Celso Jaque, de gobernador a vendedor de libros

En el 162 de la calle Saturnino Torres (Oeste), a una cuadra y media del Centro Cívico de Malargüe, funciona la librería "Mr. Book".

Hasta aquí la información no dice mucho. Pero si se hace notar que quien atiende tras el mostrador es un ex gobernador de Mendoza, que también fue embajador del país, el dato adquiere relevancia.

Ese ex funcionario y diplomático es Celso Jaque, que desde junio del año pasado atiende su negocio como un comerciante cualquiera.
Jaque gobernó Mendoza entre 2007 y 2011.

Después de eso se transformó en embajador argentino en Colombia, cargo que ocupó hasta diciembre de 2015, cuando finalizó la gestión de Cristina Fernández de Kirchner en la Nación, tras la derrota peronista frente al macrismo.

Sólo seis meses después de eso, y luego de 25 años ininterrumpidos como funcionario público (fue además diputado provincial, dos veces intendente de su departamento y senador nacional), sorprendió a Malargüe con su nuevo rol de comerciante.

En su librería, que comparte en una sociedad “de hecho” con su yerno, Matías Díaz (esposo de su hija mayor, Daiana), Jaque ofrece “lo más novedoso” en volúmenes de todos los géneros. “En Malargüe se lee mucho”, dice a este diario.

En realidad, su trabajo mercantil no es una actividad de tiempo completo. “Nos turnamos con mi yerno, a veces estoy de mañana y a veces de tarde”, dice. E incluso resalta que a veces no puede hacerse cargo del negocio. “Cuando viajo a Jujuy me ausento por una semana y le toca a él todo el tiempo”, cuenta.

Esos viajes a Jujuy se dan por sus obligaciones políticas, ya que desde diciembre pasado -y por el plazo de un año- es el interventor del Partido Justicialista de Jujuy, cargo en el que lo puso el Consejo Nacional partidario, ante el convulsionado y acéfalo estado del PJ en esa provincia norteña.

Eso demuestra, además, que la actividad política del ex mandatario está intacta, a pesar de esta nueva imagen en la actividad comercial.
En ese sentido, el negocio no pasa desapercibido en el barrio. Es cierto que hay quienes entienden que no es de gran trascendencia. "El vecindario no ha cambiado, todo sigue igual", dicen algunos, pero no pocos también reconocen que "muchos dirigentes" llegan al local.

Hubo incluso alguien que llegó a decir que la librería “parece una sede” partidaria, en razón de las visitas que Jaque recibe en el comercio.

Él no lo niega. “Me vienen a visitar muchos pero al negocio entra todo tipo de gente”, se apura a decir, buscando despegar la actividad comercial de la partidaria. Pero sí confirma que está trabajando internamente en el PJ malargüino.

“Ahora que somos oposición debemos reorganizarnos”, señala, destacando que en el peronismo “nunca se pierde el objetivo de volver a acceder al poder”.

Tampoco falta aquél que sospecha del hecho de que un político de fuste termine “como cualquier vecino” en el negocio. “Al principio era el comentario de muchos en el barrio”, dijo una señora de la zona. Y hasta confesó: “Mucha gente pensó que podría ser una pantalla”, albergando otro tipo de dudas.

Jaque intenta despejarlas. “El negocio lo armamos con recursos propios, míos y de mi hija y mi yerno”, responde ante la pregunta.

Al hablar de esos recursos, recuerda que más allá de sus ingresos en la función pública “el estudio nunca cerró”. Se refiere al estudio contable que comparte con su esposa y con su hija mayor, contadoras como él, que efectivamente siempre permaneció abierto, incluso cuando gobernaba la provincia.

De todos modos, reconoce que él hace tiempo que no hace esa tarea. “Ya no puedo, tendría que volver a capacitarme y eso saldría más caro”, explica. Ése fue entonces uno de los motivos para encarar, tras el fin de la tarea política, el negocio librero, el cual fue “decidido en familia”.

La librería de Jaque no sólo vende libros. Se pueden encontrar "vinos de autor", tal como él los presenta y productos de cerámica alusivos "hechos por manos malargüinas". Incluso hay adornos y hasta algunos útiles escolares.

En cuestión de libros, ofrece los volúmenes más nuevos y, según confirmó la gente del barrio, “tiene precios baratos”.

Él explica que hizo todo un estudio de mercado para abrir el negocio. “Vimos que casi no había librerías en Malargüe y la gente tenía que viajar o comprar por internet, lo que le salía muy caro, sobre todo por el flete”, explica.

“Trabajamos con editoriales en forma directa y con distribuidores mayoristas, por lo que igualamos los precios de Mendoza o Buenos Aires”. Pero aclara que nunca hizo valer su influyente pasado ni apeló a contactos políticos: “Hicimos el caminito que debe hacer cualquier comerciante”.

De todos modos está claro que Jaque no es “cualquier comerciante”. Una revista local que comercializa un negocio cercano lo demuestra.

“Jaque asoma”, dice en tapa la publicación. El titular de ese comercio saca a la luz ese hecho, para hacer notar que por más que en el barrio haya un vendedor de libros, el que atiende la librería sigue siendo un político.

Hasta un árbol adentro

Participar en numerosas elecciones debe haber dado mucha experiencia en marketing a Jaque. En su negocio parece tener todo pensado en ese aspecto, ya que el local devela una clara estrategia estética -como se hace en las campañas políticas-, algo que tampoco se ve mucho en los comercios de la zona.

Podría decirse que el estilo elegido para el comercio es el posmoderno. Él prefiere llamarlo “reciclaje” y por eso, con los productos a vender conviven botellas viejas, cajones de soda y hasta dos bicicletas antiguas. “Pertenecieron a mi padre y a mi tío”, recuerda, con un dejo de nostalgia, el ex gobernador.

En realidad, la bicicleta es fundamental en la imagen comercial, ya que integra el logotipo del negocio. “La idea es que tanto la bicicleta como un libro son expresiones de placer, de distracción, de disfrute”, señala, ahora en tono marketinero, el comerciante.

También es llamativa la presencia de un árbol completo en el interior del local. “Nos pareció bueno mostrar la cuestión natural”, dice Jaque, agregando detalles de la estrategia de imagen definida para atraer clientes.

Habla de todo menos de Mátar

La llegada sin previo aviso de Los Andes a la librería de Jaque sirvió también para hablar de política, tema que indudablemente le apasiona.

Consultado sobre el rol del actual mandatario, Alfredo Cornejo, el malargüino reconoce que "está trabajando bien", dado que le tocó "un período complejo" para gobernar.

Resalta en ese sentido el apoyo “fundamental” que dio el justicialismo a leyes clave, como las del endeudamiento y las emergencias (en Salud, en Seguridad y financiera).

También se mostró a favor de reformar la Constitución provincial, algo que él mismo no pudo lograr en su Gobierno. “Creo que hay lanzar el proyecto después del segundo año de gestión. Así se lograría el apoyo de todos”, dice, promoviendo la idea de que el gobernador en ejercicio se excluya de cualquier posible reelección.

Sobre lo que no quiso hablar es sobre el caso Mátar, el productor televisivo acusado de desviar fondos por $ 12 millones en tiempos de su gestión. "No voy a opinar de un tema que está en la Justicia", eludió tajante Jaque.

Los cargos

Si bien su estudio contable "nunca dejó de funcionar", desde 1991 ocupó cargos públicos hasta diciembre de 2015.
1991-1995: diputado provincial.
1995-2003: intendente de Malargüe durante dos períodos consecutivos (sucedió al radical Jorge Vergara Martínez, ahora de nuevo intendente).
2003-2007: senador nacional, aunque debió dejar el cargo para asumir como gobernador.
2007-2011: gobernador de Mendoza.
2011-2015: embajador argentino en Colombia.
2016: por primera vez en todo este tiempo pasa de lleno a la actividad privada, atendiendo su propia librería.