Coraje, convicción y Omar

Maipú derrotó a Independiente (CH) y cortó una racha de tres juegos sin triunfos. El partido estuvo suspendido por incidentes, pero apareció Omar Sperdutti, calmó las aguas y todo continuó.

El domingo 30 de agosto de 2015 será imborrable en la vida deportiva del Club Deportivo Maipú. Será recordado como ese partido que ganaba el Cruzado por 1-0 y a los 44 minutos del complemento (el Botellero jugó con 10 hombres desde los 32’ PT) el juego fue “suspendido” por decisión del juez Ejarque más la Policía de Mendoza debido a innumerables incidentes entre los suplentes visitantes, un colaborador del cuerpo técnico local y un puñado de plateísta.

Sin embargo, con el ingresó al campo de juego del presidente Cruzado, Omar Sperdutti, la decisión final tomó otro rumbo y se jugó el minuto restante del partido, más los nueve minutos adicionales que agregó la terna arbitral. ¡Insólito! El partido que tenía que definirse en el Tribunal de Penas del Consejo Federal, fue sentenciado por el propio presidente de Maipú. Viejo zorro si los hay en la categoría. El titular del club de calle Vergara le garantizó al árbitro la seguridad absoluta de la delegación visitante.

Es más, evacuó casi en un minuto la platea Sur, como si fuera un plan de contingencias, y envió a unos 300 hinchas del Botellero a la histórica tribuna de la pileta (sector Oeste). Así siguió el partido hasta el final que culminó con el triunfo del “Súper Depor” por la mínima ante Independiente de Chivilcoy.  Esa imagen de hombre conflictivo y temperamental hoy quedó de lado.

En la zona de vestuarios y con lágrimas en los ojos, Sperdutti, afirmó: "Estoy más grande, tengo dos nietos y por eso veo las cosas de otras maneras. Lo importante, se ganó con pibes del club y dejando el alma en cada pelota dividida. Sobró temperamento. Estoy feliz". 
Y en una tarde accidentada, el "Súper Depor" volvió al triunfo, superó una gran prueba de carácter con coraje, convicción y Omar...

Un pampero que pasó de los aplausos a los insultos

El reloj del juego marcaba apenas 2’. Tiro libre para Maipú. Juega rápido Morán, toca para Jofré, la “Joya” desborda y tira un centro al corazón del área chica, aparece Coria, quien conecta con el pecho y marca el único tanto del partido. Su boca se llena de gol y se para enfrente de la tribuna y lo grita con rabia, bronca. Se descarga.

Es que el último jueves, varios hinchas (inadaptados)  visitaron la práctica para dialogar con el plantel y uno de los apuntados fue el Pampero. A los 32’ se fue expulsado por simular. La platea lo aplaudió. Pero, desde la popular cayeron varios insultos. Tras el triunfo, se volvieron a escuchar varios insultos del mismo sector. Del amor al odio hay un sólo paso.

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