Belgrano, el prócer que logró la unión entre los argentinos

Hoy se conmemora el 197 aniversario del paso a la inmortalidad del General, creador de la emblema nacional. Intelectual, político, militar, periodista, apasionado por la educación, la libertad y la independecia del pueblo.

Lo primero que aprendemos de chicos -y seguirán aprendiendo quienes transiten los primeros años de la escolaridad- sobre Manuel Belgrano es que fue el creador de la bandera argentina. Alrededor de este hito se construyen adornadas historias referidas a la escena en las barrancas del Río Paraná aquel 27 de febrero de 1812, momento en que el prócer izó por primera vez la insignia.

Algunos hasta suelen asociar la inspiración de los colores celeste y blanco en el cielo y las nubes que componen la tradicional postal del firmamento; o en el manto de la Virgen María. Pero la verdadera inspiración fueron los colores de la escarapela que había solicitado él mismo que le enviara el Gobierno para convertirla en bandera.

Sin embargo, Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano y González fue mucho más que simplemente el creador de la bandera. Fue integrante de la Primera Junta de Mayo en 1810, un apasionado en la educación (dejó dinero para que se construyeran 4 escuelas en el Norte, que se completaron a principios del siglo XXI) y su legado también marcó la economía argentina en la época.

"Sin dudas Belgrano fue mucho más que el creador de la bandera, pero ese hecho es el que lo sintetiza. Algunos dicen que la bandera lo tapó, pero yo creo que si entendemos a la bandera como soberanía, Nación, la unión de todos los argentinos; es la síntesis de lo que fue Belgrano. De sus ideas de libertad e independencia que él pregonaba y por la que tanto luchó", sintetizó a Los Andes su chozno (hijo del tataranieto del prócer) Manuel Belgrano (65), quien preside el Instituto Nacional Belgraniano.

“El 25 de mayo de 1812, estando en Jujuy y al cumplirse el segundo aniversario de la Revolución de Mayo, Belgrano hizo bendecir y jurar a la bandera. En su arenga, sostiene que tenían el honor de 'estar viendo la bandera nacional y que la distinguirá de los otros países del globo'. Da este mensaje 4 años antes de que se declare la Independencia. Claramente el crear la bandera no se limitó únicamente a pensar los colores y hacer el dibujo”, sintetizó el descendiente directo de Belgrano.

Al conmemorarse hoy el 197° aniversario de su muerte, en todo el país se celebra el Día de la Bandera.

Yo quiero a mi bandera

El mencionado 27 de febrero de 1812 por la tarde la insignia vio la luz por prim era vez, y el acto tuvo lugar frente a la batería de artillería Independencia, a orillas del Río Paraná. En una nota enviada al Gobierno superior de las Provincias del Río de la Plata, Belgrano comunica a las autoridades la conformación de dicha batería y la creación de la bandera que los acompañe.

“Siendo preciso enarbolar bandera, y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste, conforme á los colores de la escarapela nacional: espero que sea de la aprobación de Vuestra Excelencia”, firma en el escrito.

“Se ha hecho una linda historia sobre la creación de la bandera, y se relata como un cuento todo lo que tiene que ver con la inspiración, precisamente con la idea de encontrar el entusiasmo de los chicos en las escuelas. Está confirmado por él mismo que se inspiró en los colores de la escarapela, aunque después hay distintas versiones sobre si tomó inspiración también de los Borbones, sobre la intensidad de los colores y otras cosas”, explicó el Manuel Belgrano contemporáneo.

La Patria ante todo

Pero -como bien aclaró su chozno-, la figura de Belgrano trasciende la bandera. “Belgrano fue una persona que se caracterizó por su entrega a la Patria, dejó todo en pos de la libertad y la independencia; y no aspiraba a ningún premio o reconocimiento, solo 'al bien de su paisano', como él decía", explicó el presidente del instituto.

A lo largo de su vida, padeció muchas enfermedades -paludismo, entre ellas-, a tal extremo de que los días previos a la Batalla de Salta (20 de febrero de 1813) se dudaba de si iba a poder estar al frente del ejército. Pero estuvo.

“Tenía muchos dolores, no había dormido nada la noche anterior. Pero hizo preparar su coche a caballo, y allí estuvo”, indicó Belgrano sobre su familiar prócer. “Estaba vomitando sangre y le habían preparado un transporte especial para ir en su caballo. Ese transporte está actualmente en el Museo de Luján (Buenos Aires)”, destacó a su turno la historiadora mendocina Luciana Sabina, autora del libro “Héroes y Villanos”.

Esta batalla fue la primera grande de los Ejércitos Patrios, y no significó sólo un triunfo sino que también la rendición del Ejército Realista. Sus tropas terminaron por entregar armamentos y estandartes tras la batalla.

“Luego de la Batalla de Salta, Belgrano recibió 40.000 pesos fuerte y un sable de oro. Ese dinero él lo donó para hacer 4 escuelas, y allí es donde queda claro su desprendimiento de lo personal y su interés por la Nación. Belgrano sostenía que 'sin educación no hay pueblo libre', la educación fue una de sus grandes pasiones y es algo de lo que no se comenta mucho”, acotó el especialista, quien resaltó que es difícil hacer una conversión al equivalente de ese dinero en moneda actual.

“A fines del siglo XIX, esos 40.000 pesos era una suma superior a todo el giro de la Nación. Y creo que hoy podría construirse una escuela al lado de la otra”, acotó.

La primera de esas escuelas comenzó a construirse a fines de 1957, fue inaugurada en 1962 y se encuentra en Tarija (Bolivia). Las 3 restantes, en tanto, se encontraban previstas en Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero; y las 3 fueron inauguradas entre fines de la década del '90 y los comienzos del nuevo siglo.

Como Secretario Real del Consulado (entre 1794 y 1810), Belgrano creó las escuelas de Náutica, de Comercio y de Artes, entre otras.

“También tenía una gran pasión por la Economía y una formación humanística en la Universidad de Salamanca. Se encontraba estudiando allí en la época de la Revolución Francesa, por lo que trajo consigo todo ese espíritu de progreso. Y como secretario del Consulado puso en práctica y llevó adelante varias de las ideas que traía, aggiornándolas a la realidad de acá y adaptándola a una doctrina acorde a la región. Él hablaba de libre comercio, pero también de la protección”, explicó Belgrano.

Durante las Invasiones Inglesas de 1806 conformó la resistencia. Según destacó su chozno, pese a que como secretario del Consulado correspondía su rendición, se refugió en la Banda Oriental (hoy Uruguay) y luego regresó precisamente a combatir a los británicos. Otro dato histórico que ha convertido a Belgrano en leyenda -además de prócer- es la versión de que murió sumido en la pobreza.

“Él nunca buscó hacer fortuna, todo lo que tuvo lo dejó y dedicó a la Revolución de Mayo. Decidió desde el principio donar 50% de su sueldo, y decía que hubiese donado todo, pero que necesitaba algo para vivir. Al momento de su muerte, dejó muchas deudas. Creo que no es ningún mérito que haya muerto en la pobreza, sino que el mérito es el desprendimiento que tuvo. Él decía que no le correspondía generarle gastos a una caja del Gobierno que no estaba en condiciones”, sintetizó su descendiente.

En Mendoza: el día que se encargó de custodiar a Remedios

Es muy poca la vinculación histórica que Manuel Belgrano y sus proezas tuvieron con Mendoza en particular y con la región de Cuyo en general. Sin embargo, hay una anécdota que sitúa una de sus decisiones en suelo mendocino.

“En la época en que Remedios de Escalada y San Martín tenían algunas diferencias y estaban distanciados, hubo una oportunidad en que Remedios tuvo que viajar desde Mendoza a Buenos Aires (en 1819). Entonces ella le solicitó custodia a Belgrano (que estaba en Córdoba), y él ordenó que desde Mendoza hasta Santa Fe la acompañara Lamadrid; y que desde Santa Fe hasta Buenos Aires lo hiciese Paz.

Belgrano se hizo cargo de la custodia, y hasta llevaban un cajón en caso de que Remedios muriese en el viaje”, relató la historiadora mendocina Luciana Sabina, quien dedicó el capítulo 3 de su libro Héroes y Villanos justamente al creador de la bandera.

“Belgrano se hizo cargo y puso las custodias teniendo en cuenta que estaban comenzando las guerras civiles en todo el territorio argentino”, acotó a su turno el director del Instituto Nacional Belgraniano, Manuel Belgrano (descendiente del prócer).

Poco protagonismo en Mendoza

Si se compara la trascendencia de José de San Martín con la de Manuel Belgrano en Mendoza, la diferencia es muy amplia en favor del Libertador.

“El propio (Bartolomé) Mitre lo sintetizó diciendo que 'Mendoza fue para San Martín la Macedonia de Alejandro Magno”, sintetizó la historiadora Luciana Sabina, en alusión a la importancia de nuestra provincia para la Gesta Libertadora de San Martín.

Teniendo en cuenta esto, no sorprende que todos los departamentos tengan una calle importante que lleve el apellido del nacido en Yapeyú, o una plaza que lo homenajee. Ni hablar si de plazas y estatuas se trata, si hasta el Parque mendocino lleva el nombre de San Martín. En tanto, Belgrano tiene calles en los departamentos, plazas y colegios. Pero pocos bustos y monumentos (en comparación con San Martín).

“En el norte, Belgrano tiene mayor presencia y trascendencia. Ocurre que también se le hacen muchas críticas, sobre todos por parte de los revisionistas. Hay autores e historiadores que consideran que está laudeado de más, que se detienen en las limitaciones de carácter que tenía y sostienen que (Belgrano) quería sacar de escena a cualquier otra persona que lo opacara”, asegura Sabina.

Y acotó: “Sin embargo, hay que resaltar el patriotismo y cómo priorizaba a la Patria por encima de todo. En eso era muy similar a San Martín”.

El motín de las trenzas

En Héroes y Villanos, la historiadora Luciana Sabina se detiene en distintos aspectos y momentos de la vida de Manuel Belgrano. Uno de ellos es el episodio conocido como el “Motín de las trenzas”.

“Belgrano (...) terminó al frente del saavedrista Regimiento de Patricios. Este grupo se diferenciaba de los demás soldados por el uso de trenzas o 'coletas', símbolos de virilidad y distinción por entonces. De inmediato el nuevo jefe les ordenó cortarlas. Desde luego, que fuesen los soldados de Saavedra incentivó en parte la medida. Los Patricios se amotinaron, querían de nuevo a don Cornelio. La respuesta oficial fue brutal. Muchos murieron en el enfrentamiento y a otros se los fusiló posteriormente. Perecieron cincuenta personas en total", sintetiza en ese apartado.

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