Focas grises: lindas, adorables... y asesinas

Estudios recientes demuestran que estos simpáticos mamíferos marinos son responsables de una sangrienta mutilación de marsopas en el mar del Norte. Se les adjudica una matanza descontrolada, aunque algunos científicos denuncian que un alto porcentaje es m

Parecía una vista agradable: dos focas aparentemente retozando en el mar antes de deslizarse por debajo de las olas frente a la isla alemana de Helgoland, en 2013.

Luego una ominosa mancha roja se desplegó sobre las olas. Cuando la pareja salió a la superficie, la foca más grande estaba despellejando y devorando a su acompañante.

“Pensamos que estaban jugando”, dice el biólogo marino Sebastián Fuhrmann, de la firma de consultoría ambiental IBL- Umweltplanung, cuyas fotos de la muerte de una foca joven aparecerán en la edición de marzo de la revista Journal of Sea Research. “Se veía realmente bonito, pero en pocos segundos todo había terminado”, señala.

El triunfante cazador de la foca era, sorprendentemente, una foca gris. Durante mucho tiempo se ha pensado que estos animales de ojos conmovedores subsisten gracias a criaturas inferiores como el bacalao. Pero ahora la foca gris parece estar transformándose en la asesina más mortífera del mar del Norte meridional.

Nuevos recuentos oculares y evidencia forense han implicado a estos mamíferos marinos, con tamaño de luchadores de sumo, en la sangrienta mutilación y muerte de focas y marsopas por toda la región. Algunas de estas últimas aparentemente sucumben luego ser emboscadas y mantenidas bajo el agua hasta que se asfixian.

La foca gris “tiene la imagen de un animal bonito, adorable y amigable que come peces”, dice el biólogo marino Mardik Leopold, del Instituto de Recursos Marinos y Estudios del Ecosistema de los Países Bajos. Pero creciente evidencia está sugiriendo lo contrario.


Sorprendentemente peligrosa 
Aproximadamente hace una década, cuando un gran número de cadáveres mutilados de marsopas comenzaron a aparecer a lo largo de la región sureste del mar del Norte, nadie sospechó de las focas grises. Las marsopas fácilmente pueden nadar mejor que ellas, y a las focas no se las había visto comer ninguna otra criatura más grande que un pato.


Pero lentamente comenzaron a acumularse pistas de que en algunas áreas las focas grises son más temibles de lo que los científicos habían notado. 
En 2013, un observador de vida silvestre vio una foca gris cerca de la costa francesa que repentinamente apareció junto a una marsopa y clavó su mandíbula en la cabeza de ésta, según un estudio publicado en octubre de 2014 en la revista Marine Mammal Science.

El mismo año, una foca gris fue vista en aguas alemanas girando por el cuello a una foca indefensa; el cadáver de una foca a medio comer apareció en la costa el día siguiente, según el estudio de la próxima emisión de la revista Journal of Sea Research.

También se ha encontrado ADN de foca gris dentro de marcas de mordidas en cuerpos de marsopas muy maltratadas, según un par de estudios publicados en 2014 en las revistas Plos One y Marine Ecology Progress Series.

Gracias a análisis de ADN, los científicos pueden rastrear ciertas lesiones de marsopas. Esto se debe a que las focas a menudo causan grandes áreas de pérdida de piel y grasa, además de entre tres y cinco rasguños paralelos en la piel de sus presas, según un estudio publicado en noviembre de 2014 en la revista Proceedings de la Royal Society B.

Aunque los científicos han descartado otros culpables de los cadáveres mutilados, incluyendo depredadores como tiburones de Groenlandia, algunos biólogos siguen mostrándose escépticos de que las focas grises sean las principales responsables.

Por ejemplo, el biólogo Dave Thompson cree que muchas de las focas que se piensa que fueron comidas por focas grises de hecho fueron destrozadas por hélices de barcos, y que las focas grises buscan la carroña luego de muertas.

“Cadáveres dañados por hélices parecen surgir por todas partes que miremos, por lo que el problema está muy generalizado y sigue siendo masivamente subinformado”, dice Thompson, de la Universidad de St. Andrews, en Escocia.

Aun así, está claro que “tenemos un nuevo depredador de primera en el mar del Norte”, especialmente de marsopas en los últimos cuatro años”, concluye Thibaut Bouveroux, de la Universidad Metropolitana Nelson Mandela, en Sudáfrica.

“La pregunta es por qué”, considera.


Bonita y mortal 
Los científicos tienen varias teorías. Es posible que las focas grises desarrollaran recientemente un gusto por la carne de marsopa luego de cazar las que quedan atrapadas en redes de pesca o porque los peces que normalmente comen las focas grises escasean cada vez más.

Otra idea es que estos merodeadores de las olas simplemente han vuelto a sus viejos hábitos: los mamíferos han recolonizado las zonas del sur del mar del Norte luego de haber sido casi eliminados en la región debido a la caza excesiva.

Cualquiera sea la razón, otros animales deberían extremar las precauciones ante esta atractiva foca de enormes ojos vidriosos y aletas de payaso. “Sólo porque sean bonitas no las vuelve menos depredadoras”, dice el biólogo Abbo Van Neer, de la Universidad de Medicina Veterinaria de Hannover, Alemania. “Sí, es sangriento. Sí, es horrible. Exactamente así es la naturaleza”, agrega.

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