En Perdriel, se oponen a una planta de residuos peligrosos

Los habitantes reconocen el servicio como necesario, pero piden que se instale en el distrito Industrial. Prometieron acciones de rechazo si se insiste en su radicación en la zona.

Habitantes de Perdriel se pronunciaron en contra de la instalación de una planta de residuos peligrosos, servicio que quiere instalar una empresa dedicada a ese rubro en el sur de Luján de Cuyo.

Ayer se realizó una audiencia pública en el marco de los procedimientos de impacto ambiental que lleva adelante la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial de Mendoza. La reunión tuvo lugar en la sede que la firma posee en el kilómetro 21,5 del Acceso Sur o ruta nacional 40, a 500 metros al sur de la calle Olavarría.

El grupo que planea desarrollar esa prestación -Resipel SRL- fue representado en la explicación técnica del proyecto por el ingeniero electromecánico Héctor Roitman, en una sesión abierta e instruida por Claudia Carnero y María Eugenia Luján, funcionarias de la Secretaría de Ambiente provincial.

En el lugar se planea depositar, bajo condiciones de seguridad según el industrial, elementos contaminados provenientes de los hogares y la pequeña empresa, como hidrocarburos (tarros, latas, estopas, gasas); aceites usados; aceites mezclados con agua, tubos fluorescentes y lámparas larga vida; pilas y baterías de automotores y pilas de teléfonos celulares, entre otros elementos.

Puntos de vista
Uno de los primeros vecinos en expresarse negativamente fue Roberto Stocco (de calle Olavarría, dirigente de la unión vecinal Perdriel Este). "Nos enteramos de esta audiencia entre 'gallos y medianoche'...Perdriel no es el basurero de Mendoza ni de Luján de Cuyo. Nos oponemos en forma terminante y nos haremos escuchar", dijo.

Stocco formó parte del rechazo a que se instalara en el distrito una planta de residuos cloacales municipal (en la administración del intendente de FpV, Carlos López Puelles), que, al parecer, se colocaría en Agrelo.

El ingeniero sanitario Eduardo Barbeito, poblador de la zona, hizo referencia al crecimiento residencial del distrito, especialmente al este del Acceso Sur, donde habitan, según su cálculo, más de 1.500 familias. Fue el primero en señalar que “un pasivo ambiental como el que se quiere colocar aquí debería ser llevado al Parque Industrial Provincial (PIP); ése sería el lugar apropiado”.

Este punto de vista fue ampliado por el ex investigador del Conicet, ambientalista y propietario en la zona, Ángel Berra. Defendió la calidad de los suelos para la producción de uvas de primera y señaló la existencia de numerosas bodegas en las cercanías. “Esto (la planta) debería instalarse en el distrito Industrial (creado por ordenanza municipal en 2001)... Aquí van a contaminar los cursos de agua”, detalló. Otros pobladores hicieron referencia a los aluviones registrados en la región, como el de 2005.

Carina Médico, arquitecta y defensora del ambiente y los animales, también se opuso. “Ésta es una zona agrícola y turística, con crecimiento en residencias unifamiliares. Estamos de acuerdo con el fin propuesto por la empresa, pero éste no es lugar correcto”, indicó.

Claudia Di Matteo, afincada en un barrio privado, fue categórica al expresar: “No hay consideración con los centros poblados que se están desarrollando desde hace más de 10 años; de ejecutarse esta instalación nos volcarán un pasivo ambiental que se quedará con nosotros, sin importar los intereses y los derechos adquiridos de muchas familias que eligieron este punto para vivir. Perdriel no es desechable”.

Por su parte, el técnico en Higiene Industrial, Roberto Bellene aclaró que no tenía intereses en el lugar y apoya la iniciativa. “Tener un sitio donde se puedan acopiar estos materiales es importante; por lo escuchado no veo nada peligroso, no hay nada que pueda explotar, pero respeto las opiniones escuchadas”, dijo.

Un vecino del barrio Adina, al oeste del Acceso Sur, también se opuso, y lo mismo planteó Pablo Kurtz, de calle Terrada, quien de paso pidió acciones para detener el basural existente en la margen izquierda del río Mendoza. Asimismo, demandó medidas para que se frenen los basurales espontáneos que surgen en las laterales del Acceso Sur. “El municipio o Vialidad limpian y a los pocos días aparecen de nuevo”, indicó.

Otro aspecto que solicitaron los habitantes es disponer del tiempo necesario para estudiar el expediente y redactar sus objeciones por escrito. “El lapso de 48 horas para explicar nuestro razonamiento es insuficiente y requerimos más tiempo”, acotó Stocco.

La firma
Roitman, informante de la empresa, dio garantías a la audiencia de que el depósito que se intenta abrir "trabajará con márgenes de seguridad, con contenedores cerrados y sellados, con un depósito construido a tal efecto, sin poner en peligro el contexto, y con bajo riesgo de incendio o de contaminación del agua".
Explicó que prácticamente no hay en Mendoza lugares apropiados para enviar estos deshechos, y uno de ellos es una planta ubicada en la ruta 52, camino a Villavicencio, donde están las cementeras.
Comentó que los materiales peligrosos son enviados a recintos especiales, ubicados en Córdoba y Rosario, con altos costos de traslado.

Cómo sigue el procedimiento

Las instructoras de la audiencia explicaron al público que ahora el Estado evaluará todos los elementos disponibles.

Son estos: la propuesta de la empresa, el contenido de la audiencia (que no es vinculante), los informes sectoriales de organismos públicos y el estudio de impacto ambiental realizado por una universidad privada.

Con todo ese material, la Secretaría de Ambiente se pronunciará autorizando la instalación, denegando su factibilidad o autorizando el proyecto con acciones previas o de mitigación determinadas.

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