A un efectivo de la policía, que se encontraba cumpliendo custodia dentro de una sucursal bancaria, en pleno centro de la ciudad, se le escapó un tiro de su arma reglamentaria y, más allá del susto entre los presentes, sólo sufrió una lesión en el dedo meñique de su mano izquierda.
El uniformado fue atendido por personal de una ambulancia del Servicio de Emergencia Coordinado, en el mismo lugar, tras lo cual se retiró de la sucursal del banco Macro, de avenida San Martín y Alem.
Casos que se repiten
Hace sólo algunos días, otro efectivo, integrante de la Unidad Especial de Patrullaje, estando en la Oficina Fiscal N° 8 de Guaymallén, también disparó accidentalmente su arma (una escopeta) y el proyectil terminó impactando en un escritorio, sin que alguna persona resultara lastimada.
Sin embargo el caso más grave tuvo como escenario el recinto de la UEP de Guaymallén: ocurrió en agosto del año pasado, cuando una mujer policía, manipulando la pistola que le provee la fuerza, baleó a una compañera que se encontraba recostada en una cama.
Noelia Montenegro recibió el impacto a corta distancia en el abdomen, falleciendo después de casi un mes de internación.
La sub ayudante Zulma Miranda, terminó ahí su carrera dentro de la fuerza.