Brasil imputará a personajes clave del escándalo de Petrobras

El procurador general del Brasil declaró que se estaba preparando para levantar cargos contra por lo menos 11 ejecutivos de las constructoras más grandes del país, acusaciones que incluyen cohecho y lavado de dinero, en conexión con un escándalo de sobornos que ha agitado a la industria petrolera del Brasil y al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff (foto).

Al ejercer presión para avanzar con el caso, el procurador general Rodrigo Janot está abriendo una vía para un juicio que se centraría en el cada vez mayor escrutinio de testimonios sobre una red de transacciones ilícitas entre quienes fueron ejecutivos de Petrobas, la compañía petrolera paraestatal, contratistas poderosos y personajes políticos del gobierno de Rousseff.

“Estamos siguiendo el dinero y llegaremos a todos estos perpetradores”, dijo Janot el sábado por la noche, en una entrevista con la cadena de televisión Globo.

El escándalo, que involucra aseveraciones de sobornos para obtener contratos con Petrobras, dejó atónita a la élite empresarial del Brasil en noviembre, cuando la policía detuvo a ejecutivos y los transfirió a una cárcel en la ciudad sureña de Curitiba. Si se demuestra que es verdadera la declaración ya obtenida en el caso, éste empequeñecería a anteriores escándalos de corrupción en Brasil.

En un país donde es raro que los ejecutivos de negocios pasen tiempo en la cárcel, dirigentes corporativos, incluido José Adelmário Pinheiro Filho, el director ejecutivo de OAS, el gigante de la construcción, y Dalton dos Santos Avancini y Joao Ricardo Auler, altos ejecutivos de Camargo Correa, una constructora rival, han esperado su destino en la cárcel de Curitiba desde que los detuvieron a mediados de noviembre.

Las revelaciones en cada paso del caso están sacudiendo a Petrobras, la corporación más grande del Brasil, con lo que Rousseff ha quedado expuesta a alegatos de responsabilidad por supervisión negligente, cuando menos, por ser la presidenta y haber sido ministra de Energía y presidente del consejo de administración de la compañía.

Pedro Barusco, otrora un oscuro ejecutivo de tercer nivel en Petrobras, estuvo de acuerdo en devolver alrededor de 100 millones de dólares que recibió en sobornos en el tiempo que estuvo en la compañía, una revelación que podría colocarlo entre los receptores de los sobornos más grandes en la historia de Brasil, de los que se sabe.

Por separado, Augusto Mendonca, un ejecutivo en Toyo Setal, una compañía constructora de barcos, rindió declaración la semana pasada y dijo que pagó más de 23 millones de dólares en sobornos directamente al gobernante Partido de los Trabajadores y a ejecutivos de Petrobras a cambio de contratos para construir buques cisterna.

Una nueva encuesta de opinión dada a conocer por Datafolha, una prominente empresa encuestadora de Brasil, muestra que 68 por ciento de los brasileños responsabiliza a Rousseff por el escándalo de los sobornos.

La encuesta también mostró que Rousseff, quien ganó la reelección por estrecho margen en octubre, tiene un índice de aprobación de 42 por ciento. Esta, levantada entre 2.896 encuestados el dos y el tres de diciembre, tiene un margen de error de más menos dos puntos porcentuales.

El procurador general Janot estuvo bajo presión el fin de semana por la publicación de un artículo en la revista Isto E, en el que se dice que ofreció a contratistas un acuerdo por el cual aceptaría la responsabilidad de algunas actividades ilícitas mientras protegía al gobierno de Rousseff para evitar que, de hecho, lo sometieran a un mayor escrutinio jurídico por las acusaciones de soborno.

En una declaración, Janot no se refirió explícitamente al artículo, pero dijo que resistiría los intentos por desacreditar las indagatorias sobre los involucrados en el escándalo de los sobornos.

Agregó que acataría su deber constitucional para examinar independientemente las declaraciones y la evidencia en el caso, de conformidad con las leyes brasileñas.