Dura derrota para Pérez en el Senado

La candidata a la Corte, Miriam Gallardo, fue rechazada con los votos de la UCR y dos del propio PJ. El oficialismo demoró en admitir el revés y hubo rumores de una nueva votación. Pasaron Simón, que será fiscal de Estado, y Pettignano, que va al Tribunal

Dura derrota para Pérez en el Senado
Dura derrota para Pérez en el Senado

Parecía que la sesión de acuerdo del Senado terminaría en escándalo, pero hubo un viraje de timón y la situación volvió a la normalidad cuando el vicegobernador, Carlos Ciurca, admitió que el oficialismo había perdido la primera votación, en la que se decidía el nombramiento de Miriam Gallardo en la Suprema Corte.

Eran tres cargos en juego. Gallardo no logró el suyo pero sí lo obtuvieron los aspirantes a la Fiscalía de Estado (Fernando Simón) y al Tribunal de Cuentas (Ricardo Pettignano).

El oficialismo podría argumentar que obtuvo dos de tres pero también podría indicarse que intentó forzar la política sin diálogo y que las resistencias vinieron desde adentro del propio peronismo: el oficialismo contaba 20 bolillas blancas y Gallardo sólo obtuvo 18.

Podría decirse que para Francisco Pérez es una pequeña victoria muy amarga en un día para el olvido, en el que parte de los estatales no cobraron sus sueldos por falta de fondos y el cargo más relevante que esperaba dejar cubierto (un sillón de la Suprema Corte) no logró pasar el cedazo senatorial.

Claramente, el martes no fue un buen día para Pérez. En la Legislatura las cuentas parecían claras y las sospechas eran muchas. Entre UCR y Pro sumaban 17 votos para el rechazo de los pliegos; el Frente para la Victoria y aliados contaban 20 y la única banca que ocupa el Frente de Izquierda de los Trabajadores estaba desocupada.

Había dudas sobre tres votos del bloque oficialista, los tres senadores encolumnados detrás de la candidatura a gobernador de Matías Roby: José Escoda, María José Ubaldini y Matías Stevanato. Roby había jurado que él pidió el rechazo de todos los candidatos, pero que no sabía qué harían los senadores dentro del recinto en una sesión secreta.

De paso, Roby instaló el fantasma de la compra de votos y también señaló posibles bajas entre los radicales por intereses cruzados. Sobre este fantasma también cabalgó el precandidato radical Alfredo Cornejo, acusando veladamente a los de Roby.

Con estos antecedentes se llegó a la mañana de ayer. Claramente no eran medidos con la misma vara los tres candidatos. Es cierto que los tres aspirantes son militantes peronistas y es cierto que los tres hoy cumplen funciones en cargos electivos a los que llegaron por estar en las listas del FpV (Gallardo es concejal de Maipú, Simón y Pettignano son senadores); pero también es cierto que en la audiencia pública de la semana pasada, los dos senadores habían pasado casi sin sobresaltos, pero Gallardo fue duramente fustigada por la oposición, no sólo por su militancia sino también por sus antecedentes, considerados pobres para estar en la Suprema Corte.

Sin embargo, el oficialismo avanzó, pensando que podría mantener los votos propios, a pesar del pedido de Roby. Pero ayer otra fue la historia. La sesión de acuerdo debía arrancar a las 10, pero se inició una hora y media después. Uno de los últimos en llegar fue Stevanato y venía visiblemente ofuscado.

Las sesiones de acuerdo son secretas. Sólo quedan en el recinto los senadores y se vota con bolillas blancas y negras. Se va llamando a cada legislador por su nombre, quien coloca una de las bolillas en la urna. La idea es que nadie sepa cuál bolilla colocó cada uno. El primer pliego fue el de Gallardo.

Se cumplió el ritual y a la hora de contar había 18 bolillas blancas; con 37 senadores presentes, hacían falta 19 blancas. No alcanzaba.

La cuestión es que al contar las negras aparecieron 23, o sea que estaban sobrando 4. Entonces se desató la batahola en secreto. Por largos minutos hubo incertidumbre en los pasillos legislativos porque se demoraban las noticias. Salió todo el bloque del radicalismo diciendo que el peronismo intentaba forzar una nueva votación, porque no coincidía la cantidad de bolillas con la cantidad de legisladores votantes.

Por varios minutos la atención estuvo sobre los senadores de la UCR; incluso llegaron Cornejo y el presidente de ese partido, Sergio Pinto, para denunciar la maniobra y hasta recordaron que hubo una situación similar cuando el radicalismo era oficialismo y Francisco Morandini, un amigo del entonces gobernador Julio Cobos, era candidato a superintendente de Irrigación. El entonces vicegobernador, Juan Carlos Jaliff, había admitido la derrota, a pesar de que también sobraban bolillas negras.

En esos momentos la pregunta era si el peronismo avanzaba en la votación. Pero no. Había cuarto intermedio y Stevanato y Ubaldini se fueron de la Legislatura al café de enfrente. De esa forma, y con la segura ausencia radical, no había quórum para continuar.

Entonces, apareció Ciurca y admitió la derrota y el rechazo al pliego de Gallardo. Eran las 12.30. Se  dispuso un cuarto intermedio hasta las 14.
Pasadas las 14 volvieron los senadores.

Ya el clima era otro. Se trató la postulación de Simón y obtuvo 20 bolillas blancas contra 17 negras, es decir todo el peronismo lo avaló. Mientras se votaba su pliego, el flamante fiscal de Estado no estuvo dentro del recinto y debió votar Ciurca porque nunca vota un número par de senadores para evitar posibles empates.

Luego llegó el turno de Pettignano. Nuevamente un voto oficialista se cayó, el de Matías Stevanato, y el contador candidato a vocal del Tribunal de Cuentas obtuvo 19 bolillas blancas. Con lo justo quedó en el cargo.

Sobraron cuatro bolillas y el PJ dice que una senadora se "confundió"

A media tarde llegó un comunicado suscripto por el vicegobernador, Carlos Ciurca: “Durante la votación una legisladora manifestó haberse confundido a la hora de efectuar su voto, cuestión que se consideró, pero que no interfirió en el normal devenir de la sesión.

Se evaluó el reglamento de la votación en relación a la inquietud que la legisladora manifestó, y se llegó a la conclusión de que no era motivo suficiente para tener que repetirla”.

Durante la mañana se había repetido ese argumento de la “confusión” de una senadora. La señalada era Carina Segovia, la presidenta de la comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales, una mujer que ya tiene varias votaciones a cuestas, incluida la del anterior aspirante a la Suprema Corte que propuso Francisco Pérez: Omar Palermo.

No se trata de una legisladora nueva y resulta difícil creer que se hubiera confundido; pero aún si así fuera, no es posible que la confusión de una sola legisladora provoque que sobren cuatro bolillas negras en la urna.

El radicalismo admitió a primera hora de la mañana que habría control de votos. El mecanismo es simple: cuando los legisladores van a votar, llevan una bolilla negra y una blanca. Colocan la que desean en la urna y deben colocar el descarte en otra caja.

Pero cuando hay control no colocan el descarte sino que entregan la otra bolilla a uno o dos legisladores que van llevando así la cuenta de los votos para asegurarse el cumplimiento del mandato partidario.

De antemano se sabía que María José Ubaldini y Matías Stevanato no votarían con el resto del peronismo. Por lo que de los 20 sólo 18 pondrían bolilla blanca. Cuatro negras de más podrían ser argumento para forzar una votación pero la reacción del radicalismo transformaba en escándalo cualquier resultado de una nueva votación.

Un detalle que surge con posterioridad a la votación: en el entorno de Matías Roby se jura que Ubaldini y Stevanato votaron todos los pliegos en contra, porque en ese sector se entendía que no era el momento de votar los candidatos a esos cargos y que, de hecho, Ubaldini hubiera votado a favor de Gallardo si la sesión hubiera sido después de las primarias abiertas.

Un comentario para poner sospechas en el radicalismo, que no se habría mantenido unido hasta el final. Para contradecir esa hipótesis, Stevanato había adelantado que votaría dos en contra. En ese escenario tal vez algún radical le puso una bolilla blanca a Pettignano y Simón. Pero eso ahora parece anecdótico, sobre todo después de la resonante derrota oficialista en el cargo más relevante.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA