Francisco, con los más pobres de África

Ayer el Papa visitó Kangemi, una villa miseria de Nairobi, Kenia, donde viven 50.000 personas sin agua ni cloacas. Allí denunció “la atroz injusticia de la marginación urbana, provocada por las minorías que concentran el poder y las riquezas”. Luego viajó

El papa Francisco calificó a África de “continente de la esperanza”, tras su llegada a Uganda ayer, destacando el trato que brinda este país a los cientos de miles de refugiados que recibe en su territorio.

Previamente, también ayer, Francisco había denunciado en Kenia “la atroz injusticia” que representan las villas miseria de las grandes ciudades africanas, fruto de la corrupción y el acaparamiento por parte de unos pocos.

El Pontífice habló en la iglesia de San José Obrero, llevada por jesuitas, en el paupérrimo barrio de Kangemi, en Nairobi. Kangemi es uno de 11 barrios pobres en Nairobi, la ciudad más grande de África oriental. En el vecindario viven unos 50.000 habitantes sin servicios básicos de higiene.

Francisco denunció allí la “injusticia de la exclusión urbana”' y la distribución injusta de la tierra.

“Estas son heridas infligidas por minorías que se aferran al poder y a la riqueza, que egoístamente malgastan mientras una creciente mayoría es obligada a huir a periferias abandonadas, sucias y deterioradas”, afirmó el Papa. “El negarle agua a una familia, bajo cualquier pretexto burocrático, es una gran injusticia, en especial cuando uno obtiene ganancias a partir de esta necesidad”, agregó.

Francisco dijo que la gente que es obligada a vivir en barrios pobres de hecho comparte valores que los vecindarios de mejor posición económica pueden aprender: solidaridad y el ver por los pobres. Adicionalmente, denunció como injusto que familias enteras sean obligadas a radicarse en viviendas inadecuadas, con frecuencia a precios exorbitantes.

Los fieles lo recibieron con efusividad, en medio de gritos de alegría, cantos y bailes.

“¿Cómo no denunciar las injusticias que sufren? La atroz injusticia de la marginación urbana. Son las heridas provocadas por minorías que concentran el poder, la riqueza y derrochan con egoísmo mientras crecientes mayorías deben refugiarse en periferias abandonadas, contaminadas, descartadas”, dijo Francisco.

"Continente de esperanza"

En su primer discurso en Kampala, el Pontífice afirmó que su visita procuraba mostrar a “África como un todo: sus promesas, sus esperanzas, sus luchas y sus logros”. “El mundo mira a África como el continente de la esperanza”, dijo.

El Papa también elogió el trato que da Uganda a los refugiados, poco después de llegar a este país, segunda etapa de su gira por África, iniciada en Kenia.

“Aquí en África Oriental, Uganda ha mostrado una notable preocupación en recibir refugiados, permitiéndoles rehacer sus vidas con seguridad y sentir la dignidad que da ganarse la vida trabajando honradamente”, dijo.

Según datos de la agencia de la ONU para los refugiados (Acnur), Uganda acoge a más de medio millón de refugiados, muchos de los cuales huyeron de la guerra y la violencia en la República Democrática del Congo (RDC) y Sudán del Sur. “Nuestro mundo, inmerso en guerras, violencia y diversas formas de injusticia, está siendo testigo de movimientos de población sin precedentes”, agregó el Papa.

“El modo en que nos ocupamos de ellos pone a prueba nuestra humanidad, nuestro respeto por la dignidad humana y, por sobre todo, nuestra solidaridad con nuestros hermanos necesitados”, puntualizó.

A su llegada a Uganda, el Papa Francisco fue recibido con cantos y bailes, en medio de una multitud, en la segunda etapa de su gira por África, que inició hace tres días en Kenia.

El Papa permanecerá en Uganda hasta mañana domingo, día en que viajará hacia la República Centroafricana, última etapa de su periplo africano.

El veterano presidente ugandés Yoweri Museveni, en el poder desde 1986, afirmó sentirse “honrado de recibir al papa Francisco”, cuya “compasión por los pobres y franqueza de espíritu constituyen un estímulo para todos nosotros”. Una multitud también esperó al Pontífice en Entebbe -a unos 30 kilómetros de la capital Kampala- donde Francisco se entrevistó con Museveni. Además había mucha gente en las calles donde ondeaban banderas nacionales de Tanzania.

“Me gustaría que hablara de la corrupción, que es excesiva en Uganda. Esperemos que nos aporte un cambio político. Tiene que hablar con Museveni. Si un Papa se puede retirar, ¿por qué no va a poder hacerlo un presidente?”, declaró Agnes Mubuya, de 55 años, sentada en una silla de plástico mientras esperaba al Papa en Entebbe.

Alrededor del 47% de los ugandeses, es decir más de 17 millones de habitantes, son católicos. Además es uno de los países africanos donde las instituciones sociales de la Iglesia Católica son más activas.

Mañana, el Papa volará a Bangui, capital de la República Centroafricana, devastada desde 2013 por una guerra civil con tintes religiosos y la etapa más peligrosa de su gira.

Donó equipos médicos a Nicaragua, Bolivia y Paraguay

El papa Francisco donó tres equipos de última generación en tecnología láser para tres hospitales de Nicaragua, Bolivia y Paraguay, destinados a curar niños afectados de calculosis, informó este viernes en Roma la empresa fabricante.

Los equipos, fabricados por Quanta System, empresa italiana líder en esa tecnología, habían sido regalados al Vaticano, que por orden del Papa los donó a los tres países latinoamericanos. Los equipos láser de holmio, denominados Litho, ya fueron entregados a los países beneficiados a través de las nunciaturas apostólicas.

“Estamos felices y orgullosos de ayudar con estos equipos láser, que gracias a una tecnología de última generación, pueden ayudar a mejorar la vida de niños que sufren de calculosis”, aseguró Paolo Salvadeo, administrador de Quanta System.

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