Desplazamiento y CO2

Todas las medidas y acciones que podamos adoptar para mejorar la sustentabilidad serán positivas, así como las obras de infraestructura que los gobiernos lleven a cabo en tal sentido. Acciones generalizadas ayudarían fuertemente a controlar las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) sin esfuerzos adicionales. Se trata de utilizar los recursos de manera inteligente. Una cuarta parte del CO2 que producimos se genera por nuestros desplazamientos. Infelizmente va en crecimiento por lo cual debemos estar muy atentos a realizar todos los esfuerzos posibles. El CO2 es el principal gas componente del combo causante del calentamiento global.

El desplazamiento por motivos de trabajo representa en promedio la quinta parte del movimiento total de personas. Por esto debemos buscar la forma más eficiente de viajar.

Todos los medios de transporte de acción mecánica emiten CO2 a la atmósfera, pero la cantidad entre uno y otro varía según el tamaño y la potencia impulsora. Por ejemplo, un ómnibus de larga distancia emite 9 gramos por kpp (kilómetros por pasajero) contra unos 500 que producen los aviones comerciales de corta distancia que contaminan más durante el despegue y el aterrizaje.

Algunos factores que son propios de cada persona han llevado a aumentar la producción de CO2. Por ejemplo, la creciente obesidad o el estiramiento del promedio de vida humana, así como la mayor oferta de automóviles, han impulsado el uso de este medio, incluso para trayectos muy cortos, lo cual es ecológicamente inconveniente. ¿Cómo podríamos entonces mitigar este efecto contaminador del transporte masivo impulsado por combustibles fósiles? Pues bien, con acciones simples o pequeños esfuerzos y, en la buena elección de los medios que usaremos para trasladarnos de un lugar a otro.

Hay una tendencia mundial a caminar o correr por razones diversas, como por ejemplo la prevención de enfermedades o mantener el físico en buena forma. No estaría mal agregar a estas actividades hacer las compras, ir al trabajo o a la escuela sin generar contaminación, claro está, cuando las distancias estén dentro de lo razonable. En muchas ciudades del mundo existen ciclovías para el tránsito urbano. En Europa ya no existe ciudad que no cuente con éstas, y algunas de ellas presentan verdaderos enjambres de ciclistas.

Hay estudios que muestran que con la misma energía un auto hace 90 metros en una carretera, mientras que con una bici se hacen 5 kilómetros. En las principales ciudades europeas 30% de la población se desplaza en bicicletas no sólo por razones ecológicas sino también por la rapidez con la que andan por las ciclovías que les permiten ganar tiempo en llegar a destino. En algunos lugares la bicicleta se usa como transporte de uso múltiple adicionando al vehículo original un acopladito, hasta con capota, para transportar niños pequeños o sus compras.

La ambientalista inglesa Sian Berry ha publicado (Viajar de forma más ecológica - Blume) la siguiente tablita comparativa de emisiones de CO2 según el medio de transporte que se utilice en gpp (ramos por pasajero): Ómnibus híbrido para 75 pasajeros - emisión 10 gpp; ómnibus convencional para 75 pasajeros - emisión 17 gpp; ómnibus híbrido para 20 pasajeros - emisión 38 gpp; ómnibus diésel para 20 pasajeros - emisión 65 gpp; tren (eléctrico y diésel) entre 51 y 69 gpp respectivamente; automóvil de gama media con un pasajero - emisión 170 gpp; avión (ocupación media) - emisión 230 a 510 gpp.

El auto ecológico mejoraría mucho el problema de la emisión, pero para disponer masivamente de esta tecnología (híbridos o eléctricos) falta bastante; mientras tanto, lo recomendable es usar autos de baja cilindrada o motos que, como se sabe, contaminan menos que aquellos que llevan grandes motores V6 o V8.

Acorde con los aspectos que estamos comentando, el Estado también tiene su rol y esto apunta a la conformación de una eficiente y moderna infraestructura de transporte, porque es sabido que las ciudades que tienen eficientes sistemas de transportes, la mayoría interligados, tienen a su vez, menos automóviles en circulación. Estamos hablando de ferrocarriles urbanos y ligeros o colectivos eléctricos o movidos con combustibles renovables.

Otra forma sencilla de reducir emisiones de CO2 es con el hábito de compartir el coche con otras personas con las que hacen el mismo trayecto que uno. Un coche con cuatro personas emite 170 gramos por kilómetro o sea 42,5 gpp.

El teletrabajo es un recurso interesante porque evita desplazamientos, claro que no es fácil disponer libremente de él ya que necesita de una negociación con el empleador. Hay empresas que lo permiten o directamente lo proponen y otras no lo aceptan. En invierno no es tan conveniente porque calefaccionar una empresa con cien empleados es ambientalmente más conveniente que hacerlo con cien casas. Pero, qué mejor que evitar los viajes, si esto fuera posible. La tecnología ofrece hoy mecanismos de reunión de cualquier tipo mediante la teleconferencia a través de la webcam. Hoy 20% de los viajes de larga distancia son de trabajo, de modo que si esto pudiera evitarse con el servicio mencionado se conseguiría un extraordinario ahorro de emisión.

Tarde o temprano el motor de combustión interna alimentado por combustibles fósiles usado en el transporte será reemplazado por energías alternativas renovables, y es mejor que sea temprano.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA