By pass gástrico, una cirugía difícil para los menores de edad

En el ámbito público sólo operan a mayores de 18 años, siguiendo un protocolo de la OMS. Las obras sociales cubren la cirugía desde los 21 años, aunque hay excepciones que se realizan en los hospitales privados.

La cirugía conocida como by pass gástrico se popularizó en nuestro país en 2005, luego de que Diego Maradona se sometiera a esa intervención. Ahora el tema vuelve a estar en el tapete de la mano de Morena Rial, hija del conductor del programa de TV “Intrusos”, quien pasará próximamente por este proceso. El detalle es que la chica tiene 17 años y los protocolos internacionales recomiendan esta cirugía entre los 18 y los 65 años, por lo que piden evaluar especialmente a los pacientes que salgan de estos rangos etáreos.

De hecho, en nuestra provincia el programa público que lleva adelante la operación de forma gratuita sólo incluye a mayores de edad hasta los 65 años. Pero en hospitales y centros privados ya se realizan intervenciones en adolescentes desde los 15 años, siempre y cuando cumplan con los requisitos médicos.

La dificultad en estos casos es que la operación sólo entra en el Programa Médico Obligatorio (PMO) a partir de los 21 años, por lo que las obras sociales están exentas de cubrirla antes de esta edad. Por eso, los pacientes tienen que realizar pedidos especiales en sus respectivas empresas de cobertura de salud para no tener que pagar una cirugía que supera los $ 50.000.

“La cirugía bariátrica- que incluye al by pass gástrico- ha tomado mucha envergadura gracias a la cirugía laparoscópica, que ha logrado la reducción de los riesgos del postoperatorio”, comenzó a explicar Mario Corengia, a cargo del programa del servicio de cirugía bariátrica del Hospital Español. Según comentó el médico, las consultas en su especialidad se han incrementado en los últimos 5 años.

Con respecto a las edades para someterse a esta intervención, Corengia precisó que la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto al Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH), han determinado que el rango de edad para realizarla es de los 18 a los 65 años.

“Pero aclaran que los pacientes que salgan de estos rangos no tienen contraindicación, sino que tienen que ser especialmente evaluados”, remarcó el profesional mendocino.

En ese sentido, señaló que han operado a pacientes menores de edad (desde los 15 años) luego de un exhaustivo proceso de análisis de sus condiciones. “Esto tiene que ver con la gravedad de la enfermedad y con el componente psicosocial que tiene la obesidad en estas edades, sobre todo en el caso de las mujeres”, expuso. Sólo en el Hospital Español realizan un promedio de 15 cirugías bariátricas por mes. “De ese total, más o menos entre el 20% y el 30% son pacientes de menos de 22 años”, informó Corengia.

Por su parte, Pablo Omelanczuk, cirujano responsable del área en el Hospital Italiano, comentó que allí realizan mensualmente unas 20 cirugías de by pass gástrico y que en total, a lo largo de los años, han operado a entre 15 y 20 menores de 21 años. “Tenemos un nivel muy alto de consultas de adolescentes, pero el porcentaje de operaciones es muy bajo porque tratamos de agotar todos los medios para que no tengan que llegar a las cirugías”, aseguró el médico, quien destacó que la obesidad infantil prácticamente se ha triplicado en los últimos años.

Esta realidad tiene que ver, para él, con el actual estilo de vida de los jóvenes, sumado a la mala alimentación y el sedentarismo. “Los chicos pasan muchas horas frente al televisor, con las tablets y juegos electrónicos”, cuestionó.

Con o sin cobertura

El problema para los pacientes menores de edad en el sector de la salud privada se presenta a la hora de solicitar que la obra social financie la operación. “El Programa Médico Obligatorio (PMO) establece que las obras sociales deben cubrir esta operación cuando el paciente tiene 21 años, por lo que debajo de esta edad la cobertura no es obligatoria”, detalló Omelanczuk. Lo que se debe hacer en esos casos es pedir una autorización especial, que incluye un informe de los médicos evaluado por el equipo de auditoría de cada obra social. “No es un trámite fácil, pero en los casos que hemos tenido todas han sido cubiertas”, remarcó el profesional del Italiano.

Sin embargo, según la experiencia de Corengia, la lucha de los pacientes para que las obras sociales paguen la intervención generalmente termina con ellos asumiendo los costos, resignados por las dilataciones a las que los someten las entidades. “El paciente en general se opera a pesar de las trabas, ya que vale la pena hacerla de forma temprana, sobre todo por el componente psicosocial”, subrayó.

Distinto es el caso del sector público, ya que el único lugar donde se realiza esta operación es en el hospital Luis Scaravelli de Tunuyán: allí sólo operan a pacientes de 18 a 65 años, sin excepciones. “Nosotros nos guiamos por un protocolo que fija estas edades de acuerdo a un consenso que se llegó en 2004”, explicó el médico Alejandro Birman, encargado del centro quirúrgico estatal. Ese programa público está vigente desde 2006 y ha servido como ejemplo para otras provincias. “Tenemos un cupo de una cirugía por semana y desde que lo creamos tenemos más de 350 cirugías realizadas”, precisó. Como la demanda es muy alta, tienen turnos entregados hasta noviembre.

"La cirugía no es mágica"

Antes de ser operados, los pacientes pasan por un proceso que incluye consultas con profesionales de nutrición y salud mental, entre otros. “Las indicaciones de la cirugía bariátrica están consensuadas. Las personas tienen que tener un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor a 35 con enfermedades asociadas como, por ejemplo, diabetes o hipertensión, o un IMC mayor a 40”, detalló Omelanczuk. En el caso de los adolescentes, es fundamental que hayan completado los estadios de maduración.

Corengia agregó que el proceso de preparación previa lleva entre tres y cuatro meses y que además se pide al paciente que baje un 10% de su peso antes de la intervención.

Con respecto a los resultados, los tres médicos consultados coincidieron al considerar que son muy buenos siempre y cuando se continúe con el programa de seguimiento indicado, que incluye consultas mensuales durante el primer año que se van distanciando con el paso del tiempo. “La cirugía no es mágica sino que es una muy buena herramienta. Si los malos hábitos persisten, los resultados no son tan satisfactorios”, expuso Birman.

En carne propia

Marcos (33) decidió someterse a un by pass gástrico a los 31 años porque ya se le había hecho imposible adelgazar. “Me mandó la nutricionista y cuando fui por primera vez a ver al médico me dijo que no daba con los valores del Índice de Masa Corporal requeridos: yo tenía 38 y había que llegar a 40, pero no quería esperar a seguir engordando”, relató el joven.

Así es que fue a su obra social y pidió que hicieran una excepción para que le cubrieran la operación. “Me vieron tan decidido que me autorizaron”, recordó. En ese momento la operación le salió $ 50.000.

Para la decisión contó con el apoyo de su familia, que lo acompañó durante todo el proceso. “Necesitás mucho apoyo psicológico y a mí me atendió un equipo de profesionales de educación física, nutricionistas, psicólogos, entre otros”, enumeró.

Luego de la operación, para él fue muy duro el postoperatorio. “Duele bastante y tenés que comer todo líquido al principio”, contó. Además, le costó aceptar su cambio físico: “La ropa me quedaba grande, pero me miraba al espejo y me veía igual. El psicólogo me explicó que es un trastorno lógico porque la mente tarda en reconocer la nueva imagen”, expuso.

A dos años y medio de la cirugía, se encuentra satisfecho con los resultados. “Bajé 60 kilos y me he mantenido bastante. Aunque a veces tiro la chancleta, trato de encaminarme rápidamente”, señaló. Por eso, ha recomendado el tratamiento a unas 30 personas conocidas.

Morena Rial, el caso del que hablan todos

El doctor Mario Corengia, a cargo del programa de servicio de cirugía bariátrica del Hospital Español, conoce de cerca el caso de Morena, la hija del chimentero Jorge Rial, quien anunció que la adolescente se someterá pronto a un by pass gástrico.

“Morena Rial es una paciente sumamente apta. Con 17 años tiene un Índice de Masa Corporal de 48, tiene enfermedades asociadas y una condición psicológica apta”, detalló el médico mendocino. Otro factor a favor que enumeró es que la chica lleva preparándose desde hace varios meses y que sabe perfectamente a qué se va a someter.

El martes, Morena posteó en su cuenta de Instagram una foto donde sumó un mensaje de valentía y ánimo para enfrentar su operación de by pass gástrico. “Estoy pensando que será fácil. Estoy pensando que valdrá la pena”, escribió la hija de Jorge Rial. El propio conductor se refirió al tema en su programa “Intrusos” esta semana. Lo hizo con cautela pero sin dar vueltas, se sinceró: “Estoy con mucho miedo”, dijo.

“Debo reconocer que me pegó fuerte esto. Ver a mi hija haciéndose todos los análisis, tener que ir a los médicos y…  me da miedo. Estoy hablando acá y todavía tengo miedo sabiendo que es perfecto todo”, le manifestó Rial al sitio (de su propiedad) Big Bang News.

Lo cierto es que no se trata de una operación estética. “Es un cambio de salud, de vida. Ganás años de vida con esto y eso es impagable. Es lo que mi hija está buscando y yo la acompaño a rajatabla. Esto es una enfermedad mortal”, concluyó Rial.

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