Cinco formas de arruinar tu vino

Descorchar tu botella favorita puede ser una experiencia nefasta. La temperatura, las combinaciones, los recipientes indicados y más.

Cinco formas de arruinar tu vino
Cinco formas de arruinar tu vino

Tomar un buen vino es una ciencia, lo dicen más que nadie los mendocinos expertos en el tema. Por eso hay que tener en cuenta varios aspectos antes de descorchar una botella. Las claves:

1. Errarle a la temperatura. Los espumantes se beben fríos (8ºC), los blancos frescos (11ºC) y los tintos a la mal llamada "temperatura ambiente" (entre 13ºC  y 17ºC); estas cifras no son un capricho. La acidez de los blancos y espumantes suele ser más elevada que la de los tintos, por eso necesitan estar fríos, sino es lo mismo que morder un limón. En cambio, en los tintos, el frío atenúa el alcohol pero bloquea aromas y los taninos se vuelven ásperos.

2. Maridar mal. Existen alimentos que al combinarse con vino nos dejan un sabor espantoso. Encabezan la lista los alcauciles, siguen los espárragos, los repollitos de Bruselas y todos aquellos verdes fibrosos de marcado sabor amargo. Acentúan los taninos de los tintos y transforman en secante la acidez de los blancos.

3. Usar tu cocina de cava. Los diseñadores de interiores se empecinan en rellenar los huecos de tu cocina con bodeguitas, cuando ese es el peor lugar para guardar tus botellas debido a los cambios abruptos de temperatura. El simple hecho de prender el horno hará que tus vinos se cocinen (literalmente) y cuando los abras, los encontrarás alterados en sabores, aromas y color.

4. Servirlo en el recipiente incorrecto. El recipiente donde se sirve el vino no es un tema menor. Si se recomiendan copas de cristal es porque es el material más noble por ser aséptico, no tener aromas y ser fácil de limpiar. Nunca vayas a beber un vino en plástico, ni en ningún recipiente hecho de algún material que no sea vidrio.

5. Hacerlo madurar a la fuerza. Durante la estiba, los vinos afinan su textura, redondean sus sabores y hasta desarrollan complejos aromas… solo si fueron elaborados con tal fin. Es decir, con crianza en barrica y estructura para desafiar al tiempo. Además, necesitan condiciones de guarda óptimas (temperatura, humedad, etc.), algo difícil de encontrar en cualquier lugar de tu casa. Si no quieres atesorar el vinagre más caro de tu vida, no te tardes en encontrar una ocasión para disfrutar el vino que te han regalado.

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