Cornejo pide más votos en las zonas urbanas

El oficialismo ganó con comodidad en las ciudades pero cayó en los distritos rurales.

Cuentan que las encuestas que manejaban aseguraban una diferencia de entre 7 y 10 puntos. "Sacamos ocho, estaba en los planes" dice el interlocutor, aunque sabe y admite que no es el resultado que Cambiemos y Alfredo Cornejo querían sacar.

Así, en distintas mesas aparece la palabra "incómodo" para calificar el resultado; en ninguna de ellas se habla de un plan muy rebuscado para ir a buscar más votos. En todos los casos se coincide en militar la gestión provincial y las departamentales, "provincializar la elección, pedir a la gente que cuide el gobierno de Cornejo".

Para buena parte de los ciudadanos, la elección se acaba con el escrutinio; alguien ganó, alguien perdió y la vida sigue. Para los que viven de esto, el resultado en cada escuela dice cosas que escapan al hombre común, por eso aún ahora hay quienes hurgan en los datos que dejaron las primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO) de hace una semana.

Desde el oficialismo, los análisis se hacen con cierto alivio porque se sostiene que lo obtenido el 13 de agosto es un piso que dificilmente baje. Pero, como se dijo, el resultado no es cómodo porque de repetirse los guarismos en octubre, se podría dar la paradoja de que habiendo ganado las elecciones Cambia Mendoza pierda bancas en la Legislatura.

La cuestión es sencilla: en esta elección se renuevan las bancas obtenidas en 2013, elección en la que, de la mano de Julio Cobos, el radicalismo arrasó con 20 puntos de distancia respecto del peronismo por entonces aglutinado en el Frente para la Victoria.

Buena parte del quórum propio del que disfrutó Cornejo en sus primeros 19 meses de gobierno se obtuvo hace cuatro años; de no repetir una elección similar, perderá senadores y diputados.

Por eso desde el oficialismo se hurgan los resultados casi de manera obsesiva, con el objetivo de salir a cazar los votos que faltan para mejorar la performance y mantener el número de escaños.

El primer dato que caracteriza al votante de Cambiemos/Cambia Mendoza, al menos de acuerdo al análisis de los resultados del domingo, es que a la fuerza oficialista le va bien en los centros urbanos. A medida que la mirada se aleja de ciudades y villas cabeceras, la colecta de sufragios empieza a beneficiar al peronismo.

Así es cómo explican en el oficialismo lo que sucedió en San Martín. "La carga se inició con las escuelas del centro. Cuando empezaron a llegar los telegramas del interior del departamento, la diferencia se empezó a achicar", describen.

En ese departamento, las listas de Cambia Mendoza para legisladores provinciales obtuvieron unos dos mil votos menos que las tres listas del peronista frente Somos Mendoza.

Los analistas del oficialismo dicen que esa misma diferencia entre el voto urbano y el rural se dio en San Rafael. Allí las diferencias fueron más amplias en favor de Somos Mendoza, 10 mil votos en legisladores provinciales y 11 mil en concejales, pero siempre considerando la suma de las tres listas en pugna del frente peronista.

Desde el radicalismo se esfuerzan en mostrar que la lista de concejales del intendente Emir Félix perdió, comparada en soledad con la lista de concejales de Cambia Mendoza.

En Las Heras también se habla de la frontera urbana como divisoria de votos; se menciona el resultado de distritos lasherinos más populosos que no rodean la plaza departamental Marcos Burgos, por ejemplo El Resguardo, Panquehua o El Algarrobal, donde el peronismo  se hace fuerte. 

En algunas charlas aparece un velado reproche al intendente, Daniel Orozco. Hay quienes indican que en algún momento incluso hubo preocupación por los resultados en la comuna que conduce el radical.

Finalmente, el oficialismo ganó en ese departamento, pero existe la convicción de que podría haber sido más holgada la ventaja. Dicen que, en la semana que pasó, el intendente hizo una admisión y seguidamente asumió un compromiso: “En las PASO yo no salí pero para la próxima salgo a hacer campaña”.

La búsqueda de votos

Si la divisoria de votos de la alianza de la UCR con el Pro y el PD es la centralidad de las villas cabeceras, parece evidente que habrá una disputa casa por casa en centros urbanos. Así, se suele escuchar que el oficialismo seguirá haciendo lo que hizo en la campaña para las PASO, pero con más intensidad, buscando peinar fino los barrios.

Hay una creencia de que ciertos resultados podrían mejorarse, aun cuando ya fueron buenos el domingo pasado, particularmente los casos de Godoy Cruz, Luján y Guaymallén.

En el primero de este lote, Cambiemos estuvo un poco por debajo del 50% de los votos, pero hay quienes recuerdan que el actual intendente Tadeo García Zalazar ganó el cargo hace dos años con más del 70%.

En Guaymallén y Luján, Cambiemos sacó una diferencia histórica al peronismo (20 y 23 puntos respectivamente), pero hay esperanza de que se puede sacar más, porque los indicios dicen que los intendentes miden bien.

Lo mismo sucederá en centros urbanos cuyas intendencias gobierna el peronismo, particularmente San Martín y San Rafael, donde hay esperanza de descontar algún punto más.

Así, la estrategia es ir a buscar a quienes no fueron a votar (un 20% de los empadronados), los votos blancos o nulos (un 7% de los sufragios) y los "votos negros" urbanos, es decir los de quienes votaron a los partidos chicos que no lograron superar el filtro del 3% de la PASO. Obviamente, no serán los de fuerzas como Podemos con la Izquierda o el Frente Popular.

Habrá un detalle que siempre genera incertidumbre: cómo se comportará el electorado con las "boletas cortas", es decir las que estarán en el cuarto oscuro con una sola categoría.

Eso pasará por ejemplo, con el Partido Verde y con Encuentro por Mendoza; los candidatos a diputados nacionales de ambas fuerzas consiguieron el piso del 1,5% de los votos para competir en la general, pero los aspirantes a legisladores provinciales o concejales no reunieron el piso provincial del 3% para estar en el cuarto oscuro en octubre. Esto significa que tendrán la boleta sólo con la categoría “diputados nacionales”.

¿Los electores cortarán boleta y completarán su sufragio con el resto de las categorías u optarán por una boleta completa de otro partido? La gran pregunta. Ahí también quieren ir a pescar votos; curiosamente ambas fuerzas tuvieron mejor rendimiento en las zonas urbanas, el mismo perfil de votante de Cambiemos.

Con crudeza y cierto prejuicio se dice que la candidata de Encuentro por Mendoza, María José Ubaldini, “no es una peronista tradicional. A nosotros nos cuesta ganarles a los peronistas no tradicionales porque se parecen a los radicales”; así parece casi obvio ir a pescar esos votos.

Las peleas internas del PJ, otro factor clave

Entre las esperanzas de Cambiemos están los posibles desencuentros en la convivencia dentro del frente Somos Mendoza. El resultado de la PASO determinó que el espacio peronista sea encabezado por dos sanrafaelinos, Omar Félix y Cecilia Juri. El primero es un representante del más rancio peronismo; la mujer es fiel militante K.

“Ya se están peleando por el reparto de la plata de la campaña y la defensa de la gestión de Cristina”, dicen en Cambiemos. No faltan quienes arriesgan que seguramente los socios kirchneristas pidan a Félix el compromiso de que integrará el bloque del kirchnerismo en el Congreso.

En los mentideros del radicalismo juran que esas condiciones ya fueron pedidas por los K mendocinos a los operadores de Félix.

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