Enseñaron a mujeres a hacer velas para que puedan trabajar

La máxima filosófica de Confucio es más que clara y no precisa de interpretaciones ambiguas o lecturas entre líneas. “Dale un pez a un hombre y comerá un día. Enséñale a pescar y comerá siempre”, reza.

Llevando a la práctica esta filosofía, un grupo de adolescentes de la escuela Fernando Lorenzo dictó, a lo largo del año, talleres para más de 150 mujeres que se encuentran en situación de vulnerabilidad y cuyos hijos son asistidos por la Fundación Conin (para hacer frente a la desnutrición infantil).

Treinta y cinco alumnos de quinto año de ese establecimiento compartieron, a lo largo de 2014, sus conocimientos y les enseñaron a las mencionadas madres a hacer velas aromatizadas, talco, alcohol en gel y pasta de lassar (un ungüento que sirve para proteger la piel de los bebés), productos que elaboran a diario en el establecimiento ubicado en la localidad de Gutiérrez (Maipú).

“Nosotros tenemos una materia que se llama ‘proyecto de intervención socio comunitaria’ y el objetivo es, justamente, ayudar y hacer un aporte a la sociedad.

Entonces se nos ocurrió hacer los talleres para que las madres puedan participar cuando van a Conin, mientras sus hijos se encuentran en el jardín. Allí se dictan distintos talleres y nosotros llevamos el nuestro, para enseñarles a hacer estos productos y que ellas tengan la posibilidad de trabajar después y tener su microemprendimiento", destacaron los alumnos a Los Andes.

El proyecto resultó ganador en Mendoza en un concurso de Escuelas técnicas y eso le valió a los chicos viajar a La Rioja para exponerlo.
"El 30 (jueves que viene) tenemos que volver a la fundación para hacer la evaluación y ver los resultados de los talleres. Pero tenemos ganas de volver y seguir dando talleres. Fue una experiencia increíble", sintetizaron.

Salida laboral
La escuela 4-166 "Fernando Lorenzo" está ubicada en el corazón de Gutiérrez, Maipú. Como toda escuela técnica, tiene seis años de cursado y el título con el que egresan sus estudiantes es el de Técnico en Farmacia y Laboratorio.

Todos los años, los alumnos que están en quinto tienen que desarrollar un proyecto socio comunitario y así fue que surgió la idea de los talleres a las madres que llevan a sus hijos a la fundación presidida por Abel Albino.

“Se nos ocurrió llevar las cosas que hacemos todos los días en el laboratorio pero no llevar los productos y nada más, sino que quisimos enseñar a hacerlos. El taller duró dos semanas y, al principio, fue un poco difícil porque no había mucha confianza. Entonces no todas venían y a eso se le sumaba que nosotros estábamos nerviosos.

Pero cuando llegamos allá, nos dimos cuenta de que todo era más simple y las mujeres se fueron prendiendo de a poco. Fue realmente hermoso”, coincidieron los chicos durante la mañana de ayer en una de las aulas del colegio, mientras hacían el balance.

Los talleres se dictaron a principios de agosto y se extendieron durante cuatro horas en las instalaciones de Conin.

“Nos encontramos con una realidad y es que a veces la fundación no puede trabajar con los chicos porque sus madres no los llevan. Cuando los llevan, ellas tienen que quedarse a la mañana en el lugar mientras los chicos estén allí, algo que no siempre ocurre. Entonces, con los talleres, se mantenían haciendo algo mientras sus hijos estaban en el jardín.

Muchas nos dijeron que querían aprender para hacerlo en sus casas, para los souvenirs de sus hijas y hasta para venderlo. Muchas madres nos pidieron que volvamos y hasta nos preguntaban dónde podían comprar el material para hacerlo en sus casas”, agregaron.

Los talleres estuvieron coordinados por María Julia Martino y Rubén Cipolla, los dos profesores de quinto (turno mañana y turno tarde), además de la coordinadora del área técnico-química (Verónica Costarelli) y la directora del establecimiento (Adriana Carrión).

“Nuestro objetivo desde un principio fue incentivar a las madres, por medio de los talleres, para que estén toda la mañana en la fundación. Habían donado los materiales para que trabajáramos en Conin y nos adaptamos para trabajar allá, ya que no es lo mismo que en el laboratorio.

Pero al final del día algunas venían a preguntarnos dónde podían comprar material para hacerlos por su cuenta. La verdad es que todo ha sido maravilloso.

Desde la respuesta de las madres que participaron hasta que el proyecto haya sido mostrado en La Rioja, pasando por el reconocimiento del doctor Abel Albino, quien nos dio una charla sobre la desnutrición y las formas de prevenirla. Nos sentimos satisfechos y contentos cuando terminamos”, destacaron los adolescentes de entre 17 y 18 años.

Generosidad
María Julia Martino destacó que, además de los talleres -y como parte del mismo proyecto socio comunitario-, los alumnos de quinto año también hicieron una colecta de ropa, zapatillas y mercadería para niños que asisten a Conin.

“Participó toda la escuela y todo el barrio. Fue muy interesante la cantidad de cosas que se juntaron y que se llevó a la fundación también. Ha sido una experiencia más que alentadora”, sintetizó la profesora durante la mañana de ayer, mientras con los chicos ya se encontraban en el laboratorio de la escuela, trabajando y creando -una vez más- los productos que ya son parte de su vida cotidiana.