Cristina apuntó con duras ironías a la coyuntura nacional

Por medio de veinte tuits al hilo, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner repitió ayer que está siendo objeto de "una feroz persecución judicial" y acusó al Gobierno de estar detrás de "un plan" para reabrir la denuncia en su contra elaborada por el fiscal Alberto Nisman en enero de 2015, una semana antes de morir.

Sus comentarios sobre la Justicia no son nuevos, pero sí en cambio pueden haber sorprendido los primeros ocho tuits. Apuntaron de manera directa a medidas gubernamentales, económicas y sociales.

Hasta el momento, tanto en redes sociales como en las entrevistas que ofreció, Cristina Fernández había criticado distintas medidas del gobierno de Mauricio Macri, pero sin confrontar de manera tan directa en temas cotidianos como la suba del aceite y su racionamiento en algunos supermercados.

"Tienen un plan", así, con mayúsculas empezó el primer tuit. Con ironía, la ex presidenta se fue preguntando si ese plan se refería a "solucionar el fenomenal desbarajuste que armaron con las tarifas de servicios"; siguió luego preguntándose si ese "plan" era para "parar la inflación de los precios, en especial alimentos y la caída del consumo"; se auto-preguntó también respecto a si el plan gubernamental apuntaba "mejorar el poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones" o "para detener la ola de despidos, suspensiones, precarización y destrucción y puestos de trabajo".

Luego siguió interrogándose si el plan era para “ayudar a las economías regionales para que dejen de entrar peras, manzanas o cerdos del exterior”, o “para evitar el ingreso a mansalva de artículos de consumo que producimos en el país”.

Finalmente, cerró su mirada crítica respecto a la coyuntura, aludiendo a si el plan en ciernes apunta a evitar “que no sigan cerrando restaurantes, tiendas y comercios en general” o para “encontrar aceite o manteca en los supermercados”.

Este preámbulo muestra la decisión de Cristina Fernández de militar los temas cotidianos más allá de los avatares judiciales (dólar a futuro y Hotesur, por ejemplo), que la tienen como protagonista y a los que venía aludiendo con cartas en su muro de Facebook y así lo confirmaron a este diario, fuentes de la agrupación La Cámpora.

Tras esos ocho tuits, la ex presidenta se refirió a un artículo publicado el domingo pasado en el diario La Nación, titulado "Avanza un plan para reabrir la denuncia de Nisman contra Cristina". Esa nota señaló que la DAIA se presentaría como damnificada por el atentado a la AMIA y que el fiscal Germán Moldes pretende anular el fallo (del juez Rafecas y refrendado luego por la Cámara) que cerró la denuncia de Nisman contra Cristina Fernández.

Según la ex presidenta, “planes como éste que hoy leés en letra de Moldes, perdón molde, se ejecutaron para desviar investigaciones, para ocultar, destruir y/o plantar pruebas en el peor atentado terrorista de nuestra historia. Por eso a 22 años de la voladura de la AMIA aún no hay un solo condenado”, recordó.

También dijo que “el juez y los fiscales de la causa están procesados por encubrimiento, junto a otros funcionarios del entonces Gobierno nacional”.

"Bonadio, ex funcionario del ministro Carlos Corach, segundo juez de la causa AMIA, también fue separado de la misma por irregularidades", apuntó.

No está claro si podrá desarchivarse la denuncia de Nisman contra la ex presidenta y el ex canciller Héctor Timerman, entre otros, (a quienes acusó de pactar con Irán la impunidad de los iraníes sospechados de ser los responsables del atentado a la AMIA), pero Cristina Fernández optó por el contragolpe, parada en temas de actualidad.

La próxima semana, por de pronto, la ex mandataria regresará a la Capital Federal. Según confirmaron fuentes de La Cámpora, lo hará el 7 de agosto, un día antes de la audiencia conciliatoria que mantendrá con la diputada Margarita Stolbizer. Cristina Fernández vuelve a escena.