Cuando Whatsapp se vuelve inseguro

Vanina (31) cuenta que una vez le hackearon el celular. Salía con un hombre que le revisaba el teléfono, con métodos que le permitían acceder al historial de Whatsapp, aun a aquella información a la que los usuarios comunes no pueden acceder y que ella creía perdida hace meses.

“Un día me revisó la info del celular y después me llamó para preguntarme por qué tenía mensajes guardados de hacía 6 meses, información que ni yo sabía que tenía pero que él me leía textual. Y no hay chance de que me viera el teléfono. Creo que usó un programa que supuestamente tiene la policía, algo de Morpheus o no sé qué”, relató.

Este caso es uno de los miles que habitualmente ocurren con los usuarios de teléfonos inteligentes. Además, es evidente que se multiplican a partir de la generalización del uso de Whatsapp y otros mensajeros instantáneos. Según datos publicados por la empresa de seguridad informática Eset, Whatsapp ya tiene más de 700 millones de miembros activos que envían más de 30 mil millones de mensajes de forma mensual.

Esto representa un enorme volumen de información personal en circulación y, a pesar de que WhatsApp cifra todos los mensajes y los datos, los especialistas recomiendan seguir algunos consejos de seguridad adicionales para evitar pasar un mal rato.

Lo importante, por e-mail

Pese a lo expuesto, muchos mendocinos consideran que no tienen miedo de mandar información personal, aunque en el caso en que se vean obligados a hacerlo, prefieren utilizar el correo electrónico o utilizar la “nube”, es decir, servicios gratuitos de almacenamiento de información on line. “La información importante la mando por email; para mí Whatsapp es una aplicación que me hace perder tiempo. Los archivos útiles los mando por mail o personalmente”, dijo Olga (26).

Lucía (29), por su parte, consideró que esta aplicación -que es usada por unos 11 millones de argentinos- es un sistema de mensajería muy seguro. “Está muy bueno porque es gratuito. Lo uso tanto para lo personal (hablar con amigos, familia o mi novio) como para lo laboral y jamás he pensando que alguien pueda robar información a través de esa vía de comunicación. No hay que vivir perseguidos. Además no soy una persona importante como para que alguien quiera robarme información”, agregó entre risas la oriunda de Guaymallén.

De todas formas, desde Eset recomendaron que restringir el acceso a la foto de perfil puede ser una buena alternativa. “Si la foto se comparte en WhatsApp de forma pública, cualquier persona con la que se haya hablado puede descargar la fotografía desde el perfil de WhatsApp y, utilizando el buscador de imágenes de Google, podría llegar a averiguar más datos. Para evitarlo, es necesario cambiar con quienes se comparte la imagen a ‘Sólo contactos’ dentro del menú de Privacidad de la aplicación”, indicaron.

Otra de las opciones es tener cuidado con aquellos que pretenden estafarnos. Es por esto que  -aclaran- WhatsApp nunca se contactará con el usuario a través de la aplicación y que tampoco envía correos electrónicos sobre conversaciones, mensajes de voz, pagos, cambios, fotos o videos, a menos que el usuario les envíe un correo solicitándoles ayuda o soporte. “Cualquier ofrecimiento de suscripción gratuita, afirmando ser parte de WhatsApp o invitando a seguir enlaces para salvar la cuenta, podría ser una estafa”, advierten en Eset.

Usar otra SIM

A muchos les ha pasado que cuando han perdido el celular o bien se los han robado, el nuevo propietario del teléfono envía mensajes a nuestro nombre, utilizando nuestra cuenta. Para evitar esto, Whatsapp recomienda bloquear la tarjeta SIM a través del proveedor del servicio telefónico e indica que inmediatamente se active la aplicación con el mismo número desde un teléfono diferente, con una tarjeta SIM de repuesto. “La aplicación puede ser utilizada por un solo número en un solo dispositivo al mismo tiempo, así que se estará bloqueando el perfil utilizado en el viejo teléfono. Si eso no es posible, WhatsApp puede desactivar el perfil”, aseguraron desde la compañía de seguridad informática.

“Si bien nunca he mandado información importante, del estilo de documentos de trabajo y esas cosas, sí he enviado fotos que podrían comprometerme. Y en ese sentido sí me da un poco de miedo. Pero son cosas del momento. Me arriesgué y volvería a hacerlo”, se sinceró Marcelo (41).

Al respecto, desde Eset explicaron que es importante tener cuidado con lo que se habla y utilizar el mismo criterio que se usa en cualquier otra forma de comunicación digital. “No enviar información personal si se puede evitar (direcciones, números telefónicos, dirección de correo electrónico) y nunca enviar información bancaria o de tarjetas de crédito”, recomendaron.