Divulgación científica local

Un instituto local, dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), ha puesto en marcha un comité de divulgación científica.

El periodismo científico es el subgénero que difunde y divulga el conocimiento generado por la ciencia y la tecnología. A menudo se confunde con la divulgación científica cuyos aspectos de la divulgación no son, necesariamente, periodismo, por ejemplo, los museos de ciencia, que sin embargo son trascendentes como verdaderos “hipermercados” culturales.

La divulgación científica debe manejar un lenguaje accesible y decodificado de la información que no debe ir en detrimento de la precisión de los conceptos; habrá de ser amena y atractiva al lector y a la vez estimular la curiosidad y el interés por el tema. Estas son las intenciones que han movilizado al Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales (Incihusa) del Centro Científico Tecnológico-Conicet Mendoza (ex Cricyt), a poner en marcha un Comité de Divulgación Científica que canalizará hacia el gran público los resultados de investigaciones desarrolladas en el Instituto.

En la perspectiva de los mentores de esta política comunicacional de una unidad ejecutora del Conicet local, el interés social por un problema de conocimiento se activa en la medida en que el hecho o concepto a comunicar puede ser situado por los actores de la comunidad en el entorno social, geográfico y temporal próximo. En esa línea de pensamiento, la pregunta que se hace o debe hacerse el investigador que pretende difundir ciencia es ¿cuál es la relevancia social o pública en nuestro medio social del tema que lanzamos al ruedo?

Por eso se sostiene que la divulgación científica debe contribuir a informar a la ciudadanía de las actividades de investigación de las instituciones científicas-académicas, a la apropiación social y democratización de los conocimientos de la ciencia y la tecnología, la educación y la cultura democrática. “Por esta vía, al dar mayor visibilidad institucional, también se puede aportar a posicionar estratégicamente una comunidad o institución científica y académica en el plano regional, nacional e internacional”, sostienen los integrantes del nuevo grupo del Incihusa.

Modelos de comunicación del quehacer científico mendocino pueden ser, entre muchos más, las frecuentes intervenciones en medios de comunicación del científico Ricardo Villalba sobre el cambio climático; los consejos y advertencias del arquitecto Jorge Ricardo Ponte en torno del cuidado que merecen nuestras vernáculas acequias o los valorables informes del Noticiero Tecnológico Cuyano del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Reiteramos, solo citamos unos pocos.

Finalmente debe señalarse que la motivación del Incihusa recoge el espíritu pionero que acredita la trayectoria del Conicet en Argentina.

Los primeros proyectos sostenibles por generar ideas de divulgación científica en el país se remontan a mediados de la década de 1960, por impulso del doctor Bernardo Alberto Houssay (Nobel de Medicina en 1947), en aquel momento director del Conicet. Asimismo, los primeros divulgadores profesionales nacionales se formaron por iniciativas académicas en la década del '80 con participación del consejo nacional.

Entonces, es de esperar que crezca y se acentúe esta vocación por la divulgación científica para la experiencia de los ciudadanos y para que estos adquieran o accedan a conocimientos que les pueden facilitar su vida, sin desconocer que incluso la mejor ciencia será en algún momento superada, lo que no significa que sea falsa sino que constituye la mejor explicación posible en un momento determinado.

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