El súper clásico de las letras, entre nosotros

Tuvieron que pasar casi 60 años para que en la provincia de Antonio Di Benedetto se editara acaso una novela fundamental del Oeste argentino. En qué consiste esta edición necesaria, su presentación pública y algunas razones de un texto que inauguró un est

El súper clásico de las letras, entre nosotros
El súper clásico de las letras, entre nosotros

"Zama” fue la primera novela que produjo acaso el mendocino más destacado del siglo XX. La escribió cuando apenas contaba con treinta y tres años, en lo que sería una resurrección, más allá de la metáfora religiosa. El dato de entrecasa es que concretó ese trabajo en un mes, de un verano, durante sus “vacaciones”. Con más rigor se debe apuntar que fueron 18 días de estricto trabajo en la escritura.

Algunos dicen que esto sucedió en Córdoba, otros en una casa de Bermejo. En lo que todos coinciden es que de vuelta al trabajo (en este mismo diario), la dejaría lista en apenas un par de semanas más. A los pocos meses, finalmente, “Zama” vería la luz impresa, por medio de la editorial Doble P. Esto sucedió en 1956. Hoy en día, un ejemplar de esta rareza, cuesta alrededor de 700 pesos en cualquier búsqueda por internet.

“Recién vino a Buenos Aires en 1958 –y no antes– y sólo cuando Borges lo invitó a dar una conferencia sobre literatura fantástica en la Biblioteca Nacional”, detalla Juan Sasturain, un fervoroso admirador de su obra literaria (tal como Ricardo Piglia, aunque el primero de los grandes que lo descubrió fue Juan José Saer).

Es decir, dos años después de publicada esta novela, el por entonces más periodista que escritor Di Benedetto, se asomaría a la entonces consagratoria Buenos Aires.

Entre su legado, que incluso atraviesa esta su primera y acaso más fenomenal novela, Buenos Aires también era un dato menor, una geografía lateral. “Di Benedetto estaba siempre ahí, pero nunca estuvo ni mucho menos posó para la foto. Siempre atento a lo que estaba más lejos y más adentro, si cabe”, en opinión de Sasturain. Otro escritor, Juan Forn, dice al respecto de las modas y tendencias: “Hoy no tiene sentido hacer vanguardia.

Siempre te come el sistema. Para mí, el arte está en invadir la realidad”. La invasión del mendocino llevó a los lectores a la realidad onírica del 1790.

Inauguraría un cruce de géneros que a más de un cartonero literario le hubiera gustado siquiera rozar. ¿Novela histórica? ¿Diario de viaje? ¿Realismo mágico? ¿Literatura de ideas? Todo eso. Y más: hasta la invención más caprichosa de subgéneros.

Antonio Di Benedetto era, a veces, como el anti-escritor. Persiste en ese estereotipo, pese a miles de escribas rimbombantes que luego nos acosaron con sus textos, porteños en su mayoría, pero mendocinos también.

Varios narradores dan cuenta de lo “existencial”, como si Camus o Sartre nunca hubieran sido traducidos o re-leídos. Pensar en “Zama” es pescar siempre un cardumen de literatura desde una Mendoza contemporánea. Es la vara –exigente, si se quiere- que dejó el insólito mendocino.

La Universidad Nacional de Cuyo decidió homenajearlo con una edición especial de “Zama”, un hecho histórico. La obra es la primera de los títulos de la colección “Literaturas de la Ediunc”. Posee ilustraciones de Cristian Delhez y un ensayo de Estela Saint André.

Los ejemplares editados serán donados a la red de Bibliotecas públicas y populares de Mendoza. Nada más justo en términos de tributo al padre, abuelo y hasta nieto de la tradición literaria autóctona (y no folclórica).

Para Pilar Piñeyrúa, la directora de la Editorial de la Universidad Nacional de Cuyo, “se trata de una edición homenaje y con fines educativos”, puesto “que no será vendida, sino donada a unidades académicas de la UNCuyo”.

Luego detalla que “la edición limitada fue posible gracias a la autorización de Adriana Hidalgo Editora, que tiene los derechos de publicación y venta de toda la obra del escritor mendocino, y también gracias a la generosidad de la única heredera de Di Benedetto, su hija Luci, quien reside en el exterior”.

Luego de “Zama” el sello universitario ha previsto la publicación de “El hombre de harina y otros relatos agradecidos”, de Rodolfo Braceli, y el tercer título es una selección de poemas inéditos de Teny Alós, poeta que dejó una extensísima obra inédita.

La colección “Literaturas” está a cargo del escritor y poeta Juan López, con la característica que reunirá una obra literaria con el aporte en las ilustraciones de un artista plástico mendocino. En el caso de los libros de Braceli y Alós estarán ilustrados con obras de Sergio Sergi y de Susana Viñuela, respectivamente. El curador visual de la colección, en tanto, es el artista plástico y escritor Gabriel Fernández.

Para esta primera edición mendocina de “Zama”, el artista plástico Cristian Delhez aportó obras relacionadas con la temática de la novela: la mujer, la soledad, la espera, el río, la escritura. El diseño, a cargo de María Teresa Bruno, destacada diseñadora especializada en edición editorial, innova en varios aspectos para conseguir un libro distinto, que reúne belleza, intensidad estética y facilidad de lectura.

El ensayo que acompaña a la obra fue escrito por Estela Saint André, profesora e investigadora universitaria y especialista en literatura latinoamericana. Propone una relectura de “Zama” a la luz de los tiempos que corren, avanza sobre interpretaciones consabidas y arriesga una vuelta de tuerca sobre el significado de esta novela, considerada por la crítica como una cumbre de la narrativa en español.

Diego de Zama, aún hoy, es uno de los personajes más intensos de la narrativa mendocina. Quizá pasarán 3 siglos de libretos vendimiales, 58 concursos de literatura, 37 ministros de Cultura, pero nunca recordaremos los nombres de los escribas.

Ni sus apellidos. La invención de “Zama”, su devenir, la sensualidad, su potencia, el espíritu de viajero, nómade en la montaña o en la selva, es parte del genio creativo de una Mendoza hosca con sus creadores, aunque muy amistosa con los marquesineros (entiéndase como variación del “marketinero”).

“El castigo lo tendrán en la decadencia de su nombre”, dijo Di Benedetto, cuando volvió del exilio de 8 años, al referirse al silencio cómplice de muchos de sus colegas periodistas y escritores, ante su situación de preso político forzado al destierro.

Si “Zama” no se hubiera escrito deberíamos estar inventándola o bien a punto de parirla.

Pasaron “apenas” 60 años para editarla en Mendoza.

Por fortuna, la literatura es atemporal.

Y la buena literatura, la clásica, se impone.

El misterio del arte ni siquiera se detiene en la ingratitud.

Presentación oficial en Godoy Cruz

La edición de la Ediunc será presentada el martes 9 de junio próximo, a las 21 horas, en la Biblioteca Belgrano, Tomba 54 de Godoy Cruz. Invitan a este evento la Secretaría de Extensión Universitaria y la Municipalidad de Godoy Cruz.

El texto no podría tener mejor marco: es que sucederá en el marco de la Semana de las Letras que organiza esa comuna, y que está dedicada a Antonio Di Benedetto, tal como el año pasado se hiciera lo propio con Julio Cortázar.

Fragmento, a modo de manifiesto

“La disposición de escribir no es una semilla que germina en tiempo fijo. Es un animalito que está en su cueva y procrea cuando se le ocurre, porque su época es variable, pues unas veces es perro, otras hurón, unas veces es pantera y otras conejo.

Puede hacerlo con hambre, o sin hambre, en ocasiones sólo si está muy reposado, en otras si le duele una herida del cazador o si regresa excitado de una jornada de fechorías” (página 115, diálogo entre Diego de Zama y Manuel Fernández, que es el personaje que responde).

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