Grave negligencia política de la oposición

Presentación general del tema

Confirmándose lo que tantas veces alerté desde estas páginas, el 9 de agosto de 2015 ha resultado ganador en los comicios Daniel Scioli del frente kirchnerista. Se especula con que "si se unen Macri y Massa" o "si se cautiva al voto independiente" o "al peronismo ortodoxo" o "si se une toda la oposición", o si…   o si…  Nada de esto va a suceder, porque por ley no se puede y porque no lo quieren ni Macri ni Massa, no seamos ingenuos. Quizá Macri obtenga algunos votos más, pero remontar los casi nueve puntos de diferencia a favor de Scioli es posiblemente una utopía. Me sorprendería gratamente que esto fuera así pero recuérdese que el crecimiento de Macri también será el de Scioli y quizá el de Massa.

La izquierda no votará a la centro derecha de Macri y el peronismo ortodoxo se orientará hacia los otros peronismos, quizá a Scioli pero no al liberalismo que atribuyen a Macri. Por supuesto que la unión de Massa y Macri más la Coalición Cívica y la UCR, como lo propuse antes de junio de 2015, habría reunido el 50% de los votos con una amplia ventaja sobre el FPV de más de diez puntos porcentuales.

Y hoy se estaría construyendo estrategias para llegar al 25 de octubre y al balotaje si fuese necesario, con amplias posibilidades de vencer. Pero la pueril egolatría y la convicción de que algunos, por sí solos, serían presidentes porque cada uno, en su mochila, lleva el bastón de mariscal como decía Napoleón de sus soldados, desalentó cualquier posibilidad de alianzas mediante acuerdos programáticos.

Massa ha dicho después del 9 de agosto, que no hará arreglos con Macri ni con Scioli, por lo cual seguirán hasta octubre con lo que tienen y algún poquito más. Y el tiempo de las alianzas terminó en junio.

¿Los opositores pierden por negligencia una elección y así, sin más, vuelven a lo suyo sin que pase nada, aunque se juegue el futuro del país? No, espero que de ninguna manera. Está probado en las Paso que el 61% que no votó a Scioli no es kirchnerista, pero va a ser gobernado por un minoritario K.

Está acreditado que la mayoría nacional no quiere más la continuación de este modelo destructivo. Y está probado que si se hubieran unido antes de junio se habría cumplido la voluntad de la mayoría y hoy estaríamos en un escenario totalmente distinto. Por ello Macri y Massa son responsables ante la República por sus negligencias y en algún momento deberán ser sancionados políticamente por el pueblo al que irresponsablemente defraudaron.

La estrategia de Cristina:

Dividir para reinar

Durante sus ocho años de gobierno ha dividido permanentemente. Primero, a las huestes kirchneristas, los amigos y elegidos, contra todos los demás argentinos, los réprobos o enemigos. Y dentro de los enemigos, todas las divisiones posibles, de modo que de la fragmentación surgiera la extrema debilidad e incapacidad para sustituir a Cristina y más aun, para gobernar.

Como autoritaria dura y verticalista, formó un bloque impenetrable, con un lema implícito no declarado pero real, en paráfrasis al sistema militar: "subordinación y valor, para defender a Cristina".

Sean cuales fueren sus errores, sus grandes desaciertos, sus irregularidades hasta de tipo penal como su dudoso patrimonio, la muerte de Nisman o las graves denuncias contra sus funcionarios por corrupción y narcotráfico o contra ella misma, el bloque está y estuvo siempre unido justificando todo en homenaje a una obediencia ciega e incondicional.

Los ataques contra todo y en especial contra el Poder Judicial, la prensa, y sus enemigos, se replica en todos y cada uno de sus funcionarios y militantes que aprenden el libreto K como la Biblia, de modo que no queden dudas sobre su conducción de hierro. Siguen votando a ella o a sus militantes subordinados, con delitos, con robos o con corrupción, no importa, porque el pueblo K vive anestesiado.

Esto hace más grave la falta de Macri y Massa porque sabiendo que los K unidos eran más poderosos que ellos desunidos, insistieron en sus posiciones perdedoras.

De cualquier modo, un candidato propio débil, Scioli, y un Macri con escasa base que le permita volver victoriosa en 2019, están siempre en las estrategias de Cristina. Nunca eligió oficialmente a su sucesor, imitándolo a Perón que repetía  que su heredero era el pueblo. Pero como cree que ha superado con creces al caudillo militar, no es el pueblo su heredero sino esa entelequia amorfa, insustancial, mentirosa  y desgarbada que es el "modelo", que luego de doce años nos ha dejado sin valores, sin moneda, sin educación, con súper inflación, con economías regionales fundidas, con inundaciones, sin reservas internacionales, sin relaciones exteriores y sin proyecto de Nación.

El camino que eligió fue promocionar a Florencio Randazzo para Presidente pero al advertir que no medía en las encuestas no tuvo más remedio que ungir a Daniel Scioli quien por dos períodos de cuatro años y antes por su esposo fallecido, fue el blanco del ataque de ambos presidentes, Hebe de Bonafini, funcionarios, militantes y seudo amigos. Daba vergüenza ajena verlo tratado como estropajo en todos los actos oficiales y perder su dignidad en aras de su objetivo electoral.

¿Cómo compensó el desprecio que siente por Scioli con la necesidad de ganar en los comicios de 2015? Le colocó una tobillera electrónica: el candidato a Vicepresidente Carlos Zannini que acompañó a los Kirchner durante más de treinta años, desde los remotos tiempos de Santa Cruz. Es el cerebro estratégico del "modelo" y de las principales leyes que atentaron contra la Constitución y la República. Seguidor de Laclau y de Gramsci, dicen también que abreva en Mao, estuvo siempre en las sombras de las Casas de Santa Cruz y la Rosada. No se le conocía la voz ni aparecía al frente en los actos públicos.

Pero diseñaba todo lo que pergeñaba el matrimonio. La desconfianza total en Scioli obligó a Cristina a ponerle un tutor y curador. De este modo Scioli, que tiene poco del autoritarismo K y del "modelo", se ha lanzado en la Campaña a ser ultra K para ganar los votos del régimen, contra su voluntad e ideología. Pero si se desvía antes o durante su Presidencia si resulta electo, aparecerá Zannini para encausarlo con el mecanismo diabólico que crea conveniente, hasta con la promoción del juicio político mediante un Senado que le será adicto con las mayorías necesarias para imponerse.

Cristina no repara en medios, cualesquiera sean, para perpetuarse en el poder, desde 2015 hasta 2019, en las sombras, dejando actuar a sus militantes y especialmente a Zannini. Y en 2019 en la convicción de que será reelecta Presidente y así se habrá cumplido el deseo de Diana Conti, "Cristina eterna". En este supuesto el régimen completará por lo menos 21 años hasta 2019 y 25 años, hasta 2023 si es reelecta por un segundo período, un cuarto de siglo. ¡Repárese en el daño cuantioso que le puede producir a la República el sacrilegio político de la oposición cometido ahora, en 2015!

A través de este trabajo debo expresar mi vergüenza y mi dolor por la forma en que el relato ha destruido la realidad de la historia y lleva a la creencia de los pobres cooptados, los seguidores de buena fe y los prebendarios de la Presidente, a una votación incondicional por la continuidad del kirchnerismo mediante la adhesión también incondicional de Daniel Scioli, que en algunas encuestas figura como ganador ¡en primera vuelta! Si fuera así, los candidatos de la oposición que constituyen todos juntos la mayoría, deberán rendirnos cuentas a los argentinos y a la República de semejante miopía y astigmatismo políticos.

Es bueno recordarlo para las próximas elecciones.

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