El último reino: tentadores y verosímiles “ritos de pasaje”

La antología de Bernard Cornwell sobre las épocas en que los sajones y los vikingos cruzaban sus espadas se replica en el audiovisual con "El último reino"; una producción que algunos sindican como el 'nuevo' "Juego de tronos". Aquí, los aciertos del trán

a pasión épica que desató en las audiencias la súperproducción “El señor de los anillos”, dirigida por Peter Jackson hace ya casi 20 años, no solo no se detiene sino que se ha convertido en un nicho de alta explotación y consumo dentro de la industria cultural que cruza cine, audiovisual y literatura.

A esta afirmación obvia le sigue la lista de otras evidencias probadas: J.K. Rowling y su Harry Potter; C.S. Lewis y el universo Narnia; George R.R. Martin y “Juego de tronos” son las más resonantes.

Lo que no es tan usual es hacer pie en la novela histórica para gestar un gran proyecto audiovisual, que contente a las majors, a los lectores y a las audiencias del streaming; territorios de gusto y decisiones estéticas y culturales muy diferentes.

De ahí el mérito de la sociedad entre la saga histórica de Bernard Cornwell y la producción de la BBC: “El último reino”.

Pero en los buenos oficios de estos cruces, además de la elasticidad de criterios para la gestación del proyecto, hay nobles y poderosos materiales de base, y una estupenda y exitosa transposición de la literatura y el lenguaje audiovisual.

La historia es más que datos y anécdotas

Empecemos a desbrozar primero la fuente literaria de esa sociedad poética. Nos referimos a la monumental obra que ha gestado Cornwell (varios libros que agrupa bajo la colección “Sajones, vikingos y normandos”) nos llega a la Argentina de la mano de Edhasa.

El primer opus es “Northumbria. El último reino”. Nos sitúa en el año 866 para contarnos cómo fue formándose lo que hoy es el Reino Unido; a partir de los cruces de espadas y negociaciones entre sajones y vikingos.

En Britania, durante aquella época en que los pueblos europeos estaban en los albores de su actual constitución, los sajones fundaron cuatro reinos de cara al mar: para aprovechar los recursos y las posibilidades que brindan los puertos.

Claro que el océano abierto, aunque horizonte de exploración y riquezas, también constituía un frente de amenazas y peligros. Desde esas aguas que tan bien conocían los sajones, llegaban los temibles guerreros vikingos para expandir sus dominios.

La inteligente mirada de Cornwell elige posarse allí: en ese cruce y porosa frontera que ha de resignificar a ambas culturas. 
Y lo hace a través del personaje principal de esta trama: Uhtred, un joven nacido en la aristocrática familia de Northumbria, que fue raptado y adoptado por el sanguinario Ragnar;  uno de los líderes vikingos.

El momento histórico en que Cornwell arranca su saga tiene, en la historia, a un protagonista principal: el rey Alfredo ‘El Grande’ que, con su sumisión a la religión cristiana marcará una impronta definitoria a la geografía británica.

Sin embargo el autor no elige como su personaje favorito a la figura de este atractivo rey sino a Uhtred; que encarna los brutales cruces, choques, idas y vueltas entre las culturas, religiones y miradas del mundo de ambos pueblos, para terminar constituyendo una identidad común.

Desde este lado de la Conquista de América sabemos lo complejo que es, para la literatura, delinear ese entramado que surge de la mezcla, dominación, heroísmo, masacre y resistencia. Por eso es que la pluma concisa, atrapante y hábil del autor británico se ha convertido en un hallazgo notable.

“Northumbria. El último reino” es un libro que nos acerca al conocimiento de una tierra y sus orígenes. Pero también es adrenalina pura, climas contenidos, épicas de batallas y conmovedoras situaciones.

Si en “Northumbria...” Uthred se nos presenta como la dialéctica entre dos mandatos a seguir (el de su pueblo de origen o el de sus apropiadores), en “Svein, el del caballo blanco” -segundo libro de la saga- ya comenzará a urdir las estrategias que le permitan alcanzar sus propios objetivos: convertirse en dueño y señor de su antiguo territorio. El sincretismo cultural es el metalenguaje que acompaña al relato.

Uhtred ama a los daneses con los que se crió y detesta al rey que representa a su linaje de procedencia: Alfredo ‘El Grande’, de Wessex.

Y durante toda esta segunda parte se debatirá sobre cómo abandonar a quienes lo moldearon y tomar para sí lo que cree que le corresponde por herencia.

En el medio de esta simbólica transmutación está el campo de lucha entre escandinavos y sajones, para ganar no solo las tierras sino el derecho a la transculturación.

Ya en la tercera parte, titulada “Los señores del norte”, Cornwell se mete de lleno con la incipiente formación de Inglaterra. Claro que es, como en todos los libros, a través de Uhtred que nos lleva de la mano.

Ahora lo encontraremos abandonando la lucha al lado de Alfredo, que ya consiguió convertir a Wessex en un reino sajón independiente, para regresar al norte en medio de tierra arrasada.

En estos territorios su cruce con Guthred pone de relieve las luchas intestinas entre las castas que fueron configurando la fisonomía inglesa y la épica de sus reinados.

La colección completa de esta saga, que se inició en 2006, continúa con “La canción de la espada” (2009), “La tierra en llamas” (2010), “Muerte de Reyes” (2013), “Uthred, el pagano” y “The Empty Throne” (2014) y “Warriors of the Storm” (2015); estos dos últimos aún no fueron traducidos.

Caos, guerras, la era oscura medieval sirven de escenario para explicar los orígenes mestizos de Inglaterra; y también como materia sensible para los lectores de la saga.

He aquí las virtudes de su autor y el motivo por el cual se ha convertido en uno de los más celebrados de la novela histórica contemporánea.

Traduttore, no es traditore

En su estupendo libro “Ritos de pasaje”, sobre el cruce del lenguaje literario al cinematográfico, el crítico y cineasta argentino Sergio Wolf destierra la idea de la “adaptación” para postular la de la “transposición” de un lenguaje fuente al otro.

Para el teórico, ‘adaptar’ implica el intento por hacer que una novela “quepa”, tal y como fue concebida en el formato de origen, dentro de las reglas del lenguaje cinematográfico. En tanto que’ transponer’ de la literatura al cine involucra la idea de la “traducción” de un código al otro.

Desde esta certera perspectiva la transposición de las novelas de Cornwell al lenguaje audiovisual de la serie “El último reino” (se puede ver la primera temporada en Netflix, pero fue estrenada el año pasado por History Channel) es un éxito de calidad incuestionable.

Digamos primero que es el propio autor, junto a Stephen Butchard, el que hizo los guiones en los que se basa la serie. Y que la experiencia de Cornwell en la televisión británica (ver aparte) configuran una garantía de ese feliz pasaje.

“El último reino” toma las instancias de las tramas que siguen a Uhtred en cada uno de los libros. Pero, lejos de “traducir” las novelas históricas a la televisión, lo que hace a partir del guión es proponer un producto de genuina urdimbre audiovisual; sin sacrificar ni un ápice del concepto que propone su fuente literaria.

Así, la serie ofrece un trabajo de puesta en escena notable, en el que no se cae en el estereotipo de época típico de  los relatos sobre reyes.

La evidente investigación en torno de los aspectos visuales de las prácticas y cotidianeidad de estos pueblos antiguos entregan una imagen de poderosa verosimilitud; asunto que se lleva maravillas con el carácter histórico de las novelas.

Los climas y atmósferas generadas con las palabras en los libros, son en cada capítulo motivo de un extraordinario trabajo de códigos sonoro y fotográfico.

Estas particularidades convierten a “El último reino” en una valiosa superproducción, que sería erróneo enunciar como “la nueva ‘Juego de tronos’”; tal como algunos titulares la sindican. Es que la pretensión es otra: realismo y épica históricos.

Nos parece más interesante y apropiado asimilar a esta producción de la BBC (al mando del eficaz Gareth Neame, el mismo de “Rome” y “Downtown Abbey”) a la formidable “Vikingos”, también estrenada en History Channel, que recurre al mismo criterio conceptual para su poética y narración.

Lo curioso -y no causal- del caso es que esta última serie, creada por Michael Hirst (el mismo de “Los Tudors”), tiene como personaje principal al Ragnar que, en “Northumbria...” rapta a Uhtred.

Es, entonces, su contracara histórica y televisiva. Por eso bien vale el paseo fílmico, conjunto, por ambos productos.

El señor de las tintas guerreras

Bernard Cornwell, antes de convertirse en best seller de la novela histórica, indagó con profundidad en los lenguajes televisivos.

El hombre, nacido en Londres en el ‘44, luego de terminar sus estudios universitarios se enroló en las filas de la cadena británica estatal: la BBC. Allí, y durante 7 años, ejerció como realizador del famoso programa “Nationwide”.

Su conexión con la historia surge luego de que se hiciera cargo del departamento de noticias que la BBC tiene en Irlanda del Norte.

A partir de 1978 se puso en el rol del director de “Thames at Six”, para la cadena Thames Television, y hoy vive en Estados Unidos.

Ese pulso vibrante de las noticias de actualidad, y su afición por las tramas históricas, están intactos en sus libros que en la Argentina se publican a través de Edhasa. Primero con la serie dedicada a Richard Sharpe, el personaje de un fusilero creado por Cornwell para contarnos la trama de las guerras napoleónicas, y ahora con esta saga sobre “Sajones, vikingos y normandos”.

Entre sus profusa cantidad obras se cuentan también la trilogía formada por “Arqueros del Rey” (2001), “La batalla del Grial” (2002) y “El sitio de Calais” (2004) o la tetralogía sobre Starbuck, situada en la guerra civil americana, con “Rebelde” (2011) y “Copperhead” (2012).

Los libros

Northumbria. El último reino. Editorial: Edhasa. Páginas: 448.

Svein, el del caballo blanco. Editorial: Edhasa. Páginas: 448.

Los señores del norte. Editorial: Edhasa. Páginas: 448.

La serie

"El último reino". Reino Unido, 2015. Dirección: Peter Hoar, Anthony Byrne, Ben Chanan, Nick Murphy,  Jamie Donoughue, Jon East, Richard Senior. Guión: Stephen Butchard, Bernard Cornwell. Música: John Lunn. Fotografía: Chas Bain. Con: Alexander Dreymon, David Dawson, Emily Cox, Rune Temte, Matthew Macfadyen. Plataforma de emisión: Netflix (temporada 1).

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