El Watergate de Donald Trump

La revelación más reciente sobre los contactos frecuentes entre el equipo de Donald Trump y la inteligencia rusa debería ser una llamada de alarma para los republicanos, así como para los demócratas. Es que la interferencia rusa en las elecciones de los

Durante el escándalo de Watergate, hasta ahora el escándalo político más indignante en la historia estadounidenses, el senador por Tennessee, Howard Baker, arrastrando las palabras, planteó esta pregunta crucial: “¿Qué sabía el presidente y cuándo lo supo?".

Hoy, la pregunta es la misma.

Esto no se trata de Mike Flynn. Se trata del presidente que lo designó, quien antes lo había considerado para la vicepresidencia. La revelación más reciente sobre los contactos frecuentes entre el equipo de Trump y la inteligencia rusa debería ser una llamada de alarma para los republicanos, así como para los demócratas.

Cuando, el 15 de enero, Chris Wallace, de Fox News, le preguntó al vicepresidente Mike Pence si se había dado algún contacto entre el equipo de campaña de Trump y el Kremlin, respondió: "¿Por qué habría de haber algún contacto?".

Gran pregunta señor vicepresidente.

Miren, hay muchas cosas que no sabemos, pero la interferencia rusa en nuestras elecciones es, potencialmente, un escándalo más grande del que fue Watergate alguna vez. Watergate no cambió el resultado de unas elecciones - el ex presidente Richard Nixon habría ganado de cualquier forma en 1972 -, mientras que las del 2016 estuvieron lo suficientemente cerradas como para que la interferencia rusa pudiera haber inclinado la balanza.

No sabemos si los rusos tuvieron ayuda interna en su esfuerzo por robarse las elecciones estadounidenses, pero a continuación se presentan algunos puntos que piden a gritos que se los una:

Primero, la comunidad estadounidense de inteligencia está de acuerdo en que el Kremlin interfirió durante la campaña en un intento por ayudar a Donald Trump. No se trata de la conclusión de un solo servicio, sino, según se dice, de un "consenso contundente" de la CIA, la FBI y el director de inteligencia nacional.

Segundo, en el dosier que preparó el que fuera el experto en Rusia del MI6, se escribe una colusión entre el equipo de campaña de Trump y Rusia. Los reportajes de CNN sobre que la inteligencia estadounidense tiene comunicaciones que se interceptaron y corroboran elementos del dosier, y la revelación más reciente de los contactos, repetidos y constantes, dan un peso adicional a los alegatos del dosier; aunque también es importante notar que los funcionarios le dijeron a The Times que no habían visto ninguna evidencia de tal cooperación en la manipulación electoral.

Tercero, el presidente Trump ha sido desconcertantemente amistoso hacia Rusia y el presidente Vladimir Putin. Como lo expresa Jeffrey H. Smith, un ex abogado general en la CIA: "El problema mayor aquí es por qué Trump y la gente que lo rodea asumen un punto de vista tan radicalmente diferente de Rusia del que se ha tenido durante décadas. Desconocemos la respuesta a eso".

Cuarto, Flynn, antes de asumir el cargo, habló de las sanciones que le impuso el gobierno de Obama a Rusia con el embajador ruso. Flynn ya renunció, pero él estaba inmerso en el principio de la cadena de mando; yo dudo que haya hecho esas llamadas por cuenta propia.

Daniel Benjamin, un ex coordinador de contraterrorismo en el Departamento de Estado, quien conoce a Flynn de tiempo atrás, dice que ese no es un comportamiento típico de él. Entonces, ¿quién le dijo a Flynn que hiciera esas llamadas? ¿Steve Bannon? ¿El propio Trump?

Y estamos de vuelta con nuestra pregunta: ¿Qué sabía el presidente y cuándo lo supo?

La Casa Blanca no ha respondido a mis indagaciones y Trump ataca de palabra en forma desbocada a "los medios de noticias falsas", sin responder las preguntas. Me recuerda a Nixon, quien, en 1974, dijo que Watergate "habría sido una incidencia pasajera", si no hubiera sido por los periodistas "que no me pueden ver ni en pintura". Poco después, renunció Nixon.

Los partidarios de Trump dicen que el verdadero escándalo en todo esto son las filtraciones que hacen que el gobierno se vea mal. ¿Algo hipócrita? Aturde ver que, de repente, un presidente que celebró el ciberpirateo de los correos electrónicos del equipo de campaña de su rival, dé señales de alarma por las filtraciones.

Seguro, siempre preocupan las filtraciones, pero se vuelven insignificantes junto a los problemas más grandes de la integridad de nuestros dirigentes y de nuestras elecciones. En los informes publicados se menciona a personas de la comunidad de inteligencia que temen que la información que se le da a la Casa Blanca terminará en manos rusas, incluso, que "el Kremlin tiene orejas" en la sala de situaciones.

El año pasado me refería a Trump como "el poodle ruso" y hace años que hemos sabido de los vínculos financieros de Trump con Rusia, así como que su hijo Donald, Jr., dijo en el 2008: "Vemos mucho dinero que está entrando de Rusia". Ahora es todavía más importante que Trump dé a conocer sus declaraciones fiscales para que podamos saber cualquier influencia financiera que Rusia tenga sobre él. Con todo, los mismos republicanos que supervisaron las ocho investigaciones sobre Bengasi encogen los hombros ante inquietudes mayores respecto de Trump y Rusia.

"Simplemente, estoy horrorizado ante lo poco que parece importarle a la gente el hecho de que los rusos interfirieron en nuestras elecciones presidenciales; clara e inequívocamente por parte de un candidato", me dijo Michael McFaul, un ex embajador ante Rusia.

"¿Qué es más importante que eso?". A lo que yo añado: solo una cosa podría ser más importante: que los rusos hayan tenido ayuda desde dentro de Estados Unidos.

Como dije, hay muchísimas cosas que no sabemos. Sin embargo, necesitamos, con urgencia, una investigación bipartidista, idealmente, un panel independiente, inspirado en la Comisión del 11 de Septiembre. Debe resolver la interrogante que es ahora central: "¿Qué sabía el presidente y cuándo lo supo?".

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA