De no creer

Por Luis Fermosel -  la.fermosel@gmail.com

Hay situaciones que son difíciles de entender y por lo tanto muy complejas para explicar. ¿Cómo comprender que, siendo el sindicalismo la columna vertebral del Movimiento Nacional Justicialista, los líderes de la CGT y de las 62 Organizaciones Gremiales "Peronistas" hayan apoyado a un candidato opositor en el balotaje? ¿Cómo entender que los representantes "gremiales" en la Legislatura provincial hayan ingresado por fuera del justicialismo, integrando la alianza Cambiemos o a los partidos de izquierda? Hasta resulta extraño  -por más que haya que respetar, como corresponde, las decisiones de los chicos- que el hijo de un ex ministro de Trabajo justicialista sea ahora el futuro titular de la cartera laboral por un gobierno no peronista.

Si nos atuviéramos a aquella vieja máxima de Perón, que indicaba que "para un peronista no hay nada mejor que otro peronista" (que después cambió el término peronista por el de argentino), resulta indudable que todos aquellos que rompieron la regla lo hicieron porque no consideran "peronista" al gobierno kirchnerista.

Más aún, algunos recordaron aquellas profundas diferencias de los años 70 entre la Patria "peronista" que defendía el sindicalismo y la Patria "socialista" que impulsaba la tendencia revolucionaria. "A quien Perón echó de Plaza de Mayo fue a la tendencia", se limitó a señalar un ex dirigente sindical.

De todos modos, en la situación actual valdría abordar cada uno de los casos en particular. Así por ejemplo, Hugo Moyano fue uno de los máximos adherentes al primer gobierno de los Kirchner, valiéndose de la oposición que había mantenido durante la gestión de Carlos Menem.

Sin embargo, todo lleva a indicar que Moyano tenía su propio proyecto político que desnudó durante varias reuniones que mantuvo en Mendoza con sindicalistas de su sector y que motivaron que muchos de ellos decidieran dar un paso al costado.

Públicamente, las diferencias salieron a la luz durante un acto realizado en el estadio de Ferrocarril Oeste, cuando Moyano, uno de los oradores, dijo que algún día un trabajador llegará a ocupar el sillón de Rivadavia, obteniendo la inmediata respuesta de Cristina Fernández al indicar que ella también había sido trabajadora.

El dirigente de los camioneros pareció tomar distancias de su estricta actividad política y abordó el plano deportivo, llegando a la titularidad de Independiente de Avellaneda, pero después de las elecciones generales y antes del balotaje decidió volver a las declaraciones políticas al asegurar que no diría "a quién iba a votar, pero que todos sabían a quien no iba a votar".

En la actualidad, el dirigente camionero no figura entre las primeras líneas de la gente de Macri pero, se asegura, fue hombre de consulta para algunos cargos, como fue el caso del próximo ministro de Trabajo.

El futuro dirá si Moyano quedará conforme con lo "conseguido" o si mantiene firme su intención de abordar nuevamente la política en la búsqueda de una candidatura individual. Habrá que ver también qué puede llegar a suceder en el caso de Moyano y otra gente que comparte el mismo espacio político, como por ejemplo Patricia Bullrich, futura ministra de Seguridad, con quien el camionero tuvo durísimos enfrentamientos algunos años atrás.

En el caso del titular de las 62 Organizaciones Gremiales Peronistas, Gerónimo "Momo" Venegas, valdría recordar que es amigo personal de Hugo Moyano. Integraba la conducción nacional de la CGT y fue impulsado por el camionero para ocupar el brazo político del movimiento obrero.

En un principio también coincidió con Néstor Kirchner, pero luego se enfrentó duramente, especialmente con Cristina, por el manejo de los fondos de la obra social del gremio Uatre. Conformó su propia agrupación política (Fe) y luego se decidió a ser un opositor más de la gestión kirchnerista.

Jorge Triaca es hijo del ex dirigente de los plásticos y ex titular de la CGT Azopardo y que ocupara el sillón del Ministerio de Trabajo durante la década de los 90. Triaca padre tuvo una aceitada relación con Mendoza, a través de su amistad personal con quien también fue ministro de Trabajo, Rodolfo "Chango" Díaz y de la dirigencia de la UOM local que lideraban Lisandro Zapata y Manuel Humberto López.

Fue quien presidió el plenario en el que debía elegirse la conducción de la central obrera local y para el cual se habían presentado dos candidatos: Carlos Mendoza y Antonio Cassia y que finalizara en un escándalo, con participación policial incluida. Triaca, inclusive por parte de su esposa, tenía una acomodada situación económica, aspecto que lo llevó a ser aceptado en el exclusivo Jockey Club de la Capital Federal.

Su hijo, el futuro ministro de Trabajo, siempre estuvo cerca de las filas del Pro, aunque muchos aseguran que mantiene una buena relación con gran parte de la vieja dirigencia sindical.
 
En Mendoza
En el caso de Mendoza, una situación especial se plantea con el dirigente de los mercantiles Guillermo Pereyra, quien juró como diputado provincial pero por la coalición Cambiemos, en representación del massismo. Pereyra anunció que tendrá su propio bloque individual, pero anticipó que trabajará "en conjunto" con el radicalismo, asegurando que había mantenido una conversación sobre el tema con el también diputado, el radical César Biffi.

"Voy a trabajar por Mendoza y por lo tanto voy a aprobar todo lo que el Gobierno envíe siempre y cuando sea en beneficio de la provincia", dijo Pereyra ante nuestra consulta, agregando que contaba con el aval de Sergio Massa para actuar de esa manera. "Nosotros integramos una coalición y la voy a respetar", dijo, para señalar luego que "por supuesto, si veo que hay alguna ley que dañe los intereses de los trabajadores o de los mendocinos, no los voy a acompañar".

La presencia de Pereyra es fundamental en la Cámara baja, en razón de que, de 48 diputados, el radicalismo, junto al PD y al Pro cuenta con 24 y Pereyra sería "el 25" para obtener quórum propio para las sesiones.

El resto de la dirigencia está evaluando cómo actuar en el plano inmediato, aunque existe la intención de convocar a una reunión para "despedir el año y ver qué vamos a hacer en el futuro", tal como lo señaló el dirigente de petroleros Jorge Córdova quien, de todos modos, adelantó que "somos absolutamente respetuosos de la decisión de la ciudadanía que se expidió a través de las urnas".

Dijo en ese marco que están dispuestos a dialogar con el próximo gobierno provincial. "Si no tuvimos diálogo con el gobierno 'peronista' de Paco Pérez fue porque él no quiso y siempre nos ninguneó", aseguró, para agregar que "debemos ser democráticos y criticar cuando las cosas no se hacen bien, pero también acompañar cuando son correctas". Indicó que "personalmente, con Cornejo siempre tuve una muy buena relación, porque mi gremio y mi club están en Godoy Cruz y siempre fue sincero. Cuando podía, me daba una mano y cuando no podía, directamente me lo decía, pero todo en muy buenos términos".

Defendió la actitud asumida por Guillermo Pereyra, al señalar que "es peronista, pero el peronismo local lo dejó de lado. No le reconocieron su trayectoria gremial ni su gestión como diputado nacional, por eso buscó otro espacio. Pero tengo la certeza de que no va a levantar la mano si se trata de algo que está en contra de los trabajadores".

Respecto del futuro del peronismo, Córdova se refirió a cada uno de los "posibles" líderes del futuro. "Juan Manuel Urtubey se presenta como una muy buena opción, quizás la más importante, pero hay otros que también pueden sumar, como es el caso de Sergio Massa, que se fue porque le cerraron las puertas, como nos pasó a nosotros en Mendoza.

De la Sota es un dirigente de trayectoria, pero su edad le juega en contra y podría ser un muy buen unificador. En el caso de Cristina, deberá comprender que el 11 de diciembre vuelve al llano y que si quiere legitimarse tendrá que ir a una interna, aunque ha dejado muchos heridos".