Foto 360: Tachuela Delía, artista visual

Estilo muestra con capturas panorámicas la intimidad de los ámbitos donde los artistas crean. Esta vez, Tachuela Delía nos propone un nuevo juego. En su nuevo taller, un hangar dentro de la bodega “Estrella de los Andes” se oculta un secreto fascinante. A

El nombre... Nació como José Carlos Delía, en Paraná,  cuando corría el año 1978. Desde siempre le dijeron "Tachuela". Su familia viajó de Entre Ríos a Mendoza cuando transitaba la adolescencia. Desde entonces, la ciudad de las montañas lo adoptó.

Salto a la fama... Comenzó a trabajar a los 15 años. Pasó por distintos oficios hasta que descubrió que era bueno con las manos. Lo sedujo el hierro pero la verdadera pasión fue el granito. "Crecí con la piedra", asegura.

De viaje... Fue artesano y nómade. Viajó durante tres años por tierras brasileñas. Vendió sus primeras esculturas en una feria. Dio un salto hacia la creatividad y lo apostó todo. Con prepotencia de trabajo, se forjó como artista.

El riesgo... "Hay que deshacerse de uno mismo. Para romperte necesitás hacer lo diferente". Con estas intuiciones, Tachuela se arriesga en una búsqueda continua. Después de consagrarse con las esculturas en piedra, indaga en nuevos materiales y formatos.

La foto

El lenguaje. Cuando comenzó a esculpir, quiso salir de lo utilitario de la artesanía para dedicarse a "algo que no sirviera para nada". El arte, pues, fue un acto de libertad. Con el tiempo, sus obras han sido reconocidas por la Fundación Forner Bigatti o el Palais de Glace, en Buenos Aires. Y es reconocido a nivel internacional.

Escrito en el cuerpo. Dejó la educación tradicional para "tocar la viola". De hecho, tuvo un pasado de músico. Fundó una banda de reggae junto a varios músicos (como los hermanos Amuchástegui) con la que creó el primer festival de Reggae que se hizo en Mendoza. De esa etapa, le queda tatuado un león.

Poesía para ver. En medio de los campos de maíz, Tachuela contempla el hangar donde guarda su misterio. Tarda en acostumbrarse a la luz del exterior, ya que trabaja prácticamente en la oscuridad, creando un circuito de instalaciones que serán iluminadas con atmósferas sutiles. El juego -adelanta- es entre las formas y las sombras. "Poesía abstracta", dirá. Y agregará: "Pura intuición y espontaneidad".

La muestra que allí se gesta se titula "Claroscuro" y será inaugurada el próximo sábado en "Estrella de Los Andes" (Olavarría 255, Perdriel, Luján) .

El hangar de la creación. Detrás de estas paredes, no sólo se está gestando una muestra. Allí, Delía experimenta su transformación. No es land art, no son esculturas. Es una búsqueda que implica apropiarse de este espacio (un galpón gigante habitado por recuerdos) en medio de una bodega en actividad. Una antigua bodega de Luján reactivada con gusto, diseño e inquietud cultural.

Pero más allá de la propuesta que alberga este cilindro metálico (que sólo se podrá ver desde el 1 de abril), Tachuela adelanta que en el mismo predio se inaugurará la primera “escultura pozo”. Con las herramientas del arte conceptual, él cava el sentido hasta extraer un mundo de interpretaciones.

Tesoros de la nostalgia. Su abuela tenía la peluquería más antigua de Rafaela. A ella pertenece ese broche de gancho metálico que abraza una partitura. Es una escritura musical realizada por su abuelo, Enrique Dall'Agata, integrante de un octeto de jazz.

Trazos. Algunos de estos bocetos insinúan lo que se verá en la muestra "Claroscuro". Tachuela ha diseñado un recorrido por "estados de mi alma". Entre los objetos, se hallan algunas de las reliquias de su pasado familiar. La memoria de la vieja bodega también es protagonista.

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