Bodega de los contratistas: esta temporada la quieren alquilar

Se pudo comprar gracias a un crédito blando en 2013. Tras varias idas y vueltas, esperan reestructurar la deuda. Admitieron que no tienen el dinero para poner en marcha el establecimiento.

Ya pasaron más de cuatro años desde que la gestión del gobernador Francisco Pérez, utilizara la entrega de un crédito blando a un gremio, como la nave insignia que iba a salvar a los pequeños productores de los abusos de intermediarios y toda la cadena. Y tal como en el tango que inmortalizó Goyeneche, nada, nada quedó “sólo telarañas que teje el yuyal”. Es que la cooperativa Cootravi que administra la bodega “No me olvides”, en estos años sólo ha podido elaborar alrededor de un 1millón de litros de vino y la propiedad está, a simple vista, bastante desmejorada y el crédito sigue aún sin cancelarse.

En abril de 2013 se otorgó, discrecionalmente, un crédito blando de $ 5 millones, a tasa cero, con el objetivo "de fortalecer a los contratistas de viña organizados", a la cooperativa Cootravi que estaba conformada por el sindicato de Contratistas. Ese préstamo con un año de gracia debía pagarse en cuatro cuotas consecutivas.

Sin embargo, eso nunca sucedió. De hecho, generó mucha polémica porque el dinero que se utilizó provenía del Programa de Fortalecimiento de la Cadena Vitivinícola, una iniciativa del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner que se nutría de una parte de las retenciones a las exportaciones de vino, y varias Cámaras aseguraban que ese dinero debía volver a la cadena para generar otros usos.

En aquel momento el Sindicato de Contratistas, bajo la figura de la cooperativa, adquirió una bodega ubicada en la calle Robert en el distrito de El Espino, en San Martín, que contaba con un terreno de 72 hectáreas con algunos viñedos, frutales y olivos. Y se explicó que la con esa compra se pretendía aglutinar la producción de unos 500 contratistas de la zona que tienen una producción promedio de 500 quintales. Sin embargo, eso no pasó.

La bodega tiene capacidad de vasija para 2,2 millones de litros, pero se esperaba poder elaborar durante la cosecha 2014, 1,5 millones de litros, pero eso nunca llegó. También pretendían en 2015 ampliar la capacidad instalada y colocar vasijas de poliéster reforzado con fibra de vidrio (PRFV) para producir hasta 10 millones de litros, pero eso tampoco llegó. De hecho, según datos del propio sindicato en total, en estos cuatro años, se han elaborado sólo 1 millón de litros. Y la fraccionadora que tiene la bodega sólo se ha utilizado para que algunos productores de vino casero, envasen su producto.

¿Y ahora qué?

Con la llegada de la nueva administración de Cornejo, desde el ministerio de Economía han estado evaluando qué hacer con esa deuda y ese inmueble.

En este sentido, la Gerente del IDR, Muncha Díaz Cano, aseguró que ha estado en conversaciones con el sindicato con la idea de que presenten un esquema de pago. “A nosotros nos interesa que los contratistas puedan refinanciar su deuda. Y para ello nos hemos reunido junto con el Subsecretario Alejandro Zlotolow con los representantes de Cootravi con el objetivo de que ellos no presenten un plan para regularizar la deuda y que además se ponga en marcha el proyecto”.

Por su parte, el titular del Sindicato Único de Trabajadores Contratistas de Viñas y Frutales, Edgardo Lera, sostuvo que “nosotros volvimos a fines de diciembre a la conducción de la cooperativa Cootravi. Hoy lo que estamos haciendo es ordenando los papeles y las cuentas. Por ahora, nos hemos propuesto trabajar la finca para poder sacar el dinero para pagar gastos, y este año la bodega, la vamos a alquilar”.

Lera reconoce que “hoy no tenemos los fondos para poder trabajar la bodega. Es que cuando nos hicimos cargo estaba abandonado todo. Tenemos unas 34 hectáreas cultivadas hay ciruelas, olivos y vid, pero recién lo estamos trabajando”.

El representante de los contratistas reconoció que están buscando la forma posible para reestructurar la deuda que mantienen con la provincia. “Hoy estamos ordenando el funcionamiento de la bodega y en tratativas para presentar un plan de readecuación de los pagos”.

Lo cierto, es que la bodega está rodeada por 72 hectáreas en donde tienen espacios sin cultivar, pero hay 20 hectáreas de viñedo, 10 hectáreas de ciruela D'Agen y 4 hectáreas de olivos que están produciendo. Tiene tres pozos para obtener agua subterránea, un reservorio de agua de 17 millones de litros y 14 horas de riego superficial.

Muchas ideas para el establecimiento quedaron truncas

Si bien el proyecto de la bodega de los contratistas fue una idea que surgió desde el seno de la gestión de Francisco Pérez, el gran motor del proyecto fue Rubén Sepeda, que en aquel momento era titular del gremio de los contratistas.

En al menos dos oportunidades, en las que Los Andes pudo acceder al predio durante los primeros años, en las recorridas Sepeda se mostraba entusiasmado con el proyecto. Tenía muchas ideas sobre cómo dinamizar el establecimiento que habían adquirido. En aquel entonces, se hablaba de tener hornos panaderos para poder comercializar esa producción.

Además Sepeda quería construir cabañas para hacer turismo rural, en el distrito El Espino, San Martín. Con las aceitunas de la finca quería sacar el primer aceite de oliva de los contratistas. Sin embargo, tras su deceso, el proyecto fue en picada y muchas de sus ideas quedaron totalmente truncas.

Lera, el nuevo conductor del sindicato, aseguró que tienen intenciones de poner en marcha el lugar y para ello están trabajando en reorganizarse. Además comentó que tienen registradas tres marcas de vino: “Del Contratista”, “El peón” y “La Ilíada”, con las cuales les gustaría, en algún momento, embotellar su vino, en la línea de fraccionamiento que tiene la bodega.

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