parte de las actividades.

Precisamente, Hilda Percara dibuja un escenario de incertidumbre para la actividad. La titular de Vivero La Botica explica las mayores preocupaciones de los alrededor de 40 viveristas del Gran Mendoza, el Este y el Valle de Uco nucleados en la Asociación.

Son inquietudes que comparten, unos como productores, y otros -como ella y algunos de sus pares- como comercializadores de esa producción.

-¿Cómo viene evolucionando el negocio en los últimos años?

-Está estancado. No hay una evolución. Esta crisis económica ha traído un estancamiento que se viene dando en los últimos dos años, aproximadamente. No se han cerrado viveros, pero sí se ha despedido gente.

Esto hace, lamentablemente, que los viveros no estén bien atendidos, y que estén mal surtidos tanto por la crisis económica, como por la crisis hídrica.

Nos estamos manteniendo. Uno quisiera ampliar la oferta todos los años, sumar servicios o alguna comodidad para el cliente pero no se puede. Además, los costos siguen subiendo. Nosotros tenemos insumos, y alguna mercadería inclusive, con precios atados a la evolución del dólar, y eso se siente.

-¿Entonces están en dificultades para reponer todo lo que venden?

-En este momento estamos con menos mercadería. Suele ocurrir que el cliente viene a buscar algo, no lo tenemos y difícilmente vayamos a traerlo, porque hacemos viajes cada vez más espaciados.

Pero la crisis también golpea a la demanda. El cliente pide lo más económico, lo más conocido, no busca cosas nuevas y eso se traduce en la decisión, de nuestra parte, de no traer novedades. Hubo un momento en que todo lo nuevo que aparecía yo lo traía; ahora no lo traigo porque no lo vendo.

-¿Impacta más la crisis económica o la crisis hídrica?

-Impacta más la crisis económica, porque la crisis hídrica la sufren los viveros que no tienen derecho de riego. Los otros tienen estanques o tanques de fibra que les permiten acumular agua y pueden regar. De todos modos, la sequía también atrasa el crecimiento de las plantas. Pero el aspecto económico es determinante.

De por sí, al viverista le falta un poco de capital para poder aguantar 3 ó 4 meses más a la planta, para sacarla con la maceta llena, no a medias, como está pasando ahora. Pero la gente necesita vender para recuperar lo invertido, y no tiene espacio suficiente para almacenar lo producido.

Además, está el problema de la estacionalidad del negocio. Hay mayor actividad durante aproximadamente tres meses, entre setiembre y noviembre, más o menos. Eso, dicho sea de paso, nos trae conflictos con el personal, porque el trabajo cae mucho durante el resto del año.

- Habló de "viajar para traer" mercadería. ¿Dónde se proveen?

-En los viveros de Mendoza compramos plantines florales y herbáceas perennes, fundamentalmente. Mendoza produce muy buenos plantines de invierno y de primavera-verano y herbáceas también.

La zona de San Pedro, en la provincia de Buenos Aires, es productora de forestales por excelencia, y la gente del interior vamos a comprar allá porque la calidad es buena y los precios también. Creo que tenemos que pedir algún apoyo económico para empezar a cultivar arbustos y forestales aquí en Mendoza.

-¿Por qué cree que los viveros de Mendoza no producen esas plantas que usted tiene que comprar en Buenos Aires?

-Porque son empresas familiares, con una capacidad de producción limitada. Pero también porque hay un poco de desconocimiento. En San Juan, por ejemplo, hay una empresa familiar que produce forestales de buena calidad y en una cantidad considerable. Quiere decir que en Mendoza se podría hacer perfectamente, pero debería haber algún apoyo.

-Si la semana que viene la llamaran del Gobierno y le preguntaran cuánto necesita, ¿qué les respondería?

-Una familia que estuviera dispuesta a encarar un proyecto así, debería estar en condiciones de alquilar un espacio más grande, porque hoy la mayoría está trabajando en superficies que no superan los 3.000 metros cuadrados; incorporar un sistema de riego por goteo. De otra forma hoy no se concibe comprar estacas y tener acceso a capacitación.

Eso sería como para largarse a producir en gran escala. Un productor tiene que tener disponibles plantas de un año, de dos, de tres y de cuatro años.

De manera que, cuando el cliente (nosotros en este caso) vamos a buscar una planta mediana, grande o chica, el vivero la tenga. En realidad, no hemos hecho los números como para saber cuánto hace falta, pero un proyecto así, no puede arrancar si no tiene arriba unos 100.000 pesos.

-¿Cómo ve el panorama para adelante?

-Veo que está todo en “stand by”. Estamos todos esperando, tratando de mantenernos. No hay posibilidad de ahorro o de inversión en ampliaciones ni de mejoras.

A esto hay que agregarle la crisis hídrica que, en cierta manera, también influye. No es que la actividad vaya a desaparecer pero no va a ir en crecimiento, como venía años atrás.

Para colmo, los nuevos emprendimientos residenciales y algunos establecimientos como bodegas, por ejemplo, se proveen en forma directa en Buenos Aires, y es un espacio potencial de mercado del que estamos quedando afuera.

La oferta mendocina
La presidente de la Asociación Viveristas de Mendoza asegura que Mendoza produce muy buenos plantines florales de invierno de caléndulas, pensamientos, alisum, conejitos, algún tipo de verbena, toda la familia de las prímulas.

También plantines de especies de primavera-verano que son, entre otras, petunia, lobelias, celosías, algunas más resistentes al sol, como portulacas y helium, o de sombra, como la alegría del hogar, cretonas y la familia de las begonias.

Entre las herbáceas perennes se destacan las margaritas, crisantemos, ajo de flor, malvones enanos. Son especies que florecen en una estación pero permanecen verdes todo el año, y pueden durar 3 ó 4 años y más, si están bien podadas y formadas.

Los viveros mendocinos que venden al público plantas ornamentales y árboles, se proveen en Buenos Aires de  arbustos y forestales. Hilda Percara detalla que, entre los primeros, “los más pedidos en este momento, debido a la crisis hídrica y a la tormenta solar que estamos pasando, son el ligustro lúcido; laurel de flor y vivurnum tinus. Se usan preferentemente para cercos.

El cerco vivo que exigen en los barrios privados. En Mendoza también hay producción de estas especies, pero es muy escasa, y de ejemplares con poco desarrollo”.

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