De Obama a Trump: llega una histórica jornada

El republicano encabezará una ceremonia tradicional y elevado costo: 100 millones de dólares. Más de 28.000 efectivos estarán afectados a la seguridad.

El próximo viernes, el mandatario electo de los Estados Unidos, Donald Trump, de 70 años, recibirá en mano de Barack Obama el "bastón de mando" para conducir hasta 2020 el país norteamericano, convirtiéndose en el cuadragésimo quinto presidente, de una lista de gobernantes que encabezó George Washington como primer jefe de Estado, en 1789.

Las formalidades del largo traspaso de mando, tras las elecciones de noviembre de 2016, comenzaron formalmente en la mañana del jueves 10 de noviembre, cuando el ganador de los comicios y quien le entregaría la posta se reunieron por primera vez en la Casa Blanca, en un clima ciertamente frío e incómodo, que terminó con un breve apretón de manos.

El esfuerzo fue visible en ambos. Especialmente en Obama, por la necesidad de separar entre la baja opinión que le merece su sucesor y el deber institucional de garantizar su acceso a la Oficina Oval.

El republicano será el primer jefe de Estado del país del Norte que no ha exhibido ningún cargo político ni militar antes de asumir la función de conducir la nación.

Momentos claves

La asunción presidencial es uno de los rituales más importantes y simbólicos de la democracia norteamericana. Las diferentes etapas de la investidura han variado con el tiempo.

En la actualidad, el evento, que se repite desde 1789, se centra en cinco momentos claves: en primer lugar, el juramento en los escalones del Capitolio, en la capital del país, frente a la multitud reunida. A continuación, será el momento del mensaje de la nueva autoridad a la Nación e, intercalados en el cronograma, varios discursos, canciones, oraciones y servicios.

Luego vendrá un almuerzo tradicional en el Capitolio, seguido por un desfile en la avenida Pennsylvania. El día finalmente cierra con los bailes inaugurales populares que se celebran en toda la capital. La pareja presidencial (el magnate y su esposa Melania, ex modelo de origen esloveno, 46), tiene previsto asistir a sólo dos galas.

La responsabilidad de redactar el texto del primer mensaje recae, en esta oportunidad, en Stephen Miller (31). El joven californiano, ex asesor del futuro ministro de Justicia -Jeff Sessions-, ya había escrito el discurso de Trump en la convención del Partido Republicano.

El historiador Douglas Brinkley y su asesor cercano Stephen Bannon también hicieron sus aportes. La corrección del importante texto ocupó gran parte de las vacaciones navideñas del electo. Es que hay mucho en juego, el discurso marcará el tono y las pretensiones de su presidencia.

Los invitados

Hillary Clinton finalmente asistirá a la asunción de Donald Trump. La derrotada candidata demócrata irá acompañada por su marido, el ex presidente Bill Clinton. La confirmación sorprendió tras la virulenta campaña. Sin embargo, la presencia del ex presidente sí se esperaba.

Es que todos los ex mandatarios suelen acudir a estos actos. De hecho, George W. Bush y Jimmy Carter serán de la partida. El único ex jefe de Estado vivo que no asistirá es George Herbert Walter Bush, por cuestiones de salud, con 92 años a la fecha.

Otro que podría hacer mutis por el foro es Jeb Bush, ex gobernador de Florida, comprometido en el informe sobre DT, que molestó mucho al ganador.

La Argentina estará representada en la ocasión por la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti.

Por otra parte, al menos tres congresistas demócratas han anunciado que no acudirán, en señal de protesta a la toma de posesión. Uno de los ausentes será John Lewis, un veterano legislador de Georgia e puntal de la lucha de los derechos civiles de los negros en los años sesenta.

“No puedes estar en casa con algo que crees equivocado, que no es correcto", dijo Lewis en  una entrevista a la cadena NBC. Será la primera vez que el veterano legislador, que lleva tres décadas en el Congreso, no asista a una investidura presidencial.

El republicano Mitt Romney no asistió en 2013 a la asunción de Obama. Fue la primera vez en más de dos décadas que un candidato perdedor en los comicios se ausentaba del acto.

Otros dos que se quedarán en sus casas son los congresistas Raúl Grijalva, de Arizona, y Bárbara Lee, de California. El primero anunció su boicot en un discurso pronunciado en la Cámara de Representantes.

El día de la proclamación tiene previsto reunirse en Arizona con inmigrantes, activistas climáticos y proveedores sanitarios.

Además, seis líderes religiosos -incluidos un cardenal católico, un rabino, un clérigo hispano y una mujer- participarán en la ceremonia de investidura del republicano como 45º titular del ejecutivo.

El cardenal Timothy M. Dolan, arzobispo de Nueva York (ciudad natal de Trump); el reverendo Samuel Rodríguez, de la Conferencia Nacional de Líderes Hispanos Cristianos (NHCLC); y la pastora Paula White, del Centro Cristiano del Nuevo Destino, ofrecerán sus bendiciones en la asunción.

También intervendrán el rabino Marvin Hier, deán y fundador del Centro Simón Wiesenthal; el reverendo Franklin Graham, de la Asociación Evangelista Billy Graham; y el obispo afroamericano Wayne T. Jackson, de los Ministerios Internacionales de la Gran Fe.

Para animar el acto, también se presentarán Las Rockettes, las famosas bailarinas del Radio City Music Hall de Nueva York, y el coro Mormon Tabernacle Choir.

Vigilancia extrema

La ceremonia estará rigurosamente vigilada. En total, unos 28.000 efectivos, entre agentes, incluyendo el Servicio Secreto, la Guardia Nacional, el FBI (policía federal) y la policía regional, serán desplegados para garantizar la seguridad en la capital.

El costo de la operación, de acuerdo a datos del New York Times, supera los 100 millones de dólares. El valor aproximado de construir cuarenta escuelas rurales, veinte comedores comunitarios y 10 hospitales medianos.

Por precaución no se abrirán las puertas de la Casa Blanca como en otras proclamaciones. Aun así, el viernes 20 promete ser un día agitado: están previstas varias marchas contra el magnate.

Tiradores solitarios, embestidas con camiones y drones con armas son algunos de los posibles riesgos considerados por las agencias estadounidenses de seguridad.

Aunque el país en general, y Washington en particular, están constantemente en alerta contra ataques de grupos como el Estado Islámico (EI) o Al Qaeda, en los últimos años se verificaron acciones planificadas y realizadas por células internas.

"No tenemos informaciones de ninguna amenaza específica creíble" para la ceremonia, dijo el secretario de Seguridad Interna, Jeh Johnson, desde una oficina montada en Washington donde se coordinan casi 50 agencias y entidades gubernamentales.

Varios de esos eventos serán al aire libre, en especial la ceremonia de juramento, donde en un espacio reducido estarán el nuevo presidente, el saliente y otros altos funcionarios.

Los techos de todos los edificios próximos estarán tomados por francotiradores, el FBI tendrá detectores de radiación, químicos y biológicos en toda la zona, y las autoridades estarán protegidas por gruesos vidrios antibala.

La tradicional caravana desde el Capitolio a la Casa Blanca también presenta un enorme desafío logístico y de seguridad.

"Pasar la gorra"

En 2009, primer turno de Obama, el costo total de la ceremonia fue de 170 millones de dólares. Para la reelección, cuatro años más tarde, el político prefirió ser más austero e hizo un llamado a los privados para que colaboren con los gastos. Así recaudó 53 millones de dólares, que no tuvo que desembolsar el contribuyente.

En esta oportunidad, el millonario empresario inmobiliario espera que sus amigos ricos subvencionen la celebración, una especie de "pasar la gorra". Según la CNN, se necesitan entre 25.000 y un millón de dólares para ver el desfile, bailar en alguna de las galas o participar en la cena presidencial.

El evento, que suele contar con la participación y asistencia de cantantes y famosos, no ha sido tarea fácil de organizar. La encargada de esta enorme puesta en escena es Stephanie Winston Wolkoff, antigua organizadora de eventos de Vogue y amiga cercana de Melania Trump.

La ascendente soprano Jackie Evancho (foto), de apenas 16 años, será la encargada de cantar el himno nacional estadounidense en la toma de posesión de DT como presidente, en el mediodía del viernes. La chica, que ganó fama con su participación en el concurso televisivo America's Got Talent.

Además, el conocido tenor italiano Andrea Bocelli habría sido personalmente contactado por Trump, según el diario New York Post, para participar en la trascendente reunión, pero su asistencia aún no está confirmada.

Dificultades

La falta de apoyo a Trump por parte de gente del espectáculo ha causado complicaciones en la búsqueda de artistas para la inauguración del mandato. Ni siquiera antiguos amigos suyo, como el cantante Elton John, han querido participar en el acontecimiento.

Hace semanas, uno de los miembros del comité organizador del acontecimiento, señaló en un programa de la cadena BBC que el británico asistiría, algo que el equipo de la estrella musical negó posteriormente. Otro que sonó como posible participante fue el cultor de música country Garth Brooks, quien finalmente rechazó su intervención.

Poco a poco entonces, se acerca la inauguración de Trump como presidente de Estados Unidos. Es el icónico día en el que, frente a miles de personas en la gran explanada del National Mall de Washington, el hombre nacido en Nueva York jurará lealtad a la Constitución y enseguida comenzarán sus problemas.

Un día después, el sábado, miles de mujeres de todo Estados Unidos marcharán en Washington, motivadas por varias causas pero con una en común: una aversión al presidente entrante.

Una historia presidencial continua y con sobresaltos

Hasta Trump, hubo cuarenta y tres personas que asumieron el cargo y cuarenta y cuatro presidencias, debido a que Grover Cleveland (demócrata) sirvió en dos mandatos no consecutivos y se le cuenta por orden cronológico tanto como el vigésimo segundo como el vigésimo cuarto presidente.

De las personas elegidas para el cargo, cuatro murieron durante su mandato por causas naturales, uno dimitió (Nixon) y cuatro fueron asesinados (Lincoln, James Garfield, W. McKinley y John F. Kennedy).

El primer presidente fue George Washington, que fue investido en 1789. William Henry Harrison fue el que menos tiempo permaneció en el cargo, con tan solo 32 días, y Franklin D.

Roosevelt, con sus 12 años, 1 mes y 8 días en el puesto, fue el que permaneció por más tiempo y el único mandatario que sirvió por más de dos mandatos. El actual presidente Obama asumió en 2009 y fue reelegido para otro periodo.

Fuente Wikipedia

¿Por qué el 20 de enero?

EEUU mantiene la icónica fecha del 20 de enero como jornada para la toma de posesión del presidente. La ceremonia de proclamación tenía inicialmente lugar el 4 de marzo, hasta que la crisis económica de 1929 provocó un cambio en la Carta Magna.

La respuesta se encuentra en la Enmienda XX de la Constitución de los Estados Unidos, ratificada el 23 de enero de 1933. Anteriormente la investidura del presidente y del vicepresidente tenía lugar el 4 de marzo.

La costumbre no se siguió en cinco ocasiones debido al fallecimiento de William H. Harrison y Warren G. Harding -que fueron sustituidos por John Tyler y Calvin Coolidge- y el asesinato de Abraham Lincoln, James A. Garfield y William McKinley -sustituidos por Andrew Johnson, Chester A. Arthur y Theodore Roosevelt, respectivamente-.

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