Beneficios al petróleo e inequidades

Con la firma del ministro Axel Kicillof se publicó en el boletín oficial la resolución 803, que modifica la estructura de retenciones a las exportaciones de petróleo. La baja del precio internacional del crudo puso en crisis al sistema, aunque ya antes había afectado la producción.

Hasta ahora regía un sistema que fija un precio de mercado interno de 70 dólares por barril y valor de referencia de exportación de 80 dólares. Pero las retenciones se aplicaban fijando retenciones hasta que el exportador obtuviera no más de 42,5 dólares por barril. Esto desestimulaba las exportaciones pero también afectaba a la producción.

Al acercarse el precio internacional al valor de referencia, el Ministro dispuso que, si el valor baja de 80 dólares, las retenciones serán del 13%; si bajan de 75 dólares, serán de 11,5% y si bajan de 70 dólares, las retenciones serán del 10%.

La resolución fundamenta que “resulta necesario garantizar los niveles actuales de rentabilidad del sector con el propósito de mantener las pautas de inversión tendientes al logro del autoabastecimiento de hidrocarburos establecido en la Ley N 26.741”.

En buen romance, la caída del precio del petróleo puso en crisis las inversiones en Vaca Muerta pero, además, las retenciones eran un obstáculo a los acuerdos que permiten a las productoras exportar una parte del crudo y dejar divisas en el exterior.

Todos quieren el mismo trato

El sistema de retenciones, con el objeto de subsidiar el consumo, tuvo un efecto adverso ya que desestimuló la inversión en el sector e hizo caer la producción mientras se promovía el aumento del consumo. Finalmente, hay que importar combustibles a precio internacional para venderlo subsidiado. Pérdidas por todas partes.

La inequidad se da con el sector agrícola. El gobierno no pudo aplicar un sistema de retenciones móviles con la Resolución 125/08, y quedó un esquema fijo. El precio llegó casi a 600 dólares la tonelada, en el caso de la soja, pero la inflación hizo de las suyas y fue consumiendo rentabilidad.

Este año, los granos bajaron casi un 50 por ciento, las retenciones se mantuvieron y hoy el problema de rentabilidad es grave. Si el gobierno no produce una adecuación, como hizo con el petróleo, habrá conseguido un efecto contrario al que busca.

Es que ya hay zonas donde está desapareciendo la soja y los productores están volviendo a la ganadería. El precio del ternero ha mejorado y saben que el ciclo que inicien hoy estará listo en dos años, fecha para la cual habrá nuevo gobierno y, piensan, se podrá exportar carnes.
Es notable cómo el gobierno no se fija en gastos en favorecer a la industria petrolera pero es terminante en negar la misma posibilidad para otros sectores. Las inequidades también pasan factura.

Por Rodolfo Cavagnaro - Especial para Los Andes

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