Cuando un amigo se va

Por Marcelo Zentil - mzentil@losandes.com.ar

Corría enero de 2014 y llevaba apenas días como ministro de Salud, pero Matías Roby ya tenía armado “su” gabinete, ese equipo con el que creía que podría sacar adelante a Mendoza si fuera gobernador.

Así, de la nada, o al menos sin más argumentos políticos y de gestión que la “fama” que tenía como médico y rugbier, soñó con la gloria desde el mismo momento de su bautismo en la función pública. Terminó creyéndose tanto el personaje que siguió de largo cuando todos los que antes lo empujaban le pedían que frenara.

Roby llegó a la política “sólo” para dar una mano a su amigo Francisco Pérez. Pero su rápido encumbramiento le hizo creer que también en la política, como había hecho antes, podía cortar camino para llegar antes al mismo lugar que a otros les lleva años.

De hecho, tenía un ejemplo cercano que le permitía creer en un milagro para él: su amigo Paco a quien, más allá de algún pasado militante, le había bastado ser ministro de Celso Jaque para llegar a gobernador.

Según cuentan, la grieta empezó a abrirse hace una semana y todo terminó de romperse el miércoles. En ese lapso, Pérez mandó varios emisarios, incluida su esposa, Celina Sánchez, para convencer a Roby de declinar, pero no hubo caso. Entusiasmado con un destino de bronce, el ministro no aceptó que su amigo lo dejara solo.

Igual, son muchos los escépticos, empezando por el radicalismo, que no creen en la pelea, aunque la palabra traición resuena aún en la boca de Roby.

“Ellos son muy amigos. Para mí algo han arreglado”, dice aún incrédulo alguien que supo compartir encuentros con las familias Roby y Pérez.

Lo que no dicen en el Gobierno es que Pérez optó por su supervivencia: sólo había lugar para un nombre por sector entre los principales candidatos del PJ. O sea, era Pérez o era Roby, nunca los dos.

“Él creó a Roby y él debía solucionar el problema”, dice un jefe del peronismo sobre Pérez y el desenlace de ayer. “Lo resolvió desde la política y no desde la amistad”, agregó, para defender al mandatario. Pero alguien que conoce a los dos ¿ex? amigos tiene otra visión: “Creo que Paco siempre usó a Matías como carta de negociación”.