Cómo controlar peronospora y podredumbre de los racimos

Este año, la temporada agrícola se ve amenazada por condiciones climáticas de alta humedad y abundantes precipitaciones asociadas a la corriente de “El Niño”.

Estas condiciones incrementan la incidencia de enfermedades tales como peronospora y podredumbre de los racimos, por lo que se recomienda efectuar controles preventivos y curativos con fungicidas. La estrategia a seguir deberá tener en cuenta la presencia o no de síntomas de las enfermedades, las condiciones climáticas, las características de los productos y el destino de la producción.

Peronospora de la vid 
Agente causal: Plasmopara viticola. Afecta todas las partes verdes de la planta. En nuestro medio se manifiesta preferentemente en hojas y racimos.

Condiciones predisponentes: temperaturas entre 12 a 24 ºC, humedad relativa superior a 70%, agua libre por más de dos horas. Momentos oportunos de control: la primera aplicación debe realizarse a 10-15 cm del brote Las aplicaciones sucesivas podrán realizarse con fungicidas de contacto o sistémicos, siempre respetando el poder residual de los productos y teniendo en cuenta las condiciones climáticas.

Aplicar fungicidas sistémicos: si al momento de efectuar las aplicaciones observa la presencia de la enfermedad. Ante la ocurrencia de lluvias frecuentes que puedan lavar el producto y no permitan el reingreso de la maquinaria a la propiedad.

Podredumbre de los racimos
Está asociada a un complejo etiológico donde intervienen principalmente hongos; entre ellos encontramos por orden de agresividad Botrytis cinerea, Aspergillus sp., Penicillium sp., Rhizopus nigricans, Alternaria sp., Cladosporium sp., y como actores secundarios, bacterias y levaduras. El daño se manifiesta en racimos durante todo su ciclo.

Condiciones predisponentes: temperaturas entre 19 y 23ºC, humedad relativa superior al 80% y presencia de lluvias.

Momentos oportunos de control: floración-cuaje, antes del cierre del racimo, comienzo de envero, comienzo de maduración (8 a 10 º brix), eventuales, de acuerdo a condiciones climáticas y poder residual de productos.

Aplicar fungicidas sistémicos: en el primer momento oportuno de control si en la temporada anterior se observó la presencia de la enfermedad (ya que para esta temporada las condiciones para el desarrollo de la misma están dadas). Si en los diferentes momentos oportunos de control se observa la presencia de la enfermedad, ante la ocurrencia de lluvias frecuentes que puedan lavar el producto y no permitan el reingreso de la maquinaria a la propiedad. De modo contrario, se podrán aplicar fungicidas de contacto.

Qué tener en cuenta a la hora de elegir los fungicidas

Los productos a aplicar deben estar registrados en Senasa. En todos los casos, tener presente la proximidad de la cosecha, respetando períodos de carencia y dosis recomendadas en el marbete; restricciones de uso en cuanto a cantidad de aplicaciones del mismo por temporada, para evitar generar resistencia al producto utilizado, mezcla con otros productos; horarios de aplicación; precauciones de exposición y protección de la salud.

En cuanto al destino de la producción se deberán respetar los límites máximos de los residuos en los diferentes productos y subproductos, establecidos en la legislación nacional y/o internacional. Asimismo, es importante consensuar con los destinatarios de la producción la elección de los mismos, teniendo siempre en cuenta las recomendaciones anteriores.

Para que un control químico sea realmente efectivo tiene que ser preventivo e ir  acompañado de buenas prácticas culturales.

Recuerde que el daño producido por oídio de la vid y Lobesia botrana en racimos incrementa la incidencia y severidad de la podredumbre de los racimos, razón por la cual se recomienda incluir los tratamientos fitosanitarios para controlar esta plaga y enfermedad en el esquema de pulverización.