El coleccionista de títulos

Andes Talleres le ganó la final local a Maipú/Giol (7a 4). Las chicas azulgranas suman cuatro títulos desde fines del año pasado, lograron el Sudamericano, el Mendocino y el Vendimia 2017.

Una vuelta olímpica tan valiosa como la del Sudamericano 2016, una prolongación de la hegemonía -en el ámbito local- que marcaron a fuego con las conquistas del Mendocino, el año pasado, y también la reciente corona en el Vendimia. Las chicas del Andes Talleres saben a que juegan, intentan saciar su hambre de gloria dándole alas a su vocación de campeonas.

Una sociedad familiar se ha transformado en la columna vertebral del quinteto que dirige Ariel Moreno. Valentina, Julieta y Agustina Fernández son las referentes de un equipo en transición que apuesta y espera  por su cantera.

“Como capitana, el principal mensaje para cada integrantes es no guardarse nada... pelear cada bocha como si fuera la última, siempre con el amor y la pasión que sentimos por el club”, explica Valentina Fernández.

El juego de los espejos

La líder del Azulgrana, que el domingo -por la noche- venció a Maipú/Giol (7 a 4) en la final del Apertura, al hablar de la finalísima afirma: “Giol es un equipo con mucha entrega, que demuestra que va  a pelear el resultado hasta el último segundo. Son fuertes y también aguerridas. Antes de entrar a jugar, hablamos con el equipo que estos partidos se ganan con concentración, defensa y paciencia para que lleguen los goles”.

Pero la mirada ahora es más introspectiva, como en una maniobra de espejos, la medio del conjunto de calle Minuzzi habla sobre sus compañeras: “Cada una es especial para el equipo y aporta lo suyo desde su lugar. Desde las más grandes que jugamos el campeonato, hasta las más chicas que se entrenan dejando todo como hay que hacer cuando llegás a primera”.

Pero la visión intenta ser más amplia, viajar un poco más allá, Ante el rudimento de un juego de rol, la respuesta: “Si me decís que nos comparemos con un animal te digo que somos como el león, porque somos fuertes, nobles, apasionadas, compañeras y protectoras entre nosotras; cuidando lo que es nuestro y buscando lo que queremos hasta poder conseguirlo”.

Seguridad y acople

Durante el partido, mientras las Matadoras generaban presión sobre el arco de Gabriela Martín, su voz no era la de mando, pero su presencia infundía respeto. En la última línea local, Agustina Fernández le aportaba seguridad a la defensa. La full back, por constancia, regresó a las pistas tras reponerse de una lesión: “Por suerte -dentro de todo- fue rápido ya que era una lesión que llevaba entre 3 y 4 meses de recuperación, y entrenando todos los días me fui incorporando -de a poco- al equipo. Hice rehabilitación durante el primer mes y después empecé con el gimnasio y natación. Hasta el día de hoy sigo con la misma rutina, pero ya entrenando fuerte con los patines”.

-¿Qué es lo que le aportas al equipo?

- Por ahí, estando al fondo el equipo se dedica más atacar y está más tranquilo con respecto a la defensa, pero somos un plantel corto y cualquier jugadora que falte se nota”.

Pero no todo se resuelve con una buena defensa, “Tenemos una mentalidad ganadora y no nos gusta perder. Sabemos que para eso tenemos que estar bien físicamente y técnicamente y para lograrlo hay que entrenar”, agrega.

“La principal característica de nuestro equipo es su pasión por el hockey y por la camiseta, eso ayuda a mantener el hambre de gloria, y entre todas nos motivamos para seguir mejorando”, finalizó Agustina.

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