Espacios residuales: pequeños terrenos, grandes proyectos

Los espacios residuales tienen a su favor no sólo ubicaciones más céntricas, sino también potencialidades impensadas. En esta nota la arquitecta Marcela Brkljacic, nos hace descubrir desde su propio hogar, todo lo que un terreno chico tiene para decirnos

Es común pasar por diversos barrios, en pleno corazón citadino, o un poco más alejados del kilómetro 0 (pero con una proximidad tentadora que permite hasta ahorrar en movilizar un vehículo), en donde los terrenos pequeños, o magros en ancho tientan por su ubicación pero desalientan por el tamaño.

Sin embargo esto no es así. Si hay algo que tiene la cabeza de un arquitecto es el vuelo inmejorable de ver posibilidades infinitas en un ladrillo.

Es desde esa mirada superadora que un terreno chico puede resultar un espacio residual, con perfil de gran hogar.

La reconocida arquitecta Marcela Brkljacic explica, en primera persona (con un terreno de sólo 5m lineales de frente, hoy su propia casa), que ese ínfimo territorio puede ser una verdadero crisol de alternativas originales y espaciosas.

Agudizar la mirada

A la hora de hablar de la elección de comprar un terreno pequeño para construir, la arquitecta Marcela Brkljacic argumenta: “Si se compra un terreno pequeño, aunque mucha gente suela desesperarse por encontrar uno de grandes dimensiones -un punto que me parece en el que se equivocan- es porque ese espacio en general suele ser un terreno residual urbano, con al menos un punto a favor.

En este sentido, algo que le resulta interesante a la persona que lo compra puede ser el área en la cual se va a vivir, o a hacerse la casa. Seguramente será una zona urbana que tendrá siempre una serie de ventajas con respecto a otras, como pueden ser temas de infraestructura, comunicaciones, o ser parte de un vecindario cerca del centro”,

- ¿Qué es lo más importante a tener en cuenta a la hora de comprar este tipo de terrenos?

- Lo fundamental es tener muy claro que la casa que se desee construir no puede pensarse en los términos de una  casa típica, en “L”, o con determinadas características que suelen verse en terrenos grandes, ya que se trata de optimizar espacio, y dar visualmente la idea de fluidez y espaciosidad. En general lo que ocurre es que las dimensiones que no se tienen con el ancho del terreno, o en profundidad, se tiene en altura. Se trata de una de las grandes resoluciones que hay que saber ver. Por ello es fundamental la guía de un arquitecto.

- Pensar en la verticalidad, y construir hacia arriba es una opción que da mucho espacio, como en tu casa...

- Sí, pero la altura no significa que la vivienda se vaya siempre para arriba, sino que puede hacerlo también hacia abajo. Hay que saber ver que se puede llegar a tener sótanos, medio nivel hacia arriba, u otro nivel más, ocupando otras posibilidades de entradas de luz cenitales o superiores.

- ¿Qué problemas puede surgir para resolver en espacios tan pequeños desde lo horizontal?

- Uno de los problemas básicos de los terrenos pequeños para las soluciones arquitectónicas, es que en general no se tiene una posibilidad de iluminación natural en todos los espacios.

- ¿Qué materiales pueden ayudar a repensar y resolver el espacio?

- Hay que tratar de mantener esa dimensión mínima que tiene el terreno (en mi caso los 5 metros lineales de frente) de manera visible y constante. Por ejemplo: que no aparezcan muros intermedios, y sí que sean pequeños. En general creo que la resolución más práctica sería como una planta libre. Un esquema estilo loft en planta baja. Antes las casas tenían una puerta que separaba el estar del comedor, o el comedor de la cocina. En este tipo de terreno, se trataría de apostar a un espacio abierto integrado.

- ¿Qué otros aspectos necesitan ser resueltos?

- Hay ciertos núcleos en arquitectura considerados como “rígidos” que serían los servicios; como baños, esquinas, lavanderías y la circulación (es decir la escalera, por ejemplo). En este tipo de dimensiones resolver la escalera resulta crucial, ya sea que se construya hacia arriba o para abajo.

- ¿Qué hay que tener en cuenta con ellas?

- En las escaleras lo importante es que se sientan como “livianas”. Es decir que no sean esa clase de escaleras pesadas, cerradas de huella y contrahuella neta, sino con espacios abiertos, como pueden ser escaleras metálicas, con escalones de madera, o escaleras completamente metálicas con escalones de metal desplegado, o las de estilo caracol; incluso.

- ¿Son siempre simplificadoras las escaleras caracol?

- Tienen varios temas a tener en cuenta. Primero, aunque parezca raro, la escalera caracol termina ocupando más espacio en planta, en desarrollo horizontal, que otro tipo de escaleras. Una escalera caracol que sea cómoda debe tener una dimensión que sea importante para quien la use, y no siempre es así. Al mismo tiempo el pro que tiene es que suma cierto valor escultórico en el espacio y realmente queda muy bien. Si se resuelve bien por el profesional, con materiales como el metal (con la posibilidad de peldaños de madera), son elementos que permiten cierta transparencia o afluencia del espacio, generando que el terreno se vea más grande de lo que es.

- ¿Qué espacios no está bueno resignar?

- No hay que renunciar a nada que signifique calidad de vida. Y la calidad de vida, desde mi mirada, está dada por la luz natural y la relación con los espacios abiertos de la casa para que no quede fragmentada, sino que se logre una continuidad entre espacios abiertos y los de transición; como pueden ser las galerías o pérgolas.

- ¿Algunos trucos para no generar "cortes" en los ambientes?

- Algunos trucos pasan por la uniformidad de los pisos, rescatar las paredes en las que va a pegar la luz y aprovecharlas para meter ahí un color importante. El problema es cuando se fragmenta mucho dentro del espacio, porque eso como que “lo parte”.

Otro punto clave para no perder terreno es no tener espacio de circulación. Es decir: no podemos tener un pasillo en una casa con un terreno chico, porque es un espacio que se está perdiendo. En todo caso hay resoluciones para eso. Por ejemplo: si se tiene que hacer  un pasillo, lo construyo para que en él haya un placard que además funcione como lavadero.

Hay que entender que no vivimos en metros cuadrados, sino cúbicos.

1. Un portón da lugar a la casa con dos entradas. La primera con una escalera independiente que da al recién construido departamento (estilo loft) para la hija de la arquitecta. La otra entrada da al living familiar.

2. Peldaños en madera para generar fluidez visual.

3. Entrada al departamento. Con cocina a la izquierda, y escaleras en la planta superior que dan al área de trabajo de la joven, y mediante un puente, al dormitorio y al baño. Siempre está conectada con la casa familiar.

4. El estilo loft se aprecia en el departamento. Está recientemente construido. Arriba, el área de trabajo de la joven.

5. El dormitorio. Resguarda la intimidad por medio de una puerta, y el pequeño baño.

6. La otra entrada a la casa familiar.

7. De la entrada se da paso a un living, con la consiguiente zona de cocina y comedor, sin separaciones que corten. Al fondo puede vislumbrarse el patio con terraza.

8. A la izquierda, una escalera invita al ascenso a las diversas plantas.

9. Desde el living, la mirada se va hacia arriba para visualizar las diversas plantas interconectadas, que dan a espaciosos dormitorios.

10. El living visto desde abajo.

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