En Raqa, los yihadistas se esconden en túneles

En la “capital” del califato del EI, los bombardeos aliados obligan a los yihadistas a protegerse cuando suenan las sirenas.

Cada vez que las sirenas retumban para avisar de un bombardeo en Raqa, feudo del grupo Estado Islámico (EI) en Siria, los yihadistas corren a esconderse en túneles y trincheras, cuentan los habitantes de esta ciudad.

“Las sirenas instaladas por todas partes, en tejados y calles, alertan a los miembros del EI de la inminencia de un ataque aéreo”, cuenta Taym Ramadan, un habitante de Raqa, dando un valioso e inusual testimonio de la vida en esta ciudad del Éufrates, aislada del mundo por los yihadistas.

“En cuanto oyen las sirenas, huyen de inmediato de sus posiciones, abandonan sus vehículos y corren a esconderse”, añade este miembro de un grupo que documenta los crímenes de los yihadistas, llamado “Raqa masacrada en silencio”.

La ciudad de Raqa, capital de una provincia agrícola, cayó en manos del EI a comienzos de 2014. Se la considera la “capital” del califato proclamado por la organización ese año en los territorios bajo su control en Irak y Siria.

La comunicación con el exterior se efectúa por internet, sin que se enteren los yihadistas, que han limitado fuertemente su acceso, cortando la conexión de los particulares y obligando a los cibercafés a facilitarles la identidad de sus clientes.

Ante la intensificación de los bombardeos aéreos franceses y rusos, tras los atentados del 13 de noviembre en París y la explosión de un avión ruso en Egipto, los combatientes del EI han desarrollado tácticas nuevas para protegerse.

“Se esconden en trincheras subterráneas, y se han llevado sus bases a los barrios residenciales”, explica Abu Sham, otro miembro de

“Raqa masacrada en silencio”, contactado por internet por la prensa occidental.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una ONG que dispone de numerosas fuentes en el terreno, dice también que se han desplazado algunas bases de la organización a barrios residenciales, muy populosos.

“Organizan reuniones en túneles, han trasladado los depósitos de armas a los barrios residenciales y han evacuado los campos de entrenamiento, en particular los de Al Karin y Al Itimad”, detalla por su lado Hisham al Hashimi, experto en grupos yihadistas.

“El EI celebra también sus reuniones en los hospitales y las mezquitas, porque sabe que esos lugares no serán atacados” por la coalición internacional liderada por Estados Unidos ni por los aviones rusos, añade.

Cibercafés cerrados

“El problema es que los bombardeos pueden durar todo el día y toda la noche, y cada vez más ululan las sirenas de alarma”, dice Abu Sham.

Una molestia más para una población sometida a un control meticuloso por parte del grupo yihadista, conocido por su letanía de atrocidades (decapitaciones, crucifixiones, torturas, reclutamiento de niños soldados, esclavitud).

Recientemente, el EI instaló puntos de control para verificar los documentos de identidad. Según Abu Sham, el grupo hace además redadas nocturnas en los cibercafés, y el OSDH señala que se han cerrado varios de ellos, por no cumplir condiciones como la separación entre hombres y mujeres.

Además, los habitantes de Raqa deben presentar una autorización para abandonar las regiones controladas por el EI.

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