El mundo vira y se le viene encima al modelo

El mundo vira y se le viene encima al modelo
El mundo vira y se le viene encima al modelo

El fin del ciclo del auge de las materias primas cambia totalmente los parámetros económicos mundiales.

La aceleración de los mecanismos de absorción monetaria en los Estados Unidos pronostica que la principal economía del planeta hoy está en condiciones de marchar por sí misma, tras la crisis iniciada con la caída de Lehman Brothers y otras.

Más aún, la dura derrota sufrida por el presidente Barack Obama en las legislativas, abona el terreno para mayores cambios y el augurio de mayores inversiones como reflujo de capitales que estuvieron calzados en commodities durante esta última década.

En Estados Unidos ya se habla de un resurgir de la actividad productiva, a partir del regreso de industrias a ese país. Los indicadores bursátiles son un reflejo de los balances de las empresas y los fondos de inversión están dirigiendo sus miras y portafolios a Wall Street.

Este cambio en la corriente de capitales, inevitablemente tendrá su efecto sobre la Argentina, que no verá crédito barato como hasta ahora porque los excedentes de liquidez irán al mercado de los EEUU.

De esta manera, el mundo transita ahora con un dólar más apreciado, lo que no favorece a los países productores de commodities.

La fortaleza del dólar afecta, por ejemplo, al precio del petróleo. Las primeras proyecciones dan cuenta de que el barril de crudo podría caer hasta un valor de 60 dólares. Mientras tanto, el real se devaluó y estiman que llegará a 3 reales por dólar hacia comienzos de 2015.

Hay consenso entre los analistas que con menor flujo de capitales y la moneda brasileña en un tobogán, el Palacio de Hacienda no tendrá otro camino que acelerar la depreciación del peso o bien corregir los desvíos del modelo, algo con mínimas probabilidades de ocurrencia, en un año electoral.

¿Alguien puede imaginar  cambios en el gasto público, la financiación mediante la emisión, la importación de energía, el levantamiento del cepo o una menor presión tributaria?

Si no hay cambios internos, entonces será la variación de los paradigmas externos los que obliguen a la administración Kirchner a mover la endeble estructura del modelo, afectando aún más a los sectores de ingresos fijos.

Axel Kicillof no quiere convalidar una devaluación para no mostrar los errores que cometió a comienzos de su gestión, fallidos que terminaron en la corrección cambiaria de enero pasado. Ahora, el joven ministro opta por un ajuste más ortodoxo y abreva en las fuentes del liberalismo.

A la mayor emisión monetaria, responde con mayor absorción de liquidez vía Banco Central o con colocación de bonos dollar linked.

Y a la política de subsidios indiscriminados le opone desregulación y liberación de tarifas eléctricas en el interior del país, que seguirá en el área Metropolitana.

En su afán por no devaluar y cuidar los escasos dólares de las reservas, Kicillof y la presidenta Cristina Fernández mandaron al modelo económico a la banquina de la recesión, sin tener en cuenta los costos de esa elección.

Así, los sectores productivos no tienen incentivos para la inversión, desde el exterior no llega oxígeno financiero y empieza a cortarse el suministro de insumos. “Uno sabe cuando entra en recesión, pero no sabe cuando se sale y, hoy por hoy, es muy difícil pronosticar una salida con las actuales condiciones”, especuló un economista.

La Casa Rosada se enfrenta al dilema de mantener este tipo de cambio, con una economía en recesión e inflación o devaluar para mejorar el ingreso de divisas y licuar en parte el déficit fiscal, con el riesgo de aumentar la inflación y hacer mover la economía.

Pero, mientras se siga aumentando el gasto y la emisión monetaria, no habrá medidas que puedan detener la crisis, si es que no ingresan divisas al país. En otros términos, mientras haya más pesos en circulación y menos dólares que los respalden, la crisis se profundizará.

Aun cuando se computen las reservas brutas actuales (que sin restar los swaps chinos y franceses, ni el pasivo del BCRA que incluye pagos de importaciones no efectuados es de 28.800 millones de dólares) y se quiera respaldar los pesos en circulación con esas divisas, el tipo de cambio teórico se aproximaría a los 15 pesos.

Pero, si se toma la base monetaria privada amplia la relación entre las reservas y los pesos se establece en 1 dólar cada 20 pesos. Y éste es el indicador más seguido en la city porteña y en Manhattan.

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