Estimular a jóvenes emprendedores

Cada vez son más los emprendedores mendocinos que salen al mercado con actividades y negocios innovadores, apostando a la imaginación y al trabajo y no a la ayuda estatal. Un modelo que en Mendoza parece dar frutos.

Cuando la sociedad se siente dominada por el escepticismo y las noticias negativas de inseguridad, drogas y asesinatos discurren por los medios de comunicación, situaciones como la ocurrida con Julio Fourcade, el mendocino que fue distinguido con una mención de honor de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en el marco del Premio Joven Empresario 2014, reconfortan y promueven un alivio en medio de la tensión social.

Con 33 años, nuestro coterráneo obtuvo el galardón en la categoría Relevo Generacional por el emprendimiento turístico que lleva adelante junto con su hermano Heytel, en una antigua estancia familiar en la montaña de Potrerillos. Tanto Julio, su hermano, y otros colegas de edades similares de esta tierra cuyana, fueron promovidos por la Federación Económica Mendocina (FEM) y lanzados al ruedo a competir con otros pares del país.

Estos emprendedores, los que ganaron un reconocimiento y los que alcanzaron la nominación, representan una interesante realidad, conformando una fuerza social y económica de personas menores de 35 años que apuestan a la creación, desarrollo, capacidad competitiva y fomento del empleo.

Su gestión se opone a la cómoda (y carente de ideales) dependencia de subsidios.

Obviamente, en determinados momentos de la puesta en marcha de sus emprendimientos, los participantes de esta selección recibieron apoyos externos, pero solamente como un punto de partida para que las actividades proyectadas no se cayeran y tuvieran que ser abandonadas.

Con el motor de sus ideas en marcha, esta camada empresaria sigue apostando al trabajo, la iniciativa y los valores como el bien social, la transparencia y la formación de una comunidad organizada y más equitativa.

Si bien el proyecto de los hermanos Fourcade fue el que más alto apuntó y recibió uno de los reconocimientos principales de la organización empresaria nacional, las restantes delegaciones mendocinas dejaron muy bien a la provincia. Jóvenes como estos son ejemplo para que otros imiten sus experiencias.

Creemos entonces que el espíritu emprendedor, también multiplicado en personas de otras edades, incluso mayores, es el que hace la diferencia en una sociedad que aspira a ser mejor y con una economía más humana, haciendo predominar la innovación, la generación de trabajo y la convicción de transformar el contexto en el que se vive y actúa.

El treintañero premiado por la CAME al que hacemos referencia en este comentario, ingeniero industrial, también tiene mérito por mantener, junto con los suyos, un patrimonio lugareño como la estancia Fourcade, conservando esa propiedad y revalorizándola cuando en ocasiones se ha visto la pérdida sin remedio del patrimonios culturales, arquitectónicos e históricos en muchos ámbitos de nuestra provincia. “Me emocioné cuando mencioné la estancia”, admitió Julio al evocar las palabras que pronunció en el momento en que le dieron la mención.

Nos congratulamos entonces por estos jóvenes y exitosos, con edades entre los 30 y 35 años, que están armonizando empresas o pymes, procurando abandonar la cómoda posición de esperarlo todo de las arcas públicas, sin devolver nada, y defraudando al fisco, como en muchas ocasiones se ha visto en otras actividades.

Y, aunque pueda parecer de aviso publicitario, el entusiasmo y la creatividad de estos muchachos para desarrollar sus ideas han sido aptitudes que pesaron más de lo que cualquier escéptico podría pensar.

Es de esperar que los gobiernos locales -el actual y el que le suceda- sigan apoyando a estas pymes juveniles y familiares para evitar, como ocurrió en otros tiempos, que los que recién se inician se vayan fuera del país y puedan desarrollar aquí todo su potencial.

En Buenos Aires, en el acto de premiación del concurso de la CAME, su presidente, Osvaldo Cornide, se refirió a la intención que hemos valorizado en esta nota.

“La juventud es un factor de consumo, conocimiento y poder. Aspiramos que usen ese poder para resolver problemas y preservar al mundo en el que vivimos”. Podríamos agregar que sirve de fuerza transformadora del país que habitamos, envidiado afuera y no siempre bien protegido desde dentro.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA