Depresión estacional: la angustia florece cuando el sol se oculta

De la mano de especialistas mendocinos, conocemos este trastorno que se relaciona con el factor climático y es más que una tristeza pasajera

Por Zulema Usach

Se trata de un trastorno en el estado de ánimo que puede aparecer de manera cíclica y se relaciona con el factor climático. Especialistas recomiendan la consulta a tiempo y la diferencian de una tristeza pasajera.

El motor interno se aletarga. La iniciativa que antes daba riendas a nuevas metas parece esfumarse y la voluntad se vuelve limitada, inclusive para realizar actividades básicas, como levantarse en la mañana y preparase para afrontar un nuevo día. Tan complejas como la individualidad de cada ser, las señales que emite el organismo cuando se atraviesa por un cuadro depresivo no siempre son identificadas a primera vista. Sin embargo, si el mismo estado de ánimo se extiende por dos semanas o más, es probable que sea necesario consultar con un profesional en salud mental.

En tiempos de cambios acelerados, en los que el estrés parece invadir casi todos los planos de la vida cotidiana, los especialistas dan cuenta de la importancia de realizar un diagnóstico temprano del cuadro depresivo en sus diferentes formas. Uno de ellos tiene que ver con la influencia que tiene en el estado de ánimo de algunas personas, nada menos que el factor climático. "La depresión estacional es una forma clínica de la depresión; se trata de un trastorno del estado de ánimo que se ubica dentro de un gran espectro de trastornos depresivos", define la psiquiatra Gabriela Prats.

Así, entre la marea de diagnósticos, aparece este tipo de depresión que se hace más frecuente en épocas invernales, donde la luz solar comienza a ser menor. De acuerdo a la especialista, los sitios donde la población se ve más afectada son aquellos ubicados en latitudes donde la luz del sol escasea.

EL AMBIENTE FÍSICO (TEMPERATURA, LUMINOSIDAD Y ENTORNO) INFLUYE EN EL ESTADO DE ÁNIMO DE LAS PERSONAS.

Pero además, es posible que surjan –aunque de manera menos frecuente- en los meses de primavera y verano. ¿La explicación? Para comprender este complejo mecanismo que relaciona el medio ambiente físico con el estado de ánimo de las personas hay que remitirse al sistema endócrino del organismo. Pero además, explica Prats, es necesario atender a los factores genéticos y orgánicos.

Justamente, según la especialista, es el eje del sistema nervioso central hipotálamo-hipofiso adrenal, el que se relaciona con la producción de cortisol, hormona que se libera en las horas de la mañana y que va disminuyendo a medida que se acerca la noche. "Se produce una alteración en la liberación horaria del cortisol y esto hace que la persona esté menos activa", detalla la psiquiatra y aclara que para ser diagnosticado con un cuadro de depresión estacional es importante no presentar o haber presentado depresión en otro momento del año. De hecho, en ese caso, no se trataría de una situación temporal o pasajera, sino más bien crónica.

Por otra parte, es importante separar a esta forma de depresión, que requiere de un diagnóstico y tratamiento adecuados, de un estado de ánimo cabizbajo o melancólico pasajero, disparado por algún motivo. Aquí surge la diferencia entre una tristeza por un motivo puntual y una depresión en sí, cuyo estado se extiende a lo largo del tiempo (en este caso, en los meses invernales).

En el primer caso, la persona tiene la capacidad para conectarse con aspectos de la vida, actividades y personas que le hagan bien, mientras que en el segundo, la posibilidad de detectarlo uno mismo y hacer cosas para evitar que suceda se ve bloqueada. "La voluntad, cuando alguien tiene depresión, aparece enferma, hay una inhibición psicomotriz, desgano, falta de iniciativa, trastornos en el sueño y en la alimentación", enumera Prats y destaca que en el ser que padece depresión, si bien existe un factor que intervino como desencadenante, se presenta una tristeza que no tiene un motivo específico. Pero además, se manifiestan otros síntomas en el sistema vegetativo, como taquicardia y palpitaciones.

SI LA ANGUSTIA APARECE DE MANERA PASAJERA Y POR UN MOTIVO QUE PUEDE SER IDENTIFICADO Y SOBRELLEVADO, ES ACONSEJABLE BUSCAR EL CONTACTO CON LA NATURALEZA, RODEARSE DE PERSONAS QUERIDAS O REALIZAR ACTIVIDADES QUE LLENEN EL  ESPÍRITU.

Prats aclara que en los casos en los que el/ la paciente sabe que su estado de ánimo decaerá cuando se acerquen los meses de menos sol, tiene la posibilidad de “adelantarse”  al padecimiento y recibir a tiempo la medicación correspondiente. En ese sentido, la profesional en salud mental transmite tranquilidad al destacar que es primordial desmitificar la consulta al psicólogo y/o psiquiatra.

"Es muy importante alejarse de los prejuicios que socialmente existen en torno de la consulta psiquiátrica", recomienda la especialista y detalla que debido a que quien cursa por una situación de depresión no puede visualizar muy claramente su estado y mucho menos conectarse con acciones que le brinden placer, el primer paso es acudir a la consulta. En cambio, si la angustia aparece de manera pasajera y por un motivo que puede ser identificado y sobrellevado, es aconsejable buscar el contacto con la naturaleza, rodearse de personas queridas o realizar actividades que llenen el espíritu, aclara la psiquiatra.

Daniel Venturini, aporta su punto de vista desde sus conocimientos como psicólogo cognitvo. Dice, en primer lugar, que las depresiones que se relacionan con factores relacionados al entorno físico (entre ellos, el clima), pueden estar asociadas a personas que presentan trastorno bipolar de la personalidad. "Hay diferentes tipos de trastornos bipolares, uno de ellos, es el que tiende a ciclar de la fase maníaca (más "activa") a la depresiva y viceversa", explica el especialista. Por lo general, se trata de personas que pasan de atravesar estados de hiperactividad y exceso de creatividad a estados depresivos. Justamente, uno de esos estados puede surgir en una estación determinada, detalla Venturini y reafirma que el ambiente físico (temperatura, luminosidad y entorno) influye en el estado de ánimo de las personas. Un ejemplo que cita el profesional es el de Suecia: el país nórdico presenta la tasa más alta de suicidios y cuenta sólo con tres horas de luz diurna por jornada.

La depresión, indica Venturini, tiene que ver con la complejidad de las conductas humanas, responde a una multicausalidad en la que aparecen factores predisponentes de las personas, como los antecedentes genéticos, las experiencias de vida en edades tempranas relacionadas con la crianza y el propio desarrollo de la persona desde el punto de vista social y personal. "A esto se suman los factores ambientales y físico –geográficos", puntaliza el especialista y coincide con Prats al asegurar que lo más adecuado frente a este cuadro depresivo es acudir a la consulta con un especialista en salud mental.

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