Detectan un peligroso contaminante industrial en el ambiente de Mendoza

Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) y el CONICET detectó la presencia de un peligroso contaminante industrial procedente de plásticos que se utilizan para la fabricación de distintos electrodomésticos, cabinas de vehícul

Detectan un peligroso contaminante industrial en el ambiente de Mendoza
Detectan un peligroso contaminante industrial en el ambiente de Mendoza

Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) y el CONICET detectó la presencia de un peligroso contaminante industrial en el ambiente de Mendoza procedente de plásticos que se utilizan para la fabricación de distintos electrodomésticos, cabinas de vehículos y textiles, entre otros productos.

Los investigadores detectaron en las primeras mediciones la presencia del compuesto en agua, sedimentos y aire y, si bien aclararon que existe en "proporciones muy bajas", alertaron sobre la necesidad de prohibir a nivel nacional su utilización industrial, ya que son capaces de causar graves enfermedades, como cáncer, entre otras.

Los elementos contaminante son retardadores del fuego bromados (BFRs), que se encuentran "incorporados en materiales poliméricos (plásticos) a los efectos de retardar y/o inhibir el inicio y desarrollo de las llamas", explicaron. "Estas sustancias suelen utilizarse en materiales como la electrónica (cables, circuitos electrónicos, etcétera), el transporte (butaca, tablero, etcétera), textiles y electrodomésticos", señaló el grupo de la UNCuyo mediante un comunicado.

La función es que, "a medida que el material combustiona, estos compuestos estabilizan a los radicales libres que se generan durante el proceso de combustión y hacen que el fuego no se propague. Actúan antes del inicio de la llama, por eso son retardantes de la llama, no matafuegos", aclaró Belén Lana, doctora en Biología y parte de un equipo de investigadores de la UNCuyo-CONICET.


Si bien Lana reconoció que la detección de material contaminante en el ambiente mendocino no es significativo advirtió que "es un alerta".
"El estudio apunta a saber dónde estamos parados, cuánto tenemos, qué tenemos y dónde, e iría a cumplir con el compromiso que tomó Argentina al adherirse al convenio de Estocolmo", manifestó la especialista, aunque admitió que, "de ahí a generar una legislación, falta un gran paso".

El grupo de investigación, integrado además por Jorgelina Altamirano, como directora; Néstor Ciocco, Paula Berton y Juan Manuel Ríos, empezó a planificar el monitoreo en 2007 y fue el primero del país en estudiar estos contaminantes. "Químicamente son muy parecidos a los bifenilos policlorados (PCB), comúnmente conocidos como los aceites de transformadores, por lo tanto producen los mismos efectos en el ser humano como alergia e hipersensibilidad, cáncer, daño al sistema nervioso central y periférico, desórdenes reproductivos y alteraciones en el sistema inmune, como así también son considerados disruptores endocrinos", sostuvo Lana.

"Estudiamos toda la cuenca del río Mendoza, desde la Cordillera hasta el departamento Lavalle. Muestreamos ríos, canales y acequias y los encontramos, pero en muy bajas concentraciones porque son compuestos lipofílicos, se asocian a las grasas", además de ser elementos "hidrofóbicos, repelen al agua. Entonces es muy difícil encontrarlos en matrices acuosas", puntualizó.


Aún cuando la concentración detectada fue baja, el grupo de investigadores instó a prohibir la producción de los retardadores de fuego.
En ese sentido, Lana señaló que "hay un proyecto de ley, pero solamente para prohibir el ingreso de aquellos productos electrónicos que contengan esta sustancia".

Pero "sabemos que hay industrias en el país, en la provincia de Buenos Aires, que los están utilizando en sus polímeros", subrayó.

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