Encrucijada económica

En varias publicaciones se ha expuesto sobre la importancia y trascendencia de los precios en general.

En esta oportunidad se incluyen las tarifas del servicio público, que son los precios que establece el Estado para sus empresas o concesionarios del servicio.

Estos precios también deben ser verdaderos, caso contrario provocan idéntico daño como cualquier otro precio falso. Lo mismo que la tasa de interés.

Los precios falsos no permiten un equilibrio sustentable, porque si son falsos son impuestos y si son fijados hoy,  mañana también y cambiados. Impiden  la estabilidad y desalientan  las inversiones.

Es un error creer que los precios afectan exclusivamente al bien y/o servicio de que se trata.

Todas las actividades económicas están relacionadas a través del precio. Por lo tanto, cualquier cambio afecta todas las transacciones de bienes y servicios. A veces insignificante, otras han provocado crisis mundiales.

El tetra etilo de plomo se agrega a las naftas para mejorarlas. Pero como el plomo es tóxico algunas sociedades lo prohíben, otras no y otras lo permiten si se agrega algún procedimiento que elimine el gas tóxico. Dichos productos se interrelacionan y a su vez lo hacen con los combustibles, fuentes de energía, metanol, motores de combustión, mecanismos para eliminar gases tóxicos, importación, exportación, etc.

Las relaciones económicas están entrelazadas las unas con las otras. La actividad agroindustrial vincula dichas actividades y a su vez se relaciona con la comercial, de transporte, de servicios y financiera.

Indiscutiblemente, el precio es el rector de la actividad económica, de las transacciones, de los intercambios, de la economía política, del bienestar o malestar  social.

Cuando los precios son correctos, verdaderos, todo el engranaje económico, todas las relaciones económicas, todas las actividades económicas funcionan al óptimo y el sistema natural de precios, en forma automática busca el equilibrio entre necesidad social y posibilidades. Cuando los precios son falsos, su información también es falsa, se produce lo que no es necesario a costa de lo necesario, se interrumpe y traba el proceso económico y disminuye la ocupación laboral.

Los precios falsos y el déficit fiscal son lacras, flagelos, vicios, defectos que originan desocupación laboral y su consecuencia, recesión económica.

La  encrucijada económica, no política ni cultural, económica, es: reconocer,  aceptar y establecer reglas de juego acordes con las leyes naturales o permitir que el hombre dirija la economía a su criterio, agravando los problemas y dificultades existentes.

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