Distorsiones que salen a la luz

Distorsiones que salen a la luz
Distorsiones que salen a la luz

En los últimos días van apareciendo diversos hechos que muestran una cadena de distorsiones generadas a partir del agravamiento de la situación de la economía por efecto de la crisis con los holdouts y una suerte de default que ha impedido el acceso al crédito.

El Gobierno intenta poner en la mesa herramientas para reactivar el mercado interno, mientras se profundizan las diferencias con las mediciones de precios. El plan Ahora 12, para comprar, podría resultar un fiasco similar al Procreauto, ya sea porque los consumidores decidan no comprar o porque la oferta productiva no se pueda ampliar por la imposibilidad de importar.

Todo lo que ocurre a diario va poniendo sombras de dudas en todos los operadores económicos y eso es lo peor que le puede ocurrir a la economía para retomar un ritmo de recuperación. Lo cierto es que ha caído estrepitosamente la tasa de inversión, la producción industrial, las exportaciones  y el consumo.

La carrera del dólar

El dólar ha seguido su carrera ascendente superando el nivel de 15 pesos en un mercado muy pequeño y donde las señales hay que buscarlas en las operaciones en la bolsa a través de las negociaciones de bonos, donde se aprecia el volumen de movimientos.

Es que ahí las negociaciones se hacen en pesos y son justamente pesos los que sobran, mientras faltan dólares. No obstante, la falta de ingresos de exportación afecta al mercado oficial, donde tampoco hay muchas salidas porque el Banco Central restringe la entrega de divisas para pagar importaciones.

En un mercado tan pequeño, el precio del dólar puede obedecer a cualquier motivo pero el Gobierno se ha dedicado a buscar culpables y es notable la cantidad de nuevos enemigos que han surgido. Kicillof llegó a culpar a la embajada de EEUU, mientras que Capitanich arengó contra los bancos (dice que alimentan a las cuevas) y American Airlines por no vender pasajes más allá de diciembre.

Lo real es que la inflación viene devorando la competitividad del tipo de cambio y todos especulan para cuándo se vendrá la corrección del tipo de cambio oficial. Una decisión del Banco Central ha desatado una serie de especulaciones acerca de cierto movimiento cercano. 
La autoridad monetaria ha dispuesto intimar a todos aquellos que tienen exportaciones pendientes de liquidar a que lo hagan antes del 30 de setiembre. Quienes no lo hagan sufrirán una penalización consistente en que les liquidarán las divisas con el precio vigente a la fecha de la exportación.

Es que hay exportadores que no liquidan desde 2012 y han preferido retener las divisas pagando las multas por el retraso, calculando que, cuando liquiden, el precio final les compensará con creces las multas. Si una empresa exportó en 2012 por valor de 100.000 dólares y liquida antes de fin de mes, cobrará el actual dólar oficial, pero si lo hace el 15 de octubre, le liquidarán a $ 4,83, que era el precio de esa época.

Se calcula así que el Banco Central busca acelerar la liquidación de las exportaciones más antiguas y retrasadas. ¿Cuál es el objeto no declarado? Las especulaciones indican que a partir de octubre el BCRA acelerará la devaluación del tipo de cambio oficial y no quiere que quienes especularon obtengan ganancias con la espera. Nadie puede adivinar cuál será el ritmo y la profundidad de la corrección, pero lo cierto es que todos coinciden en que la actual paridad es insostenible.

Por otra parte, funcionarios de economía propondrían a aquellas empresas que tienen mucho atraso en sus peticiones de divisas para pagar importaciones, entregarles bonos en lugar de dólares, para no alterar las escasas reservas disponibles.

En realidad lo que hay que reconocer es que es insostenible el ritmo de la inflación, que pulveriza todas las estructuras, ya sean de costos, como de salarios y estas correcciones no son la solución. La única salida es bajar el déficit y la emisión monetaria. Mientras no se haga esto con seriedad, esta escalada puede ser infinita.

El caso Impsa

Esta semana sorprendió la comunicación de la empresa madre del grupo Pescarmona indicando que no podría afrontar pagos que vencían el jueves 18 de dos series de obligaciones negociables por unos 40 millones de dólares. Aducen problemas de cobranzas de obras en Venezuela y en Brasil.

La empresa ya había iniciado un proceso de crisis en la Subsecretaría de Trabajo en Mendoza y obtuvo un subsidio para salarios de una parte del personal. Actualmente, está pidiendo que se extienda a la totalidad del personal.

Pero el problema de Impsa es mayor porque tiene problemas encadenados ya que no tiene obras en Argentina pero, además, no tiene acceso al crédito internacional por la situación del default, que se agravará con su propio impago de estos días.

El Gobierno está preocupado y se estudian diversas alternativas para salvar a la empresa. Una de ellas es conseguir socios que hagan aporte de capital. Incluso, se ha llegado a pensar que el mismo Estado podría ser socio aportando capital.

En principio, se le ofrecería a Impsa que el Estados le preste a la empresa el importe de las cobranzas demoradas, que debería ser devuelto cuando se produzca la cobranza. Pero la alternativa de la capitalización sería muy complicada, porque abriría la posibilidad de que otras empresas soliciten lo mismo. Por ejemplo, Lázaro Báez ha tenido muchos problemas porque no le han adjudicado obras y tiene demoras en las cobranzas con el mismo Estado. ¿Por qué no pediría lo mismo si él ha sido tan amigo del gobierno como Enrique Pescarmona?

Lo real es que tanto el cepo cambiario como el problema de la deuda han generado problemas no solo para el Estado sino también para las empresas. En el caso de Mendoza, por ejemplo, está demorada la presa de Los Blancos por falta de financiamiento, que sería aportado por el BNDES de Brasil. Y en esa obra Impsa es uno de los adjudicatarios.

Éste puede ser el principio de varios casos más que se irán presentando y son la consecuencia de las malas decisiones del Gobierno en materia de política económica, sobre todo en lo fiscal y monetario. Habrá que ver qué soluciones creativas aparecen porque de ello dependerá la conducta futura de muchos empresarios.

Por Rodolfo Cavagnaro - Especial para Los Andes - cavagnaro@arlinkbbt.com.ar

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