En lo que va de 2017 exportaciones de mosto y vino a granel caen casi 50%

Lo atribuyen a la vendimia, suba de precios y pérdida de la competitividad. En 2017 salieron poco más de 177 mil hectolitros y 33.500 toneladas, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura.

Una cosecha pobre que revalorizó la uva, sumado a costos internos en ascenso lento pero sin pausa y un tipo de cambio que, pese a una devaluación que lo llevó de $ 14 a más de $ 17, no alcanza a fortalecer la competitividad en los mercados internos, es la sumatoria de factores para explicar porqué las exportaciones de vino a granel no repuntan, y tampoco las de mosto, con mermas cercanas al 50%.

Las últimas estadísticas de ventas al mercado externo en el transcurso de 2017 del INV muestran que, si bien los fraccionados lo sintieron menos (-4,6% acumulado entre enero y julio, respecto de igual período de 2016 ), los despachos a granel fueron 177.400 hectolitros, o sea, 44,3% debajo de 2016.

En el primer caso, la variación no es muy distinta entre los de color, con -4,6%, y blancos,-4,4%.

Los números del mes, en tanto, dividen las aguas entre el vino envasado, con un repunte del 5,8% (166.877 hectolitros), y los 21.475 hectolitros a granel (-39,9%).

Según Daniel Rada, del Observatorio Vitivinícola Argentino, “hay un problema de disponibilidad de vino y mosto tras dos cosechas muy pobres. En el caso del vino, la industria tiende a privilegiar el fraccionamiento frente a la pérdida de rentabilidad”.

A U$S 0,50 de Chile y España

Además, Rada apunta a que “siempre está la presión de los costos sobre los márgenes, que sin valor agregado son muy escasos. Sin embargo, para el fraccionado es pura pérdida de competitividad y hay mercados en donde directamente se ha perdido presencia”.

Aunque sean centavos, para los operadores de comercio exterior no es menor la distancia que separa al malbec argentino del chileno, que parece dispuesto a ocupar cada vacante que pueda dejar en las góndolas de Estados Unidos, la estrella para la vitivinicultura.

Con todo, los brokers aportan un dato: las ventas de graneles hoy representan entre 10% y 30% de lo comercializado en 2016.

“Si bien Estados Unidos es el más importante porque el consumo crece casi un punto anual, nos afecta en los mercados en general, Europa también. Todos se han retraído en la compra de vino argentino y optan por comprar malbec en Chile a U$S 1,50. Nosotros tendríamos que vender a U$S 1,30 pero entre flete y la tasa de importación que los chilenos no pagan, nuestro Malbec no baja de U$S 1,80 para un entry level, cuando el nivel histórico estuvo en torno a 1 y excepcionalmente el año pasado los importadores pagaron hasta U$S 1,50 como techo”, detalla Eduardo Conill, de Ciatti Company.

Pese al reacomodamiento del dólar de $ 14 a $ 17,40 en los últimos meses, los más optimistas esperan ante el augurio de que llegue a $ 19 a $ 20 para fin de año. Con contratos perdidos que no se recuperarán, ya apuntan al segundo semestre de 2017 para intentar recuperar el terreno perdido.

A criterio de Miguel Abdala, de Royal Mount, “entre la materia prima y un dólar bastante deprimido, no pudimos convalidar el trabajo de una década en EEUU”.

Con un valor referencial para un alta gama de U$S 2, el empresario admite que “está claro que no es lo mismo un dólar a 15 que a 18”.

Abre el juego al señalar que “más allá de la discusión filosófica sobre su origen y la calidad”, además de la producción chilena “también el malbec de California, que habitualmente va a corte, este año se embotelló directamente, mientras lo miramos por TV”, ironiza.

Royal Mount pudo colocar menos del 5% de los 4 millones de litros promedio de los años anteriores, y apuntó más a países latinoamericanos como Perú. Sin embargo, Abdala asegura que no le preocupa tanto la performance de 2017 “como los años que vienen”.

A pesar de todo, el sector exportador recibe con alivio algunas señales oficiales (posible suba de 3 puntos en reintegros, subsidio a fletes) y síntomas de recuperación. Por caso, de Rusia, un mercado perdido a manos de España.

Es que desde el mercado euroasiático algunas bodegas ya reciben pedidos de muestras. Las heladas en España abren la puerta a Argentina.

Al respecto, Conill considera que “nuestros precios eran privativos allá, y esa situación puede dar algo de oxígeno”. Actualmente, un contenedor desde Argentina debería llegar a San Petersburgo entre U$S 0,85 (blanco) y U$S 1 (tinto genérico) por litro, con flete e impuestos; en cambio, el de origen francés se comercializa en no más de U$S 0,65, y el español entre los U$S 0,40 y U$S 0,50 respectivamente.

El mosto, de capa caída

Tampoco fue la excepción. En el séptimo mes del año el sector comercializó 5.523 toneladas, contra 8.631 de julio de 2016, o sea, 36% menos.

Lo dicho: tanto porque la materia prima no abundó como porque se priorizó al vino, el mercado del mosto atraviesa un momento difícil. En los registros del INV, ni siquiera en el acumulado enero-julio anduvo mejor, dado que en 2016 se habían despachado 62.994 toneladas, y en 2017 apenas salieron 33.513 toneladas.

Esa retracción representa un 46,8% interanual. Aún así, hay otras preocupaciones, como lo analiza un empresario que conoce el negocio: “Hay mucha preocupación por la cantidad de hectáreas perdidas y subexplotadas y, sobre todo, la reconversión hacia aspirant bouchet. Con esa tendencia pronto habrá demasiado tinto genérico y menos mosto”.

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