Buscan voluntarios para el Centro de Ayuda al Suicida

Actualmente son 20 personas que ayudan en esta ONG, pero a veces no dan abasto con los llamados que reciben. En qué consiste la tarea fundamental que realizan.

“Hay días en que no recibimos llamados y hay otros en los que recibimos un montón. En nuestra actividad es muy difícil hablar de estadísticas o de tendencias, sin desestimar los estudios de rigor científico que hablan de épocas del año o días más propensos. Pero lo que sí es una fija de todos los tiempos es que la soledad es la crisis madre y puede desencadenar en otras. Resulta llamativo que en una época de celulares y de comunicaciones inmediatas mucha gente está tan incomunicada”.

La que habla es Alba Jáuregui, quien desde hace más de 20 años es parte de la asociación Centro de Ayuda al Suicida y a personas en situación de crisis en Mendoza (CAS) -actualmente es la presidenta-. Por estos días, junto a poco más de 20 voluntarios, se encarga de escuchar y brindar asistencia a los llamados que ingresan al 0800.

“No sólo llaman de Mendoza. A veces nos entran llamados desde Buenos Aires (porque es una línea nacional), y lo que hacemos es dar asistencia. Muchas veces trabajamos junto al 911 y tenemos a la persona en línea del otro lado hasta que interviene el personal especializado”, destacó la voluntaria, quien resaltó que trabajan con personas con o sin ideación suicida.

“Es una línea de asistencia para todo tipo de crisis, y las personas llaman mucho por diversos motivos. En esta época es muy común que sea por problemas económicos, pero también suele ser detonante de otras crisis. A veces van desde la muerte de una mascota hasta que las echaron del trabajo. También ocurre con crisis familiares o hasta de soledad. La mayoría de las consultas consiste en situaciones en las que una persona quedó anclada en una crisis y no puede pasar a otro estadío”, indicó Jáuregui.

Por estos días, el CAS Mendoza se encuentra en una campaña para sumar voluntarios y, de este modo, poder extender el horario y el alcance de tan imprescindible asistencia. “No es necesario que se trate de psicólogos, estudiantes de psicología o únicamente profesionales. Al contrario, como no hacemos terapia telefónica nos enriquece que haya distintos perfiles de personas”, explicó la presidenta del CAS.

Cómo ser voluntario

El CAS Mendoza comenzó a trabajar en 1993. Es un programa que pertenece a la Organización Mundial de la Salud y tras 7 años funcionando dentro de la órbita del Gobierno, en 2000 se transformó en una ONG sin fines de lucro y con personería jurídica. Desde entonces y hasta la fecha, funciona gracias a -y de la mano de- los voluntarios.

“El trabajo es justamente voluntario y quienes quieren ayudar primero acuden a una charla informativa donde se les cuenta de la organización y qué es lo que hacemos. Quienes están interesados en seguir pasan a una segunda etapa en la que  se entrevistan con una psicóloga que trabaja en su perfil y luego toman un curso teórico-práctico de 3 meses. Después sigue la etapa de trabajo con un tutor que los evalúa y, cuando ya están en condiciones, siguen ellos solos”, contó Jáuregui.

Los interesados en participar deben contactarse a la página de Facebook de la organización.

En primera persona

Margarita -su nombre es ficticio- tiene 33 años y en junio de 2016 se acercó al CAS con la idea de comenzar a colaborar como voluntaria.

“Primero hice el curso que duró 3 meses. Íbamos una vez a la semana y allí se hablaba de distintos temas y crisis, hasta finalmente llegar a la situación del suicidio en sí. Recuerdo que tuvimos charlas con distintos especialistas, y una de las que más me llegó fue con un tanatólogo, que es un especialista en duelos. Con él vimos cómo abordar los distintos duelos, ya que una persona vive duelos permanentes y que no siempre están vinculados a la pérdida de una persona sino que también pueden ser de dinero y hasta de la juventud, por ejemplo”, contó la joven.

Desde hacía tiempo esta voluntaria mendocina tenía ganas de ayudar a personas que lo necesitaran. “La problemática del suicidio es algo que siempre me ha preocupado. Creo que es grave la falta de importancia que existe a la hora de querer escuchar al otro, de empatizar y preocuparse en serio por lo que le pasa. Estamos todos acostumbrados a preguntar automáticamente ‘¿Cómo estás?'’ y que el otro responda ‘Bien’, por formalidad. Y que quede todo ahí”, siguió Margarita.

“Al principio creía que solamente iba a llamar gente diciendo que quería quitarse la vida, pero va más allá. Es una línea a la que llama gente que está sola, que tiene ganas de hablar. Es más privado y no existe esa mirada juzgadora de los amigos o la familia; además es anónimo. Hace 2 meses comencé a hablar sin tutor, y hay semanas en las que llama poca gente, pero después hay otras en que llaman mucho. Es muy común que llamen varias veces las mismas personas”, agregó.

Otra situación bastante común -según relató- es la de gente que llama preocupada por terceros (amigos o familiares) y que pide ayuda.

“Recibimos muchos llamados de gente golpeada por la crisis económica, y también de personas muy angustiadas por la soledad. Lo importante es que en todo momento se mantiene el anonimato”, agregó.

Al momento de compartir su experiencia, Margarita evidencia su compromiso permanente con la causa. “Me siento muy satisfecha de poder ayudar; tengo la posibilidad de poder aportar, de hacer algo por alguien. En esta época hace falta sentarse a escuchar al otro. En lo personal me ha ayudado a desarrollar la escucha, a prestarle atención a cada palabra y tomarle el peso, a enfrentarme a mis propios miedos”, sentenció.

Contacto

Para inscribirse:

Facebook.com/cas.mendoza

Línea gratuita y anónima para asistencia: 0800-8000-135

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