En riesgo una joya arqueológica de nuestra provincia

Agua de la Cueva, al noroeste de la Pampa de Canota, tiene 12.000 años. No hay señalización. No es sitio patrimonial y nadie se hace cargo. Cazadores instalaron una casilla.

Alrededor sólo se ven montañas con escasa vegetación: es un lugar de difícil acceso a casi 3.000 metros sobre el nivel del mar, frío y cuando uno ve la cueva y el agua que brota de la vega un poco más abajo, se da cuenta de que ha sido un sitio ideal para el refugio.

Es Agua de la Cueva, ubicada al noroeste de la Pampa de Canota que, junto a la Gruta del Indio, en San Rafael, constituyen los dos asentamientos de población más antiguos de la provincia hasta ahora registrados. En los '80 empezaron las primeras excavaciones del lugar y a fines de los '90 los estudios confirmaron que los vestigios más antiguos tienen 12.000 años.

Hasta hace unos años, el de Uspallata se mantuvo relativamente conservado, porque allí solamente van personas que realizan cabalgatas o practican deporte aventura: mountain bike, enduro, 4x4.

"Pero en los últimos tres años se nota cierta actividad relacionada a la caza de animales. Junto a la cueva se instaló un corral y el año pasado ya levantaron debajo de ella una casilla de madera. Este movimiento ha generado un caos arqueológico", denuncia Horacio Chiavazza, del Instituto de Arqueología y Etnología de la Facultad de Filosofía y Letras, quien destaca que lo primero que habría que hacer es poner en valor el sitio: "Es un lugar accesible, está a dos horas de Uspallata, por eso es necesario un control y llevar adelante una política educativa para que el que llega ahí, sepa dónde está. Para que tenga respeto por la historia y el pasado".

Agua de la Cueva se encuentra en el límite de la Reserva Natural Villavicencio. Silvina Giudice, vocera de la reserva que es manejada por una firma internacional, señaló que están muy preocupados tanto por el patrimonio arqueológico como por el natural, relacionado a la fauna autóctona. En este sentido comentó que han mantenido reuniones con funcionarios provinciales para que realicen acciones tendientes a preservar dicho patrimonio.

Fuentes del área de Recursos Naturales Renovables informaron que el trabajo de guardaparques de la provincia se limita a las áreas protegidas, ya que sería imposible abarcar todo el territorio provincial. Destacaron la tarea que está llevando en el lugar la Policía Rural.

El comisario Guillermo Antequera, a cargo del área, informó que esta semana lograron detener a 5 cazadores furtivos y decomisaron las presas que habían cazado, entre ellas un ñandú faenado, un guanaco despostado, varios frascos con carne de guanaco en escabeche y un pájaro Siete Cuchillos. Este operativo se realizó en Uspallata, en la zona de la Cueva del Norte.

“Estamos informados sobre la situación en Agua de la Cueva, muy cerca de la ruta 13”, reconoció Antequera, quien actuó gracias a la intervención de la Justicia con el objetivo de impedir la caza furtiva de especies protegidas por ley.

Por otra parte, fuentes de la Secretaría de Cultura, de la cual depende la Dirección de Patrimonio, señalaron que para que ellos puedan intervenir, el sitio debe contar con la declaración correspondiente de patrimonio provincial.

"Toda esta zona es un lugar muy bonito, con paisajes espectaculares. Nosotros vinimos por la Pampa de Canota y estaría bueno que se informara del valor real que tienen estos lugares", comentaron Néstor y Alfredo, dos enduristas que periódicamente recorren la cordillera y el piedemonte mendocino. Agregaron: "Por ahí hacemos un asado en un lugar de gran valor arqueológico y no lo sabemos. No tenemos problemas de participar de un curso básico en esta materia, como de medio ambiente, porque es bueno también para todos los que andamos por acá. Por lo visto, hay mucha riqueza: además de la minera hay varias cuevas más".


De Uspallata a Huentota

En Agua de la Cueva se han encontrado cerca de 900 elementos de piedra, la mayoría raspadores que utilizaban aquellos pobladores para trabajar el cuero de guanaco. La cueva demuestra un modo de vida no solamente muy antiguo sino que está extinguido, explica Chiavazza y agrega que el lugar es un punto muy importante desde el punto de vista de comunicación, porque es un camino directo entre el valle de Uspallata y el de Huentota o Huentata (Ciudad de Mendoza). Incluso se está investigando si esta conexión Oeste-Este entre los valles formó parte del Camino del Inca.

Cultura no puede intervenir porque el sitio no tiene una declaración patrimonial. Tampoco es reserva provincial, por lo que no llegan los guardaparques.

También hay registros de que herramientas (de piedra) de esta zona se han encontrado hasta en la zona de las Lagunas de Guanacache, al noreste (Lavalle). "Hay que determinar si las llevaban de acá o si existía un intercambio entre las poblaciones del piedemonte y la de las lagunas", indicó Chiavazza. Agregó: "En las llanuras encontramos piedras que sacaban del piedemonte, y aquí arriba, en estos abrigos, encontramos huesos de pescado que probablemente procedían de las lagunas. Entonces observamos una circulación de recursos".

Elena Abraham, actual directora del CCT Mendoza (Centro Científico Tecnológico) dependiente del Conicet, participó en los '80 del proyecto Agua de la Cueva. "Trabajamos con Charo Prieto y colaboramos con el proyecto de Pablo Sacchero. Fue un trabajo muy importante a la luz de los resultados posteriores. Costó mucho al principio, porque los relevamientos se hicieron durante la época de la dictadura". Vale aclarar que de 1976 a 1983 este sector se mantuvo en vigilancia permanente por las Fuerzas Armadas debido al conflicto limítrofe con Chile.

Restos de cazadores recolectores

El arqueólogo Horacio Chiavazza, del Instituto de Arqueología y Etnología de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo, señaló que Agua de la Cueva "se encuentra en la margen occidental de Pampa de Canota. Posee restos que corresponden a la secuencia histórica de la provincia desde que existen seres humanos en ella.

Allí hay restos de cazadores recolectores desde hace unos 12.000 años. También hay registros de la etapa Huarpe, Inca, la etapa de la conquista española, la colonia y restos más recientes, del siglo XIX. En ese momento, el lugar ya estaba vinculado a la minería. Incluso había instalaciones pecuarias, relacionadas al campo de Villavicencio”.

Chiavazza resaltó que esto es resultado de los estudios que “en los ‘70 llevaron a cabo Pablo Sacchero, María del Rosario Prieto, Elena Abraham y Julio Ferrari. Ellos elaboraron un proyecto al cual nos fuimos integrando distintas generaciones de arqueólogos: dos de esos investigadores, Víctor Durán y Alejandro García, trabajaron en los sectores Norte y Sur del sitio Agua de la Cueva”.

El arqueólogo aseguró que desde hace 20 años el sitio no ha vuelto a ser trabajado y quedó allí con algunas excavaciones abiertas. Sobre la antigüedad de 12.000 años, dijo que esto “está fehacientemente comprobado; dio lugar a una tesis doctoral en 1997 de Alejandro García sobre el sector Sur”.

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