Cristina, la reina del revés

Inspirado en la icónica composición de María Elena Walsh, el autor utiliza las contradicciones de dicho tema para analizar las que son propias del Gobierno nacional.

Por Alfredo Leuco - Periodista

Vamos a ver cómo es el Reino del revés. / Me dijeron que en el Reino del revés/ nada el pájaro y vuela el pez. Esta canción memorable de la talentosa María Elena Walsh tal vez nos ayude a entender lo que pasa por la cabeza conspirativa y autoritaria de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El Gobierno tiene el cadáver de Alberto Nisman en el placard y la Presidenta es responsable por acción u omisión de esa muerte.

Sin embargo, en el Reino del revés, un empleado jerárquico de Cristina como Aníbal Fernández dice que hay que meter presa a Sara Garfunkel, la madre del muerto, es decir a la madre de la víctima. Y encima dice que la madre de las hijas de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado tiene un solo interés: cobrar el seguro por la muerte de su ex marido.

El Gobierno firmó en forma clandestina el tenebroso pacto con Irán que todavía sigue vigente. Sin embargo, en el Reino del revés, para la jefa del Estado la culpa de la denuncia de encubrimiento al más grave atentado terrorista de la historia argentina, la tiene una conspiración intergaláctica que involucra a los repugnantes fondos buitres de Singer, a Nisman, a las organizaciones de la comunidad judía y, por supuesto, mirá si se lo iba a perder, a los medios de comunicación.

El gobierno de Néstor y Cristina tuvo al espía Antonio Stiuso como ariete para espiar y hostigar a opositores y periodistas independientes y fue Néstor el que se lo presentó a Nisman. Sin embargo, en el Reino del revés, ahora Stiuso es el diablo que escribió la denuncia de Nisman y que tal vez lo indujo al suicidio. En cualquier momento dicen que Stiuso era empleado de Clarín.

El Gobierno dice que es inocente y que nunca encubrió nada. Sin embargo, en el Reino del revés, movió todo su aparato de propaganda y de Injusticia Ilegítima para dinamitar la causa antes de que se investigara ni una sola pista.

Cristina no es culpable pero tampoco inocente. No se investigó nada. Más adelante tal vez se pueda investigar. El único interés del Gobierno fue garantizar la impunidad y no buscar ninguna verdad. Que todo quede oscuro como ahora.

El Gobierno en general y Cristina en particular, afirmó que hay feroces lobistas conspiradores y apuntó con el dedo a intelectuales como Santiago Kovadloff, Marcos Aguinis, Daniel Sabsay y a nuestro compañero fallecido Pepe Eliaschev.

Sin embargo, ellos son filósofo, psiquiatra, constitucionalista y periodista, todos ellos escritores y de probada fe democrática sin una mácula sobre su patrimonio ni sobre sus convicciones republicanas.

El Gobierno, por boca de Cristina, dice que “todo hace juego con todo”. Sin embargo, en realidad, nada hace juego con nada. Solo en su febril imaginación existen esos pactos.

Sus fuentes son flojas de papeles y expresiones de deseo mentirosas y falaces. La presidenta de la Nación, merodeando el antisemitismo de Luis D’Elía, sugirió que el propio Estado de Israel no se interesó por la voladura de su embajada. Casi, casi dijo que la bomba la pusieron los israelíes.

Este es el peor momento de la relación entre Cristina y la dirigencia de la comunidad judía organizada. Su volantazo hacia los regímenes autoritarios de Venezuela, Irán, Cuba y Rusia no explica todo pero explica bastante.

Es tan grande el pánico que la Presidenta tiene a ser investigada por estas causas que apela al ataque, que como todo el mundo sabe, es la mejor defensa. Hoy el ex fiscal Pablo Lanusse, en esta radio y en diálogo con Jorge Lanata, dijo que el objetivo del Gobierno es destruir todo tipo de controles y perseguir a los disidentes.

Contó que en la Justicia se está sembrando el germen de la maldad y a los jueces y fiscales solo se los designa si son militantes K. A un gobierno que simula abrir todas las puertas y todos los archivos ahora solo le interesa cerrar todas las causas y garantizarse la impunidad.

Dice Lanusse que está en juego la República y, por lo tanto, nuestras vidas y nuestras libertades. Yo suscribo esa opinión y agrego que me dijeron que en el Reino del revés/ nadie baila con los pies/ que un ladrón es vigilante/ y otro es juez/ y que dos y dos son tres. Eso pasa en el Reino donde reina Cristina, la reina del revés.

Gentileza: Radio Mitre

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