De la crisis de refugiados a ¿nueva líder del mundo libre?

Por su pragmatismo y cautela, Merkel fue calificada por The New York Times como “última defensora de los valores liberales de Occidente”.

En medio de las tensiones con el nuevo inquilino de la Casa Blanca y en un momento en el que Gran Bretaña negocia su salida de la Unión Europea (UE) y otras crisis se recrudecen, cada vez más ojos miran a la canciller alemana, Ángela Merkel, en busca de liderazgo.

Si la gestión de la mandataria conservadora en el estallido de la crisis financiera en 2008 convirtió “de facto” a Berlín en la nueva capital europea, dejando en un segundo plano a Bruselas, la política del republicano Donald Trump, presidente de Estados Unidos desde principios de año, parece haberla catapultado a una nueva liga.

La frase con la que resumió la situación hace tiempo el ex presidente de la Comisión Europea Romano Prodi -”en Europa manda la señora (Merkel)”-, podría extrapolarse ahora al plano internacional más allá de las fronteras europeas.

La presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU) se enfrenta a una mayor responsabilidad en la defensa de los valores democráticos en momentos de gran incertidumbre internacional, lo que llevó al diario británico “The Independent” a calificarla como la nueva “líder del mundo libre”. Mientras, “The New York Times” le otorgó el título de “última defensora de los valores liberales de Occidente”.

No es una tarea fácil, pero parece no haber mucha alternativa. “Merkel, tanto si le gusta como si no, es ahora la mayor defensora de las normas, valores e instituciones que forman el orden mundial de los últimos 70 años”, escribió también la revista “Foreign Policy”.

Ser el ancla en tiempos revueltos conlleva una gran responsabilidad. De momento, Merkel ya ha demostrado que es una mujer capaz de verbalizar sin miedos los cambios en el panorama internacional guiada por su famoso pragmatismo.

Las discusiones con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en las recientes cumbres de la OTAN, del G7 y del G20 sobre el gasto militar, la protección del clima o la política de refugiados parece que acabaron por dinamitar la poca paciencia que le quedaba ya a la mandataria alemana, que no dudó en decir alto y claro que Europa camina sola.

Junto con Alemania, las principales potencias internacionales ven cómo el liderazgo estadounidense que muchos dieron por sentado podría tener sus horas contadas. al comprobar cómo Trump decidió retirar a EEUU del Acuerdo de París contra el cambio climático, rechaza acuerdos comerciales e intenta quitar importancia a instituciones y acuerdos multinacionales, siempre guiado por su máxima “America first” (Estados Unidos primero).

La política precavida de Merkel contrasta con los arrebatos de Trump. Cuanto más esfuerzo pone EEUU en cambiar su rumbo, más claro habla Merkel. “Quien crea que los problemas de este mundo pueden ser resueltos mediante el aislamiento y el proteccionismo está cometiendo un tremendo error”, insiste la canciller alemana siempre que tiene ocasión. Merkel apela a la cohesión europea como camino a seguir frente a las políticas nacionalistas y aislacionistas defendidas en los últimos tiempos por países como Estados Unidos o Gran Bretaña. Y al mismo tiempo busca reforzar lazos con otros socios estratégicos como India o China.

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