Son alumnos y piden que no se derroche agua

Ellos eligieron desempeñar el rol y se lo toman muy en serio. Se autodenominan ‘Embajadores del agua’ y se han propuesto la ambiciosa tarea de reducir la contaminación y el derroche en la población tupungatina.

Son cinco alumnos de la secundaria ECEA del departamento, quienes llevan adelante un proyecto de difusión y toma de conciencia que los ha llevado a conocer al dedillo todo el sistema hídrico y de dotación de agua potable en la región.

“La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda gastar un promedio de 250 litros de agua por día. En Tupungato, se están gastando 600 litros diarios por habitante. Debemos tomar conciencia”, expuso con preocupación María Paz Martínez, una de las chicas del grupo ‘ambientalista’ que por estos días realizará un interesante operativo por las calles del departamento.

“¿Sabías que una gota por segundo significan 30 litros de agua por día? Asegurate de cerrar bien la canilla”, es una de las tantas frases que se leen en la folletería que ha preparado el colegio y que repartirán este fin de semana por el centro tupungatino.

Mañana, colocarán un stand en la plaza departamental. “Queremos exponer lo que hemos investigado y ayudarles a que tomen conciencia de lo que está pasando”, acotó Daira Vera.

Si bien estos cinco alumnos de tercer año de Economía son los que llevan adelante el proyecto, con el tiempo contagiaron a sus compañeros y estos se sumaron con entusiasmo en las campañas.

Para esta ocasión, acompañarán a los ‘embajadores’ de casa en casa, oficiando de gotas de agua y vistiendo cuidados trajes celestes que confeccionaron en la escuela.

“La verdad es que nosotros, como institución, acompañamos y alentamos este proceso. Pero ellos son los que han puesto la energía para continuarlo y extenderlo a la comunidad”, señaló Ruth Patrón, directora de este colegio privado de Tupungato.

La iniciativa comenzó, el año pasado, con un trabajo que presentaron para la Feria de Ciencias y con el cual llegaron a la instancia provincial.

“Diseñamos juegos y material didáctico para concientizar sobre el cuidado del agua a niños de Nivel Inicial y nos fue bárbaro”, dijo Enzo Cavallaro, quien confesó que -después de la experiencia- está pensando en seguir una carrera relacionada con la legislación ambiental. Un juego de la oca en tamaño natural, como un circuito de surtidores y cañerías adaptado fue una de las creaciones.

“Pensamos que no servía de mucho si este mensaje para tomar conciencia no llegaba a toda la comunidad”, comentó María Paz. Fue por eso que este año se propusieron ampliar su radio de acción y decidieron implementar una campaña de difusión que llegue a todas las familias del departamento. Más en esta época del año, cuando comienzan los climas cálidos y, con ellos, la escasez de agua.

La comunicación no se limitará a la vía pública. “Hemos elaborado material para llevar a las radios, para subir a la cuenta que tenemos como ‘Embajadores del agua’ en Facebook e Instagram”, expuso Ayelén Tisera.

Los chicos no son ningunos improvisados. Para conocer más sobre la temática, realizaron entrevistas a funcionarios y técnicos, analizaron estadísticas y viajaron a distintos sitios de Tupungato para recorrer y conocer todo el sistema de agua y saneamiento; que en este caso la comuna es la prestadora. Visitaron cisternas, redes de cañerías, tanques de agua, etc.

“Así nos dimos cuenta de que el concepto que teníamos de que el agua que bebemos es de deshielo era erróneo”, reconoció Nahuel Angulo. El joven explicó que, mayoritariamente, viene de las napas subterráneas y que “es importante cuidar su cantidad y calidad”. En este sentido, Daira contó que han recogido mucho material en imágenes de la suciedad y contaminación de acequias y cauces naturales.

La brigada se manifestó en contra de la minería contaminante, en consonancia al movimiento ambientalista que es fuerte en el Valle de Uco. Y ahora quieren dar un paso más: quieren armar un proyecto para exponerlo en la comuna donde promuevan la colocación y uso de medidores de agua en todos los hogares del departamento.

“Tener que pagar por lo que se consume es la mejor manera de evitar el derroche”, coincidieron.