Bodegueros compran vino en Chile para pagarlo más barato

RPB importó 10 millones y va por más. Fecovita, 5 para exportar. Peñaflor analiza ofertas de España. Mientras tenedores locales piden hasta $ 18/litro, los trasandinos pactan por $ 11 final. Dicen que trasladistas retienen caldos.

No sólo los electrodomésticos, celulares y las compras de supermercados atraen mendocinos a Chile. En el año que más cruzamos la cordillera, las grandes bodegas buscan en el vecino país el refuerzo para cumplir contratos, frente a los precios en alza de un mercado argentino que no les garantiza cantidad.

Los grupos trasladistas trasandinos les aseguran lo necesario a no más de $ 11 por litro puesto en Mendoza, contra valores que treparon 60% en los últimos meses y hoy superan $ 12, con lo cual a fin de año al menos un 20% de los despachos al consumo serán de ese origen.

RR Bulk Wine, un grupo chileno que produce y comercializa 60 millones de litros a granel, es el principal oferente de volúmenes en un mercado argentino que se debate entre precios que vienen en ascenso y faltantes de vino. Fundado hace 20 año por Raimundo Valenzuela, ex ceo de grupo Santa Rita, la firma intenta repetir la experiencia de 2010,  con un acuerdo con Fecovita por 5 millones de litros.

“Efectivamente hay muchísimo interés de varias bodegas de Mendoza por vino tinto genérico”, confirma Valenzuela. Por estos días, un acuerdo parte de casi U$S 0,60, con 700 a 800 unidades de color.

Los oferentes chilenos rebosan confianza. Según Valenzuela, “por nuestra experiencia y dada la baja cosecha que hubo en Mendoza, además de la merma en España, creo que la compra por parte de las bodegas argentinas en Chile es cuestión de tiempo”.

15 millones y algo más

Más allá de las condiciones puntuales, cada firma conviene una entrega cuotificada por semanas hasta diciembre, para satisfacer la demanda de sus clientes. La urgencia responde a la coyuntura: con 3 meses de stock de tinto proyectado a julio de 2017 y agotada la oferta de pequeños elaboradores, todos señalan a tenedores y trasladistas por “sentarse” sobre el disponible y especular.

La trepada de valores superó los $ 12 y llegó hasta $ 18. De agosto a setiembre, el precio había pasado de $ 7 a $ 9.

Una de las firmas que ante el cuadro apuró la decisión de importar es RPB, al finiquitar la compra de 10 millones de litros a granel. Y busca duplicar esa cifra. "Inicialmente no cubrimos nuestra demanda y buscamos un volumen mayor. Aunque si hay vino argentino a precio razonable será prioridad", dice su gerente general, Daniel Catalá, a la espera de que, con habilitación del INV tras certificar origen de la uva, esta semana entre el primer envío.
De acuerdo al ejecutivo, "lo que piden los tenedores está fuera de contexto para el envase multilaminado, que ya de por sí tiene que lidiar con la cerveza. A ese nivel significaría $ 50 en góndola y no venderle a nadie. En un país como Argentina, con problemas de consumo, no es gracioso recurrir a la importación".

Ni siquiera el sector cooperativo se mantiene al margen de la tendencia. Después de adquirir 4 millones de litros a terceros en la provincia, Fecovita se aseguró 5 millones de tinto chileno con RRWine. Pero, en un año de recuperación para el sector primario optó por destinar un 100% a exportación, incluso sin necesidad de nacionalizar el volumen. La premisa es, por el momento, no dar señales contradictorias en un mercado que intenta recuperar su rentabilidad, y para eso optó por embarcarlo directamente vía Pacífico a sus principales clientes en Asia y EEUU.

Catalá coincide con Marcelo Federici, del área financiera de Fecovita, para quien “con tres meses de stock proyectado a la fecha de liberación de 2017, el problema es la retención de vino de trasladistas. Así, de a poco los fraccionadores quiebran stock, y para evitarlo cuotifican las entregas. Hay que ser cautos”.

Luego de mantenerse al margen durante setiembre, Peñaflor se sumó a la movida de cruzar la cordillera para sondear la disponibilidad de volúmenes en Chile. Es que en la comparación con los precios locales, la brecha es cada vez mayor y crece el afán por cerrar trato lo antes posible.

Con todo, en relación al nivel de despachos (90 millones en agosto), significa que al menos de aquí a fin de año alrededor de 2 de cada 10 litros que salgan al consumo interno serán importados.

Frente a la posibilidad de que un mar de vino termine por inundar una plaza con valores inestables,  el INV se puso en guardia y emitió una resolución para ajustar controles al respecto.

Ofrecen tetra a 15 pesos

Los requisitos básicos no son infranqueables. Además del uso de transporte argentino, el más importante es constatar que el vino en cuestión sea de Vitis vinifera, aunque sabido es que la vitivinicultura chilena permite otras especies. Pero tiene competidores.

Incluso desde España leyeron hace rato la situación en Argentina y salieron a jugar fuerte con vino fraccionado.

De hecho, entre otras, Peñaflor recibió propuestas de entre $ 14 y $ 15 por tetra puesto en el Puerto de Buenos Aires (a granel, el litro ronda los 50 centavos de euro en origen), con lo cual pueden hacer ruido en un mercado argentino donde el vino llega a cerca de $ 23 al distribuidor y al público entre los $ 30 y $ 35.

Los receptores de ofertas de operadores ibéricos lo consideran “acorde” por la calidad de los caldos. “Hay que ver si las cadenas mayoristas compran directamente con marca propia, lo cual sería un grave problema”, anticipan.

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