El sueño de los autos sin conductor

Entre la creciente urbanización y los cambios de hábitos de la población, la relación de las personas con los automóviles podría verse totalmente alterada, y los fabricantes de vehículos quieren anticiparlo.

"Estamos muy orgullosos de fabricar vehículos", pero a partir de este año "nos verán cambiar radicalmente para convertirnos en una empresa de automóviles y de movilidad" que "prestará más atención al sector de los servicios de transporte", dijo en el CES el presidente de Ford, Mark Fields.

El grupo ha mostrado interés por diversos aspectos de la movilidad: los nuevos modelos de propiedad, la compra de un vehículo por varias personas, los préstamos de automóviles entre particulares o los servicios a pedido, como el proyecto experimental de autos compartidos que la empresa desarrolla en Londres, el GoDrive, explicó Alicia Agius, responsable de esta iniciativa.

General Motors anunció una inversión de 500 millones de dólares en el servicio de reserva de vehículo con conductor Lyft. Ambas empresas desarrollarán una alianza estratégica que apunta a crear una flota de vehículos sin conductor para uso a demanda.

Los vehículos sin conductor son precisamente un elemento clave de la ecuación. "Cuando el vehículo se conduce solo, lo que se conduce pierde importancia", destacó Ron Montoya, analista de Edmunds.com. Este factor alienta más a compartir un vehículo que comprarlo para uso personal.
Numerosos actores de los sectores de la tecnología y del automóvil están trabajando en estos vehículos autónomos.

Pero se necesitará tiempo para que estos proyectos se concreten. Además de problemas de reglamentación, se deberá resolver problemas que presente el vehículo "cuando su conducción es fácil pero también cuando es difícil", observaba el martes Gill Pratt, presidente del Toyota Reserach Institute.

"El umbral de tolerancia de eventuales errores es más bajo para una máquina que para una persona", señaló. Los vehículos autónomos deben además aprender a prever de mejor manera las acciones de otros actores de la circulación, como los ciclistas, o a identificar los "falsos obstáculos", aun cuando las tecnologías disponibles han progresado.