Apareció “Mariandina", un gol narrativo

Historias de la vida en una cancha de fútbol”, una antología que reúne textos de once periodistas mendocinos unidos por la pelota, la pasión y la literatura. Hay equipo...

Se sabe que el fútbol sucede dos veces: una en la cancha y otra en la mente del público. Como sea, siempre está entre nosotros, generando en la cultura popular un género literario aparte: la charla futbolera.

Ya lo dijo Juan Villoro: "Yo creo que para entender una sociedad tenemos que saber cómo se divierte la gente, cómo delega sus ilusiones, sus pasiones, cómo se organiza, cómo decide pasar el domingo. Y una sociedad sólo se explica a partir de estas congregaciones voluntarias donde la gente delega sus intereses y desfoga lo que lleva adentro: el fútbol".

Y así como el cronista mexicano (y unos cuantos grandes más, como Fontanarrosa y Soriano) supieron ver cómo el fútbol expresa de manera concentrada, en ocasiones distorsionada, muchos avatares de la vida contemporánea, aquí y ahora once periodistas se alinean en una antología de "historias de la vida en una cancha de fútbol" que no tiene desperdicio: "Mariandina".

Los autores de Mariandina, pues, saben cómo llegar a la tribuna de lectores. No sólo porque son buenos periodistas (de diferentes medios, varios trabajan en sección deportes) sino porque componen un equipo diverso, capaz de mostrar en cada integrante  particulares destrezas. En algunos de los relatos se busca indagar la vida privada de los goles. Otros, se centran en los misterios de una jugada.

Están los anhelos de un jugador, la frustración, las supersticiones, los miedos y las mitologías. También las relaciones que se tejen dentro y fuera del rectángulo: la de esa jugada en cámara lenta que propone "El reencuentro" o la del protagonista de "El Tano", que lleva debajo la camiseta de "Casate conmigo" quemándole el pecho, o el grito del personaje de "Hincha de Piedra", de Ezequiel Derhun, que reclama desde un vacío existencial: "¡Cómo puede ser que mi viejo no me haya hecho hincha de ningún club!"

"Del susto que teníamos ni la pelota encontrábamos. Se nos venía una manada de leones africanos, esos que tienen hambre las veinticuatro horas", escribe en "La gran final") en el que los jugadores son mitad hombre-mitad máquina. 

"Llegó el martes y el calor era tan insoportable como el 30 de diciembre de 2004, la última vez que te vi. Sé que hubieses dado todo por acompañarme esa mañana en la dupla de defensores centrales, y yo también hubiese hecho hasta lo imposible por compartir equipo con vos", se lee en "Rock y goles sin destino", el relato donde Ignacio de la Rosa resignifica las "zapatillas" de la tragedia de Cromañón.

La antología se completa con Daniel Calivares, Pablo Villarruel, Juan Andrés Azor Reta, Gonzalo Glorioso, Francisco Pérez Osán y Gonzalo Ruiz. Son, como explica Fabián Galdi en el prólogo, "once voces provenientes de una generación de periodistas que se resiste al encasillamiento y a la visión estereotipada que regula el deber ser a todo tiempo y lugar.

Once voces con el uso pleno de la pluma y la palabra para expresarse en libertad, sin advertencias o sugerencias en tono taxativo. Once voces que se expanden desde Mendoza hacia cualquier rincón del mundo con un tributo a esta maravillosa herramienta de encuentro y socialización llamada fútbol”.

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