Ex líder del FMI dice que no sabía que a sus orgías iban prostitutas

“No me gusta pagar a las mujeres, lo que me gusta es la fiesta”, declaró al tribunal el financista francés, acusado de proxenetismo.

Ex líder del FMI dice que no sabía que a sus orgías iban prostitutas
Ex líder del FMI dice que no sabía que a sus orgías iban prostitutas

El ex director del FMI Dominique Strauss-Kahn, juzgado en Francia por proxenetismo, afirmó ayer ante el tribunal que no cometió ningún crimen y reiteró que ignoraba que fueran prostitutas las mujeres que participaban en las “fiestas libertinas” organizadas por su círculo de amigos.

Strauss-Kahn comparece junto con otros 13 imputados en el juicio del “Carlton de Lille” por proxenetismo agravado y es pasible de 10 años de cárcel y 1,5 millones de euros de multa.

Vestido de traje oscuro y corbata clara, con el rostro tenso, “DSK” inició ayer tres días de audiencia ante un tribunal de Lille (norte de Francia).

DSK reiteró la que ha sido su línea de defensa desde el comienzo del caso, es decir que ignoraba que las mujeres que participaban en las orgías fueran prostitutas.

Al preguntarle el presidente del tribunal si había “cambiado de opinión” al respecto, DSK respondió negativamente.

Negó que tuviera el menor gusto por las relaciones sexuales pagadas. “La concepción de las relaciones sexuales que tengo no es hacerlo con prostitutas”; “eso no me gusta, lo que me gusta es la fiesta”, dijo.

Negó asimismo que hubiera desempeñado papel alguno de “organizador” de dichas fiestas. “No me considero para nada organizador de esas veladas. Yo no tenía tiempo de organizar velada ninguna”, dijo.

El tribunal leyó poco antes una carta que él entregó durante la instrucción a los expertos en psiquiatría encargados de analizar su personalidad. “No cometí ni crimen ni delito”, escribió en esa carta.

Relativizó además la frecuencia de las fiestas libertinas. Cuando se lee la orden de comparecencia ante el tribunal “se tiene la impresión de una actividad frenética” en la que las fechas se mezclan de manera imprecisa, lamentó DSK, recalcando que “no existió esa actividad desenfrenada”.

DSK ha sostenido siempre que se trataba de fiestas libertinas que reunían a adultos que así lo consentían. Las participantes, por su parte, describieron durante la investigación relaciones sexuales que se asemejaban a una “carnicería”.


"Parecía contento"
En un punto positivo para su defensa, Mounia, ex prostituta y demandante en el proceso, afirmó ayer que nunca habló "de dinero", "de tarifa, ni nada así" con él durante una velada en un hotel de París. La mujer reiteró que había sido advertida de la identidad de su cliente por otro de los acusados, el empresario David Roquet, que la había reclutado para "ver si convenía" a DSK.

David Roquet, fascinado por Strauss-Kahn, al que ya veía presidente de Francia, buscaba de esa forma ganarse la simpatía del político. Roquet declaró ante el tribunal que en ningún momento DSK supo la profesión de las “chicas cultas y elegantes” que se le presentaban.

Mounia evocó ante los jueces con voz quebrada una relación sexual “brutal, pero consentida” con DSK. “Su sonrisa me marcó del principio al fin. Parecía contento de lo que hacía”, dijo la mujer.

Incluso según la acusación, Dominique Strauss-Kahn no pagó probablemente nunca a una prostituta en esas fiestas organizadas por su círculo de amigos, del que formaban parte, además de David Roquet, otro empresario, Fabrice Paszkowski, y un policía, Jean-Christophe Lagarde.

La principal sospecha contra él es haber sido “el rey de la fiesta” en esas orgías, realizadas en el norte de Francia, en París y en Washington, sede del FMI, donde se organizaron tres viajes de mujeres cuando él dirigía la institución.

Sus abogados denuncian que es acusado en base a una interpretación abusiva del derecho y por motivaciones “políticas, ideológicas y morales”.

La llegada de Strauss-Kahn al tribunal ayer por la mañana fue tumultuosa debido a que tres mujeres del movimiento Femen con los pechos desnudos se abalanzaron sobre su automóvil.

Las tres activistas, con el torso y la espalda pintadas con consignas contra la prostitución y el proxenetismo, sorprendieron a los policías que custodiaban el tribunal y una de ellas logró subirse al capó del coche de Strauss-Kahn.

Poder y sexo, vieja historia

En la historia abundan las anécdotas de alcoba. César coleccionaba las aventuras, Napoleón no podía pasar una noche solo, Enrique IV de Francia tuvo unas 70 amantes.

Sin hablar de las conquistas de Luis XIV, o de la vida amorosa de los presidentes franceses Giscard d'Estaing, Chirac y Mitterrand... John Fitzgerald Kennedy practicó una sexualidad obsesiva. Y Silvio Berlusconi fue condenado a 7 años de prisión por incitación a la prostitución de una menor.

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